Después del aluvión de compras por la incertidumbre electoral, los supermercados empezaron la reposición

Luego de la altísima demanda que se registró por la incertidumbre electoral, los supermercados de San Luis iniciaron la semana con góndolas vacías, sobre todo de productos de la canasta básica. Desde mercadería hasta televisores de 65 pulgadas y equipos de aire acondicionado, incluyeron las compras.

El Chorrillero realizó un relevamiento por los distintos súper del microcentro de la capital puntana y pudo comprobar que se había iniciado la reposición, aunque se advierte faltante ya que los proveedores no están entregando algunos productos.

Aceites, fideos, arroz, harina, azúcar, gaseosas, shampoos, edulcorantes, cervezas, aguas saborizadas, papel higiénico, servilletas de papel y algodón son los productos en los que escasean.

Dos cadenas dispusieron límites en la compra de productos puntuales.

Por ejemplo, en el Aiello, se permite la adquisición de cuatro botellas de aceites por cliente y en el caso de las harinas, son dos.

En Carrefour sucede algo similar. En harinas permiten la compra de tres unidades por artículo, mientras que en gaseosas y cervezas sólo seis por persona.

En VEA si bien había góndolas vacías, no tienen límites en las compras.

“Fue impresionante la gente que se acercó durante el fin de semana para comprar mercadería. Tenía miedo de lo que iba a pasar luego de las elecciones, por si subía todo”, explicó a El Chorrillero el gerente de la sucursal del centro de Aiello, Cristian Sosa.

También dijo que aquellas familias que tenían un pequeño ahorro “optaron por adquirir comida” debido al nivel de incertidumbre.

Sosa aseguró que, al aluvión de personas, se sumó el problema de que algunos proveedores no están entregando mercadería porque especulan con los precios: “Eso genera que en algunos productos no tengamos cantidad ni variedad”.

Durante el fin de semana, también se produjo un gran movimiento en los comercios de la capital puntana, sobre todo los que se dedican a la venta de electrodomésticos, producto del temor de que se disparara el valor de esos artículos.