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Quién es la joven argentina que fue testigo de un crimen en Playa del Carmen, tuvo un ACV y pelea por su vida

Carolina Camaño tiene 31 años, es de Córdoba y hace ocho meses estaba instalada en México. Debe ser operada de urgencia luego de que se le detectara un un meningioma y un aneurisma cerebral. El ruego desesperado de su familia.

La joven tiene 31 años y hace ocho meses se había radicado en Playa del Carmen.
Actualizada: 05/12/2023 20:24
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Carolina Camaño tiene 31 años y hace ocho meses vivía en Playa del Carmen, en México, a donde llegó desde su Córdoba natal en busca de oportunidades. El domingo 26 de noviembre, mientras cumplía con su jornada laboral en un bar de playa, la joven habría presenciado un hecho que la dejó en shock. Según cuentan familiares y amigos, fue testigo de un crimen a unos pocos metros de su lugar de trabajo. Al volver a su departamento, empezó a sentirse mal y se desvaneció.

Luego de un derrotero por hospitales públicos de la zona, a Carolina se le detectó un meningioma y un aneurisma cerebral. Permanece sedada y con riesgo de vida. Debe ser operada de urgencia para tener chances de sobrevivir y, desesperados, sus seres queridos lanzaron una campaña en busca de fondos para costear la intervención y los gastos: en total, necesitan unos 50 mil dólares.

“Tenemos una angustia tremenda porque no podemos pagar esa cifra. Por eso le pedimos a la población que colabore con lo que pueda. La vida de mi hija está en peligro”, cuenta Juan Antonio, su papá, a TN.

Abandonó el profesorado, estudió para ser azafata y se fue a probar suerte a México
Carolina nació en el barrio San Vicente, en la ciudad de Córdoba. Cursó buena parte del profesorado de educación física, aunque hace tres años decidió abandonarlo luego de sentir el llamado de una nueva vocación: ser azafata.

“Hizo el curso y empezó a buscar trabajo, pero no conseguía”, sitúa el padre. Las dificultades para estabilizarse laboralmente en la Argentina hicieron que Carolina aceptara la sugerencia de Florencia y Nicolás, dos de sus amigas del colegio secundario Domingo Faustino Sarmiento. Los jóvenes llevan varios años en Playa del Carmen y le habían ofrecido a la chica cordobesa quedarse por un tiempo en su casa.

Allá fue, entonces, Carolina. Llevaba unas semanas trabajando en un bar de playa y “le iba bien, estaba entusiasmada”, agrega Juan. En la agenda de la joven figuraba un pronto regreso a la Argentina para pasar Navidad y -el 26 de diciembre- su cumpleaños.

Pero la desgracia quebró todos los planes. Aquel domingo, Carolina regresó al departamento y lo encontró vacío. Un rato después llegaron sus amigos y se toparon con el drama: la joven estaba tirada en el suelo y no reaccionaba.

Carolina fue trasladada al hospital público Playamed. Allí estuvo dos días inconsciente, hasta que una tarde despertó y, cuenta su papá, “le dieron el alta sin realizarle ningún estudio”.

Horas después, la joven sufrió nuevos episodios de convulsiones, vómitos y mareos. Volvió a desmayarse y sus amigos costearon el ingreso a una clínica privada de la zona.

Allí Carolina fue sometida a una tomografía que arrojó la presencia de un meningioma y un aneurisma sangrante que -cuenta el papá- “tiene el tamaño de una pera”. Desde entonces se encuentra sedada a la espera del traslado a un hospital de alta complejidad en la ciudad de Mérida, donde se realizaría la operación que le permitiría a la joven conservar las posibilidades de sobrevivir.

La versión de sus amigos: “Presenció un asesinato y quedó en shock”

Sus amigos lanzaron una colecta a través de las redes sociales e hicieron circular la versión de que Carolina “presenció un asesinato y quedó en shock”. Consultado sobre este episodio, su papá negó tener detalles: “No me pude comunicar con ella desde entonces. No sé bien qué fue lo que pasó”.

Juan Pablo, un hermano de Carolina, arribó este domingo a Playa del Carmen para seguir de cerca la evolución de la chica y acelerar los trámites para su intervención, dado que -según la familia- ningún profesional ni autoridad del centro médico mantenía contacto con el entorno de la paciente.

“No sé si es porque somos extranjeros o porque allá es así, pero no nos dejan verla y los médicos nunca nos dicen nada”, mencionó el papá, y agregó que su hija era “una chica sana, que hacía deporte”.

“Al parecer, este hospital está esperando que le envíen una autorización de traslado. Es mucha burocracia, el tiempo pasa y seguimos sin novedades”, concluyó Juan Antonio.

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