Las 7 fortalezas que como padres debemos transmitir a nuestros hijos
Los progenitores tienen la obligación de ayudar a sus hijos a enfrentarse a los problemas y a las adversidades de la vida.
Los padres somos los principales referentes de nuestros hijos. Somos sus modelos a seguir y está en nuestra mano el ayudarles a enfrentarse de la mejor manera posible a los problemas y a las adversidades de la vida para que no se sientan indefensos, no sientan que están solos, y vean que los inconvenientes, siempre, son oportunidades para crecer.
"A esta capacidad que tenemos los seres humanos para enfrentarnos a las situaciones difíciles, de formarnos ante ellas, permitir que nos afecten, que nos cambien, pero recuperarnos, e incluso crecer como personas, es lo que llamamos ‘resiliencia’. Todos los padres queremos preparar a nuestros hijos para que sepan solucionar sus problemas, sea más fuertes, y al tiempo sean cada día más resilientes", afirma en una entrevista con Infosalus María Paz García-Vera es catedrática de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y psicóloga especialista en psicología clínica.
Junto con Ana Sanz-García, psicóloga general sanitaria, e investigadora y doctoranda en la Universidad Complutense de Madrid, ha publicado ‘¿Qué significa que nuestros hijos sean más resilientes?’ (Pirámide), una guía acompañada de un cuento que ayuda a los padres a preparar a los hijos para que sean más resilientes en su día a día.
¿Por qué esto es tan importante? Subraya García-Vera que, sobre todo de 3 a 6 años (edad a la que se dirige el psicocuento aunque puede leerse a otros menores de edades superiores) es "una edad especial", así como un momento que los padres no pueden desaprovechar porque son para los pequeños los protagonistas y referentes absolutos de sus vidas: "No hay nada que compita con nuestra influencia sobre ellos, aunque a medida que se hacen mayores tienen el mundo social, del colegio, de otras influencias, pero en esa edad inicial no hay nada que compita y es maravilloso para aprovecharlo. Somos sus modelos, el espejo en el que se ven, y tenemos un papel de graduar las adversidades y retos a los que se enfrentan, siempre adecuados a su edad".
Los padres también se equivocan
Argumenta esta catedrática de Psicología Clínica que el que los hijos sean más resilientes significa que cuando los problemas les afecten serán capaces de hacerles frente, y no dejarán que el sufrimiento les nuble el ánimo, sino que podrán salir adelante e incluso crecerán con cada adversidad.
"Es normal que los padres metamos muchas veces la pata con los hijos. Y lo importante no es no meterla, todos nos equivocamos. A veces un día gritas, por ejemplo. Lo importante es que tengas claras estas fortalezas y cuando te equivoques lo reconozcas. Esto nos convierte en padres mejores, y en mejores modelos para ellos y nos hace más fuertes. Hace también que nuestros hijos aprendan que equivocarse es parte de la vida, no pasa nada por reconocerlo, y si esto se corrige se crece también", recalca la experta.
Así, insiste en que está en mano de los padres, y también en el de los abuelos si pasan mucho tiempo con sus nietos, el preparar a los hijos/nietos para enfrentarse a la vida real, a los problemas y adversidades de la vida, pero no sólo eso, sino también de la mejor manera posible, aunque muchas veces estos se equivoquen. Remarca que los padres cuentan con un poder de influencia sobre los hijos porque son sus modelos en el día a día, de quienes aprenden; al mismo tiempo que resalta que los padres son el espejo de los pequeños, a partir de quienes ven el mundo y aprenden de él, "sus gafas".
"Después, los padres tenemos un papel clave del que no se habla, tenemos la misión de graduar los retos a los que se enfrentan, es decir, se ha demostrado que los niños que son capaces de enfrentarse a retos adecuados a su edad cuando son pequeños luego son más fuertes frente a los retos más difíciles cuando son mayores; es decir, la misión como padres es graduar esos retos, a los 3 años se pueden enfrentar al reto de dejar sus juguetes. El problema es que a veces están expuestos a retos fuera de posibilidades, como que sus padres se insulten, o alguien los maltrate o abuse de ellos", destaca.
Cómo podemos transmitir o fortalecer esa resiliencia
Con todo ello, y aparte de satisfacer las necesidades básicas que todos los niños tienen desde la alimentación y cuidados, defiende María Paz García-Vera, que hay 7 fortalezas psicológicas que los menores pueden adquirir para ser fuertes y estar mejor preparados para afrontar las dificultades de la vida diaria, base fundamental de la resiliencia.
1.- Transmitir nuestro cariño incondicional: Les da seguridad, les hace sentirse valiosos, y además los menores que mantienen relaciones de apego seguras con sus padres desarrollan mejores competencias emocionales. "Los niños tienen que saber porque se lo digamos que les queremos mucho. La manera de interiorizar las cosas para ellos tiene mucho que ver con las palabras, y hay que decirles que siempre les queremos hagan lo que hagan, porque el cariño de los padres es incondicional. ‘Te quiero siempre, aunque te portes mal'", indica.
2.- Establecer normas claras y consistentes porque dan control a los niños: Si las cumples siempre de forma consistente, los niños son conscientes de lo que hacen y de las consecuencias.
3.- Transmitirles nuestro reconocimiento por todo lo que hacen bien o van haciendo mejor: Los padres deben saber ver el comportamiento de sus hijos y la mejor manera de guiarles es viendo lo que hacen bien y premiándolo, no con regalos, sino con gestos o caricias. "Los pequeños ven el mundo a través de los ojos de sus padres. Si sus padres están asustados, ellos lo estarán. Si sus padres les dicen que son capaces de hacer algo lo harán", remarca.
4.- Animarlos a soportar los inconvenientes: "La gente que es capaz de resistirlos y está entrenada pues estos inconvenientes los acepta como parte de la vida y no se hunde. Educar a nuestros hijos para que sean fuertes y luchen por sus objetivos implica que aprendan a soportar inconvenientes, pero siempre inconvenientes adecuados a su edad".
5.- Hacerles sentir una parte valiosa e insustituible de la familia es también fortalecerles: "El sentimiento de pertenencia es fundamental a todas las edades, y que aprenda a tener sensibilidad hacia las necesidades de otros, a pesar de que son pequeños. La familia es el mejor contexto para dar valor a los demás y si ellos forman parte de su familia, se preocupan por los miembros de su familia, adquieren una identidad como miembro de grupo que les hará más fuertes".
6.- Educarles en la importancia de saber tratar bien a los demás, en no hacer daño: "Hay dos tipos de conductas, las inadecuadas, como no obedecer o mancharse; y las inaceptables, que son las graves y las que hacen daño a los demás, y sí tienen que tener consecuencias. Aquí se pone en valor que hacer daño a los otros es inaceptable. De esta forma son niños más protegidos para saber reconocer cuándo la gente hace conductas inaceptables que hacen daño a otros. Y si alguna vez se hace daño pedir perdón y tratar de compensar a esas personas".
7.- Ayudarles a guiar sus emociones y cómo manejarlas: "La educación emocional es muy relevante que la aprendan desde pequeños. Si lo conseguimos irá controlando sus propios comportamientos". (Infosalus)