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El trigo se viene defendiendo bien en San Luis

Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, apenas el 3% está en mala condición. En cambio el maíz cierra una campaña 2022/23 para olvidar.

imagen gentileza
Trigo en Concarán.
Actualizada: 16/09/2023 02:18
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La Bolsa de Cereales de Córdoba emitió un nuevo informe sobre el estado de los cultivos en San Luis, destacando primordialmente qué está pasando con el trigo, que es el principal cereal de invierno, y también brindando datos sobre el cierre de la campaña 2022/23 de los cultivos de verano, como el maíz y el sorgo, que están casi finalizados.

En cuanto al trigo, desmejoró en 10 puntos la condición del cereal, debido principalmente a la falta de lluvias y a la baja prestación que tiene el agua en el perfil del suelo debido a que en San Luis los inviernos son muy secos. Es poco el trigo que hacen los productores de la provincia, apenas fueron 10.300 hectáreas según los datos que brindan los colaboradores de la bolsa cordobesa. Ese valor es un 6% menos que el del año pasado y un 25% por debajo del promedio histórico, que abarca desde la campaña 2018/19 a la pasada.

El estado general del cereal es muy variable según la zona, con mejor condición donde se hace bajo riego, como en buena parte del Valle del Conlara. El 43%, o sea la mayoría, tiene condición de “bueno” y el 27% fue catalogado como “muy bueno”. El 14% está “excelente”, el 13% “regular” y el 3% “malo”, lo que permite especular con una buena campaña, a pesar de no ser un cultivo muy difundido en la provincia debido a la estrechez que existe entre las ventanas de heladas tardías y luego las tempranas de la primavera.

Muchas veces los productores descartan hacer trigo porque luego el suelo no alcanza a recuperarse para cultivar maíz o soja durante el verano, más allá de las siembras tardías que son una tradición en los campos puntanos.

En referencia a los cultivos estivales, resta cosechar muy poco maíz y sorgo. El maíz presenta un rinde promedio muy por debajo de las expectativas y de lo que registró en las últimas campañas. Serían 40,8 quintales por hectárea, un 12% menos que el año pasado y un 22% por debajo del promedio histórico. Serían 855.700 toneladas, un guarismo que es un 56% y 49% inferior en ambas categorías de tiempo (interanual e histórica).

El sorgo se defendió un poco mejor, pero igual no pudo escaparle a los efectos de la sequía y de la helada del 18 de febrero, que prácticamente aniquiló las chances de los productores de tener un buen año agrícola. Las 15.700 hectárea sembradas mostraron un retroceso del 44% respecto de lo que se hizo el año pasado, pero sin embargo las 10.300 toneladas producidas representaron un 31% que hace 12 meses. Claro la variación respecto del promedio histórico es negativa en un 70%, lo que habla a las claras que hace al menos dos campañas que los productores no pueden levantar cabeza en un contexto climático en el que no queda otra opción que rezarle a la aparición del fenómeno El Niño para comenzar a recuperarse de tantas pérdidas.

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