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Con falta de insumos y subas de hasta el 350%, los bioquímicos de San Luis analizan cobrar o no copagos a prepagas

La asociación que agrupa a los profesionales locales da cuenta del complejo panorama por el que atraviesan para sostenerse con materiales que no llegan, aumentos arriba de las tres cifras y plazos de pago conflictivos.

Las próximas semanas serán clave para saber si se avanza en el cobro de un copago o no.
Actualizada: 07/11/2023 23:09
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A nivel nacional, la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (Cubra) decidió implementar un copago de $3000 que afectará a los usuarios de servicios de medicina prepaga ante el retraso en los aumentos de las tarifas que las financiadoras de servicios de salud pagan a los prestadores.

En San Luis, los profesionales presentan un contexto similar, aunque, de momento, decidieron no llevar a cabo el cobro de esta cifra extra y aguardar qué resultados obtienen de las negociaciones con las empresas de salud.

Quien brindó un amplio panorama de la situación al que se enfrentan fue el secretario de la Asociación de Bioquímicos local, Hugo Palmero en declaraciones a El Chorrillero.

El punto principal que explicó es que los incrementos que perciben las prepagas no lo reciben los prestadores: “Ellos todos los meses tienen una pauta de aumento que la ordena el ministerio de Salud y lo pasan a los afiliados. En octubre cerramos que del total de las subas que tuvieron, nosotros recibiéramos la mitad. La aceptamos para sostener el sistema”.

Precisó que por estos momentos mantienen conversaciones con alrededor de 20 obras sociales establecidas en San Luis y que esperarán como máximo hasta el 20 de noviembre para tomar una decisión. Si no hay respuestas se establecerá el copago.

¿Qué significaría esto? Que los afiliados que se vayan a hacer un análisis de sangre o cualquier otro estudio de laboratorio, se encontrarían con que muchos profesionales les van a cobrar un extra que hasta hace poco no existía.

“Seremos inflexibles, no vamos permitir que nos trasladen menos de lo que ellos reciben. No es capricho nuestro, el sector bioquímico es uno de los más castigados en la salud”, fundamentó.

Señaló que desde las compañías recibieron un 76% de actualización en todo el año, cuando la inflación promedio superó ampliamente los tres dígitos.

Durante el último tiempo, los bioquímicos sostuvieron haber enfrentado un frente económico adverso, marcado por una escalada inflacionaria que no ha sido acompañada por un ajuste proporcional en los pagos que reciben de las empresas de medicina prepaga.

Todo ello se vio agravado por un incremento descontrolado en los precios de insumos y reactivos, muchos de los cuales deben ser importados, según argumentó. Atribuyen estos aumentos a dificultades en el ingreso de los materiales, problemas que exacerban la ya tensa relación entre los costos y los ingresos de los profesionales.

 “Todo está en valor dólar y ha subido una barbaridad desde principio de año hasta ahora”, aseveró Palmero y añadió que los materiales descartables, como las cajas de agujas, aumentaron cerca del 350%.

 “Los reactivos con los que se trabaja son en su mayoría importados y van al ritmo del dólar, sube todos los meses. Ahora en estos últimos dos meses se agravó porque no se consiguen algunos, por ejemplo, aquellos vinculados a los análisis para la celiaquía”, agregó.

 El panorama no es homogéneo en todo el país; hay variaciones regionales. Sin embargo, existe un consenso entre la mayoría de los bioquímicos de todo el territorio nacional sobre la necesidad de un copago que compense la diferencia entre lo que consideran una remuneración justa y los aranceles que actualmente perciben.

 “Creo que tenemos que ser parejos con todos. Lo más lamentable es que ¿quién paga los platos rotos? El afiliado, el que paga todos los meses su cuota”, sumó Palmero.

 Lo cierto es que el sector juega un rol crucial en el sistema de salud, con la realización de análisis clínicos esenciales para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades.

 La actual situación pone en riesgo no solo la calidad y la continuidad de estos servicios, sino también la actualización y mantenimiento de tecnologías de laboratorio, fundamentales para la precisión diagnóstica, sostienen los profesionales del sector.

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