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VILLA MERCEDES

Un juez dejó en libertad al asesino de Juan Ochoa porque cree que no hay peligro de fuga ni entorpecimiento

Matías Farinazzo Tempestini decidió que el imputado por homicidio simple no debe estar encarcelado.

Gil afrontará el proceso en libertad.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 20/01/2024 23:14

Los familiares de Juan José Ochoa sienten que están viviendo “una injusticia”. Desde Coronel Moldes (Córdoba) se enteraron de la decisión del juez Matías Farinazzo Tempestini por las redes sociales. “No tuvimos ningún llamado, es una vergüenza, e injusto”, transmitió Noelia, sobrina de la víctima.

A Santiago Gil le habían concedido la prórroga de los 8 días, tiempo que pidió la defensa para presentar evidencias, y que vencía el jueves 25 de enero. Sin embargo el magistrado interrumpió la medida de coerción y el acusado se fue a su casa. Le impusieron una orden de prohibición de acercamiento a los testigos y al lugar donde ocurrieron los hechos.

A todos, la noticia les cayó como un balde de agua fría, mientras recuerdan los momentos de violencia que terminaron con la vida del hombre de 51 años, casi de una manera inexplicable. El hombre que mató delante de ellos está otra vez en la calle.

“Estamos en total desacuerdo y apelaremos la resolución. A mi entender es una situación grave desde el punto de vista de esta interpretación que tuvo el juez. La necesidad de la sociedad es que estos casos se solucionen”, señaló Olguín. Y consideró que la situación lleva a que una persona “con cargos fijos por homicidio y con la gravedad y la violencia del hecho, no deba estar privada de la libertad”.

Durante una nueva audiencia, el magistrado reconoció la responsabilidad del acusado, consideró que estaba bien el proporcional del pedido de preventiva de la Fiscalía (de cuatro meses), pero según su criterio “no hay peligro procesal”, o sea, ni de fuga ni de entorpecimiento, y lo dejó libre.

El juez descartó el tema médico, ni siquiera lo analizó. Gil había sido atendido por una lesión en un tobillo y le colocaron una bota ortopédica. Entró y salió de Tribunales caminando, con lo cual quedó evidenciado que no padecía nada de gravedad que le impidiera estar preso en el Servicio Penitenciario Provincial.

Ochoa, que estaba radicado en Villa Mercedes desde hace 17 años, falleció el lunes 15 de enero por un shock hipovolémico.

Había pedido al agresor que retirara la bicicleta que obstruía la entrada y salida por el pasillo que conduce a los departamentos que alquilaba a 6 familias. Pero no le gustó que le llamaran la atención y ese fue el motivo de la tragedia. Estaba en el departamento de uno de los inquilinos, donde había estado tomando bebidas alcohólicas toda la noche.

El fiscal José Olguín aseguró que hay declaraciones que “complicaron aún más la situación procesal” por dos cosas, primero porque lo vieron con dos cuchillos en la mano, y segundo porque cuando encontró a la víctima en la vereda fue directamente hacia él y “se desquitó” con un “puntazo” certero en el pecho que le perforó el corazón y el pulmón. Ochoa no tuvo tiempo para defenderse.

Gil escapó y en la madrugada del 16, se entregó a la Policía reconociendo su culpabilidad. Ante el juez contó que trabaja en una empresa haciendo trabajos de pintura y que vivía con su madre.

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