La sociedad de la nieve arrasó con 12 premios Goya
Los argentinos Julio Suárez y Matías Recalt se alzaron con sendos galardones por ese filme, en tanto que Malena Alterio ganó como actriz protagonista por la película “Que nadie duerma”.
La sociedad de la nieve, el largometraje dirigido por Juan Antonio Bayona, resultó ser el gran vencedor en la 38ª edición de los Premios Goya al obtener un total de 12 galardones de las 13 nominaciones que tenía, que incluyó los reconocimientos a mejor película y dirección. Este logro marca la primera ocasión en que una obra de Bayona conquista el premio a la mejor película.
El film, que explora el trágico accidente aéreo de Los Andes de 1972, narra la historia de supervivencia y adversidad de los 16 sobrevivientes de un desastre que costó la vida a 29 de los 45 ocupantes del vuelo que transportaba a un equipo de rugby de Montevideo a Chile. Basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, la película fue producida conjuntamente por Netflix, lo que señaló el retorno de Bayona a películas en español después de quince años. Además de su éxito en los Goya, La sociedad de la nieve fue nominada al Oscar a mejor película internacional, demostrando su impacto y resonancia en el ámbito internacional.
El primer galardón de la noche que obtuvo la película fue para el argentino Julio Suárez por mejor diseño de vestuario. Según explicaría, realizó este trabajo entre Buenos Aires y Barcelona; utilizó más de 4.000 prendas de las que incluso debió tejer a mano algunas. Debido a las condiciones ambientales y al hecho de utilizar dobles para los actores, “parte del vestuario estaba duplicado hasta siete veces”, e incluso tuvo que agrandar la ropa para que los intérpretes, con el paso del tiempo, “parecieran más flacos”, detalló en comunicación con EFE.
“Nunca se las sacaron, iban añadiendo capas para protegerse del frío; acumulaban la suciedad de la transpiración y las roturas y desgarros que provoca la montaña en condiciones extremas”, detallaría. Para esta ocasión, decoloró las prendas al sol y quemaba y rompía puños y cuellos para convertir a los protagonistas en seres de las cavernas: “Quería que parecieran primitivos”. “Un trabajo apasionante en el que hay que poner la vida para que salga bien”, explicó sobre lo vivido, a la vez que reconoció que el calzado fue uno de los complementos que más dolores de cabeza le ocasionó. “El frío deterioraba el cuero. Vestían mocasines y zapatos de cordones, la suela resbalaba y a los tres días estaban destrozados, la nieve los despegaba”.
Otro de los grandes ganadores de la noche fue el también argentino Matías Recalt, que gracias a su interpretación de Roberto Canessa se alzó con el premio a mejor actor revelación, en tanto que al momento de subir al escenario envió “un abrazo muy grande” a la Argentina, al solicitar respeto por la cultura en estos momentos de crisis. Además, dedicó el galardón a “los sobrevivientes de los Andes y a aquellos que no volvieron, a los familiares de los que no volvieron por dejarnos contar su historia. Y especialmente a Roberto Canessa por ser Roberto Canessa un gran personaje para interpretar. A mi mamá, a mis hermanos, a mis tíos, a mi abuela a mis amigos. A mi novia Male, te amo, por acompañarme, por ser una gran compañera, y especialmente a mi padre que lo perdí antes de hacer esta película”, aseguró visiblemente emocionado”.
Por su parte, el premio a la mejor actriz protagónica fue para Malena Alterio por la película Que nadie duerma. La hija de Héctor Alterio, al momento de subir al escenario también se tomó un minuto durante las palabras de agradecimiento para referirse a la Argentina: “Mando un saludo y mucho ánimo, queridos”. Todo ello sin olvidar de dedicárselo a sus padres, a quienes destacó como “militantes de la memoria histórica, de la convivencia y de la paz”.
El elenco de La sociedad de la nieve fue elogiado en todo el mundo por sus actuaciones, con un enfoque particular en el compromiso de sus actores para representar fielmente esta historia desgarradora. La metodología de preparación de los actores y la decisión de incluir un sobreviviente real en el reparto añaden capas de autenticidad y compromiso con la narrativa, aspectos que fueron fundamentales para el impacto de la obra.
La transformación física y emocional requerida destacó el nivel de dedicación del equipo ante este desafío, con actores como Felipe González Otaño y Enzo Vogrincic sumergiéndose por completo en sus roles. En ese sentido, la elección de Vogrincic para un papel central demuestra la meticulosidad en la selección del elenco, esforzándose por encontrar las voces más apropiadas para relatar esta profunda historia de supervivencia y tragedia.
La cinta no solo se convirtió en un fenómeno en Netflix, sino que trascendió la pantalla para convertirse en un tema de conversación en múltiples plataformas, destacando la relevancia de su mensaje y la indudable calidad de su producción. La elección de Bayona como director resultó ser esencial para transmitir con éxito la intensidad y las emociones de esta historia, al destacar una vez más su habilidad para dirigir relatos de gran impacto emocional.
En lo que respecta a Que nadie duerma, dirigida por Antonio Méndez Esparza y con guion co-escrito junto a Clara Roquet, es un drama que narra la vida de Lucía, una programadora informática que se convierte en taxista tras perder su empleo. Basada en la novela homónima de Juan José Millás, esta obra se sumerge en una trama de sucesos inesperados y pasiones amorosas ocultas, ambientada en las calles de Madrid. Protagonizada por Malena Alterio, junto a Aitana Sánchez-Gijón, Rodrigo Poisón, y José Luis Torrijo, se estrenó el 17 de noviembre de 2023 en España.
La adaptación cinematográfica conserva la esencia literaria de la obra de Millás, al combinar con habilidad la realidad cotidiana con escapadas a un mundo surrealista. Esparza y Roquet lograron entrelazar las vivencias de una mujer que, al enfrentarse a la pérdida de su trabajo, se ve arrastrada hacia una vida completamente distinta y llena de misterios, como su súbita obsesión por un vecino enigmático. La película destaca por mostrar cómo Lucía, interpretada por Alterio, carga con el peso del film con gran facilidad, lo que demuestra una vez más su talento y versatilidad.
Que nadie duerma se convierte así en una experiencia cinematográfica que combina elementos de la vida real con momentos de pura ficción, gracias a una narración que fluye entre lo visible y lo oculto. La película se gestó como un diálogo entre el cine y la literatura, ofreciendo una visión única de la sociedad contemporánea a través de los ojos de una mujer resuelta a reinventarse.