La prueba piloto para abastecer a Potrero de los Funes con agua fracasó y crece la preocupación de los vecinos

Desde la Cooperativa de Agua en conjunto con el municipio, comunicaron que la planta potabilizadora de Potrero de los Funes iba a ser ampliada. La nueva obra consistía en extender las reservas y hacer perforaciones en el Parque Nativo. Se hicieron tres cada 50 metros y no funcionaron.

El plan B, fue colocar una isla flotante en el dique de la localidad y de ahí bombear agua por las nuevas instalaciones hacia la planta municipal. Por la baja cota, tampoco surgió efecto.

Los vecinos se movilizaron y en una semana, aparecieron dos bombas que habían enviado a reparar a Mendoza. Una funciona con inconvenientes.

También se hizo un empalme para que la planta municipal alimente los barrios 69, 22, 10 Viviendas y Villa King.

Se avisó a la sociedad que se iba a llevar a cabo una prueba piloto que si funcionaba con normalidad, el problema de abastecimiento en la localidad iba a encontrar solución en el envío a cada vivienda del suministro.

Sin embargo, el suministro comenzó a salir con olor nauseabundo y mal gusto. La Cooperativa informó este viernes que “deben hacerse ajustes en el proceso de potabilización. Se seguirá proveyendo de agua potable a toda la localidad de Potrero con el mismo esquema que se viene siguiendo: zona oeste por la mañana y zona este a la tarde”.

“Preocupa la irresponsabilidad de enviar por las cañerías agua con esa calidad y sin importar si hay gente que estaba informada o no. Podrían haber ocasionado problemas de salud, como gastroenteritis. Unos irresponsables”, manifestó Tomás Sarmiento, presidente del Movimiento Vecinal de Potrero de los Funes, en diálogo con El Chorrillero.

Los vecinos mostraron en redes sociales el malestar. Algunos continúan sin agua desde hace varios días y otros con los cortes programados, solo reciben “algunas gotas que no sirven para llenar el tanque”.

Potrero de los Funes normalmente años atrás en los primeros días de diciembre tenía como mínimo un 50% de reservas para enero. En 2022 bajó al 15% y por las condiciones actuales, para la próxima temporada de verano las expectativas son mínimas.

Hay cabañeros que no se animan a alquilar por el faltante de agua. Otros, que tienen reservas, pero viven con la incertidumbre de saber si tendrán o no el suministro para la temporada alta y en los calores extremos.

“Es consecuencia de muchos años de dejadez, de falta de planificación, de organización y gestión”, criticó Sarmiento.

En comparación a años anteriores, desde el municipio no han hecho promoción turística y para los vecinos, eso habla que “saben muy bien de las problemáticas y que no estamos aptos para recibir a nadie”.

En la semana, los vecinos cansados de promesas incumplidas y obras que no surgen efecto, se dirigirán nuevamente a San Luis Agua para exigir que “nos solucionen el problema, queremos vivir dignamente”.