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VILLA MERCEDES

Liberaron a Alejandra Espinosa, la peluquera implicada en la desaparición de Abel Ortiz

Estaba en la cárcel bajo la acusación de integrar una asociación ilícita.

Foto Archivo
El día que detuvieron a Espinosa junto a su hija, quien también está libre.
Actualizada: 22/01/2024 00:59
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La peluquera que está involucrada en la desaparición de Abel Ortiz (su ex pareja) volvió a la Penitenciaría Provincial en agosto de 2021 por la agresión que el 20 de marzo de 2014 sufrió Agustín Figueroa. Cumplía prisión preventiva.

María Alejandra Espinosa fue detenida por orden del entonces juez Leandro Estrada (ahora fiscal), quien reconstruyó el episodio que tuvo entre los protagonistas a Abel Ortiz, el cual según consideró tiene “relación” con la desaparición.

Durante una audiencia que se realizó este viernes por la noche la defensa de Espinosa pidió la excarcelación que finalmente fue concedida por el juez de garantías Matías Farinazzo Tempestini.

El fiscal de juicio Néstor Lucero se opuso al considerar que había riesgo de entorpecimiento de la investigación, y que además tiene una causa pendiente con Figueroa. Sin embargo el defensor de la acusada, Valentín Rivadera lo descartó al argumentar el arraigo que tiene Espinosa en la ciudad “tanto familiar, como material y laboral”.

El juez dispuso el cese de la prisión preventiva y ordenó la libertad inmediata.

Además impuso medidas cautelares: fijar domicilio en la casa de su madre: disponer la obligación de firmar el libro cada 15 días ante el tribunal de juicio, hasta la finalización del juicio oral; prohibición de salir de la provincia sin autorización; y prohibición de acercamiento de 200 metros del domicilio de la familia Figueroa, incluyendo contacto telefónico, electrónico, de redes sociales, etc.

El detalle del caso que abrió sospecha a la “asociación ilícita”

Estrada (ex juez Penal N°2 de Villa Mercedes) procesó Espinosa y su hija Verónica Dayana Villegas (que también está libre) como coautoras del delito de “homicidio simple calificado por el empleo de un arma de fuego en grado de tentativa”.

El conflicto que enfrentó a las familias Espinosa y Figueroa comenzó cuando la peluquera descubrió que de su casa había desaparecido un pen drive que guardaba fotos y un video de ella manteniendo relaciones sexuales con Ortiz, según consta en el expediente.

La mujer atribuyó esa pérdida a su vecino, Agustín, y comenzó con los reclamos a la madre del chico. Fue en marzo de 2014, en el Barrio Eva Perón 1.

Agustín reconoció que le había sacado el dispositivo y que lo había vendido porque necesitaba plata. Cuando la mujer lo recuperó lo encontró vacío. Quien lo compró le había borrado toda la información que a ella le interesaba.

Más tarde el conflicto siguió pero con otro episodio más violento. Espinosa acusó a uno de los hermanos de Agustín (Juan Pablo) de haber “abusado” de su hijo de 8 años. Y por eso organizó una “pueblada” donde la casa de los Figueroa terminó atacada con piedras e incendiada.

En el auto de procesamiento consta que Agustín salió a buscar “apoyo a vecinos de otros barrios” y en ese momento fue alcanzado por un disparo (ejecutado con un arma 9 milímetros), el cual le ingresó por el glúteo derecho. Según comprobó el dermo test, el disparo lo hizo la hija de Espinosa.

En el hecho actuó la Comisaría 9° que tenía como jefe al comisario Marcelo Acevedo, también involucrado en la desaparición de “Pochi” Ortiz.

Lo que le despertó sospechas al magistrado es que los operativos se hicieron 6 días después, y aportó una por una las irregularidades que se cometieron en el procedimiento. Tuvo en cuenta “omisiones” que no solo “exceden el marco de la negligencia”, sino que representan la “intención de beneficiar a las imputadas”.

En su declaración, Espinosa y otras testigos culparon a Ortiz como el responsable de provocar el incendio y de disparar al menor. Eso para Estrada fue falso.

El juez comenzó a investigar lo que sería una “asociación ilícita” en el marco de la desaparición de Ortiz, integrada por Espinosa, el policía Acevedo, y dos amigas de ella, María Vázquez y Marcela Rodríguez.

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