Estudiantes sufrió, pero consiguió un triunfo vital como el agua y sigue con vida en el campeonato

En la agonía del encuentro, Estudiantes consiguió el gol que le permite aferrarse a la ilusión por ingresar entre los mejores cuatro de la zona.

Si bien Atenas de Río Cuarto tuvo más posibilidades concretas de marcar, fueron los locales que con garra y esfuerzo se abrazaron a una victoria clave en un enfrentamiento plagado de errores, malas definiciones y tiros en los palos.

Partido extraño. Estudiantes fue un manojo de nervios en la primera mitad y los dirigidos por Darío Bringas fueron los que propusieron.

Pese a ello, el Albiverde se fue al descanso arriba en el marcador. Lucas Agüero ingresó por Diego Medina que salió lesionado y a los 32 minutos, tras aprovechar un rebote luego de un cabezazo de Luca Frenguelli, el que ingresó desde el banco de suplentes puso el 1 a 0.

En el complemento, la tónica fue la misma. Atenas presionando alto e ingresando constantemente al área local. La figura era Marcos Abrahim.

A los 23 minutos Tomás Martínez igualó las acciones en una de las tantas aproximaciones de los riocuartenses. El goleador de la visita de contra tuvo la victoria en sus pies e increíblemente falló dos mano a mano en un momento de nerviosismo, ansiedad e imprecisiones en los dirigidos por César Zabala.

Sobre el final, y cuando parecía que todo terminaba en pardas, otra vez llegó el gol desde el banco de suplentes. El recién ingresado Alejo Blanco definió al parante derecho de Ezequiel Bardín con sutileza y frialdad, la que ameritaba el momento del encuentro.

Un gol de otro partido, pero tan necesario como vital. Hoy la suerte estuvo del lado de los puntanos. Estudiantes obtuvo tres puntos que le permiten asegurarse un año más la permanencia en la categoría y mantiene las posibilidades matemáticas de poder ingresar a los Playoff.

Jugará de visitante ante Ferro en La Pampa la próxima fecha, luego quedará libre y cierra la fase de grupos de local ante Argentino de Monte Maíz.