Con 500 investigadores y más de 290 stands científicos, la UNSL hospedó el 38º Congreso de la Sociedad Argentina de Neurociencias
La alta casa de estudio reúne por estos días y por primera vez a los referentes y estudiantes más destacados tanto del país como de la región.
Desde este miércoles, la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) es sede del 38º Congreso de la Sociedad Argentina de Neurociencias (SAN) donde más de 500 científicos se encuentran para compartir conocimientos e investigaciones.
El objetivo primordial es la muestra de las actividades y trabajos que realiza la entidad, que cuenta con numerosos grupos de investigación que trabajan en diversas temáticas, que van desde las ciencias básicas hasta problemáticas y tratamientos en el campo de la neurociencia.
El panorama que se presentó este viernes por la tarde en la UNSL fue el mismo desde los pasillos y el playón del rectorado hasta el hall de ingreso del Auditorio Mauricio López: más de 290 stands con investigaciones interdisciplinarias.
En declaraciones a El Chorrillero, la vicepresidenta de la SAN, Lidia Szczupak explicó que en estas jornadas las tareas investigativas del último año se vuelcan con resultados. El feedback y el intercambio de datos entre colegas brotó naturalmente.
Una de las razones de que el Congreso llegue a San Luis fue la búsqueda de la federalización ya que de forma permanente las grandes urbes como Buenos Aires, Córdoba o Rosario alojaron los encuentros.
“Queremos llevar este bullicio de trabajo a otras regiones del país donde hay universidades como la UNSL, donde la disciplina de neurociencia no es tan grande. Es por esta razón que nos interesaba venir y presentar nuestro trabajo”, sostuvo.
En el congreso también participan investigadores de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Israel, España, Italia, Noruega, entre otros. Charlas presidenciales, simposios e intercambios científicos son algunas de las acciones que se realizan.
Además, el rector Víctor Moriñigo entregó el título Honoris Causa al ganador del Premio Nobel, Edvard Moser, quien obtuvo la distinción en medicina en el 2014 por su descubrimiento de las neuronas GPS.
“Nos parecía muy importante venir acá y que los estudiantes vean esta actividad. No solo están viendo personas mayores que investigan y se ven serias, sino también ven la masa de gente joven entusiasmada. Seguramente va a dejar una marca de presencia, poner a la Universidad Nacional de San Luis en el mapa de alguna manera”, agregó Szczupak.
Hay diversas presentaciones que se observaron a lo largo de la jornada que sirven como ejemplo. La posibilidad de la comprensión semántica en un humano vinculado a la lectura de un texto e interpretación tal cómo lo hace la inteligencia artificial de Chat GPT, es uno de ellos.
O también el mapeo del cerebro que lo muestra como no solo una red, sino como un órgano dinámico donde la experiencia modifica la actividad cerebral.
Por último, Szczupak subrayó la importancia de estos encuentros y la labor científica en momentos donde el trabajo es discutido, tal como sucede con el Conicet.
“Si los lectores vieran lo que se genera acá, entenderían que esto no tiene nada de superficial, nada de trabajo que se puede hacer con cinco minutos de entrenamiento. Se necesitan años y años. Destruir al Conicet es destruir décadas de avance. Es como destruir un pueblo para que pase una ruta, es el mismo concepto”, completó.
Este sábado será el último día del congreso con el cierre de la mano de Moser y una charla sobre su trabajo.