X

Franco Sosa, un joven de Villa Mercedes que triunfa en la ingeniería espacial

Forma parte de un proyecto que enviará un robot a la Luna, y uno de sus sueños es consolidar su propia empresa tecnológica.

Franco Sosa en el Instituto Balseiro.
Actualizada: 12/11/2023 08:08
PUBLICIDAD

Por Sonia Schoenaker

Franco Sosa tiene 27 años y es villamercedino por adopción. Llegó a la ciudad cuando tenía 13 y cursó sus estudios secundarios en la Escuela Técnica “Ingeniero Agustín Mercau” hasta el 2015.

Cuando finalizó, sin dudarlo empezó la carrera de Ingeniería Mecatrónica en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de San Luis, en la sede de Villa Mercedes, y con eso emprendió un camino de esfuerzo y éxitos.

En diálogo con El Chorrillero señaló que su primer “gran logro” fue ser becario de la empresa YPF: “Junto con dos personas más, nos curtimos mucho en el ambiente. Estuvimos viajando 3 años capacitándonos en la industria petrolera y tecnológica”.

Con el tiempo, el joven se fue interiorizando y con el Laboratorio de Control Automático de la facultad viajó a la Patagonia a implementar electrificaciones en colegios rurales. Gracias a esta actividad su equipo ganó un premio en el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE por sus siglas en inglés).

En 2019 diseñó para su tesis una mano robótica para personas que nacieron con una malformación o sufrieron una amputación. Con esta prótesis pudo representar a la UNSL en Innovar, un concurso que premia proyectos que impulsan y promueven invenciones de alto impacto social y comercial.

Aseguró que la parte social de la ingeniería “es la más linda”.

“Cuando empecé a trabajar con Guillermo Catuogno (docente e investigador del CONICET) vi todo el lado humanístico que tiene la ingeniería y me abrió la cabeza. Todo lo que nosotros aprendemos y hacemos tiene un impacto directo en la sociedad”.

En el 2020, su mentor escribió una carta de recomendación y así quedó seleccionado en una beca de verano en el Instituto Balseiro, un centro educativo-científico de renombre en Argentina ubicado en Bariloche, y allí se quedó.

A finales de este año terminará un master en robótica en el Instituto, y desde el 2021 forma parte del INVAP (Investigación Aplicada), trabajando como ingeniero de control en la Gerencia de Emisiones Espaciales.

“Siempre tuve ganas de estudiar en el Balseiro y laburar en el INVAP que es como la Nasa argentina, y hoy estoy cumpliendo mi sueño”, manifestó.

Actualmente se encuentra llevando adelante dos iniciativas en paralelo. Por un lado, está terminando el trabajo final de su maestría, que se trata de un robot autónomo terrestre. Y por otra, hace tres años que viene diseñando un robot lunar: “Con un par de personas que conocí en la Beca del verano 2020 hicimos un equipo y participamos de una competencia y la ganamos. Consolidamos un Start Up (empresa emergente) que se llama SpaceBee Technology. Hoy por hoy estamos patrocinados por distintas empresas, y en proceso de construir el rover lunar, que si Dios quiere se va a poder mandar en 2025 o 2026 en una misión para la luna”, sostuvo.

Pero los robots y el espacio no son las únicas pasiones en la vida de Franco. También es músico, le gusta pintar y se considera “fanático del arte”. Baila bachata y salsa, y disfruta de escuchar bandas como Pink Floyd, Red Hot Chili Peppers y Led Zeppelin.

“Me encanta la música, bailar, la ingeniería, pintar, cocinar, las montañas. Para la sociedad cuando ven a un ingeniero es muy raro verlo que salga de la ingeniería, lo ven como una persona re cuadrada y yo la verdad que no me defino así. Tengo distintas pasiones y terminan consolidando lo que soy hoy”, dijo.

Para el futuro aspira a consolidar su propia empresa de tecnología espacial: “Que se cumpla la misión de mandar el rover a la luna sería un logro personal. Sería el primer robot argentino y latinoamericano que lo haga y desarrollado por gente muy joven, entonces es un logro personal y también para Argentina. Es una ambición bastante grande”.

“Con todas las complicaciones que tiene el país, nosotros en paralelo fingimos demencia y le mandamos fuerte”, añadió en modo de broma.

En cuanto al nivel académico de Villa Mercedes, comentó que este año hubo un cambio de en la carrera que benefició a los estudiantes: “Juampi Demichellis la está poniendo a flote, necesitaba una actualización tanto de profesores como de plan de estudio para que los chicos y chicas que salgan con esa formación no se golpeen tanto las cabezas cuando vayan para la industria o para algún proyecto tecnológico”.

“Es una ciudad con un polo industrial muy grande, de los más grandes del país, y por ahí falta un poco de nexo con la facultad”, consideró.

Por el momento, Sosa tiene en sus planes quedarse en Bariloche y seguir disfrutando de su camino en el sur. “Es un lugar en donde me super hallo. Hace 3 meses me liberé un poco de la tesis y estoy disfrutando un poco más. Me queda por recorrer y por hacer”, concluyó.

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR