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El obispo Gabriel Barba encabezó la misa de Domingo de Ramos

La ceremonia católica para comenzar a celebrar la Semana Santa fue en la Iglesia Catedral. Monseñor pidió que las palabras sean acompañadas por “gestos para transformar la realidad”.

El obispo Gabriel Barba.
Actualizada: 24/03/2024 14:45
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Hoy, los cristianos comenzaron a transitar la Semana Santa, y así a revivir la Pasión de Cristo. La conmemoración del tradicional Domingo de Ramos de esta mañana fue el recuerdo del ingreso de Jesús a Jerusalén.

El obispo de San Luis, Gabriel Barba fue quien presidió la misa en la iglesia principal de la provincia. En la homilía habló de la importancia de dedicarle atención a la oración y la palabra de Dios, cómo la fe debe ser exteriorizada y que no quede dentro de cuatro paredes.

“Siempre viene a mí la imagen de la alfombra de los pobres. Normalmente los pobres no tienen, pero la hicieron para Jesús, sacando las mantas, cortando las ramas, terminó siendo este signo de Jesús que quedó para nuestra bendición”, dijo en uno de sus pasajes del sermón.

Luego invitó a los presentes a que corten un pedazo de la rama que fue bendecida y la lleven a alguien que no pudo asistir: “Conviértanse en misioneros. ‘Yo los envío, vayan´ dice Jesús. La misión no es solo de un grupo de misioneros, sino que principalmente es una actitud del corazón, de todo bautizado”.

“Nuestra fe no es para ser encerrada en nuestra intimidad, se alimenta de muchas maneras, pero es la que nos tiene que impulsar a salir. Salgamos, vayamos”, sostuvo.

Inmediatamente señaló que “hay que cuidar los gestos porque comunican” y que “actuemos no solo con palabras”. “Se pueden decir bellas cosas, pero si después no hago nada, no se transforma la realidad, que es lo que quería Jesús”, agregó.

En simultáneo a la misa, en la Plaza Pringles se llevaba adelante el acto por el Día de la Memoria, Verdad y Justicia. Barba hizo una breve mención de lo que pasaba afuera: “Cuando escuchaba los bombos y los ruidos, decía seguramente así habrá sido el camino de la cruz de Jesús, cuando iba a cuesta en el bullicio y el griterío de Jerusalén”.

De igual manera y bajo el mismo tono, aseveró que el ramo “no es algo efímero, superficial” y avisó que Jesús no solo fue una persona que vivió con alegría y paz, sino que “fue un hombre con firmeza, que se plantó cuando tenía que hacerlo, que habló cuando lo tenía que hacerlo y que se la jugó cuando tenía que hacerlo”.

“La liturgia no es un teatro, es la celebración del misterio con el pueblo de Dios. La iglesia y la liturgia cambian de diferentes maneras, cambian formas externas, por eso no hay que escandalizarse y asustarse de los cambios. Pero en la liturgia lo que no puede cambiar es la celebración del misterio. Lo celebramos y alimentamos nuestra fe para ir a la misión”, puntualizó.

Por último, pidió que, “todos comprometidos en este reino, cambiemos nuestra sociedad”.

“Que el reino de Dios crezca, que esté más presente en el mundo para que vayan cesando las guerras, injusticias, hipocresías, la corrupción. La salvación eterna de Dios no se puede separar de la salvación de hoy, de ya”.

Barba bendijo los ramos y toda la ceremonia se transmitió en vivo por las redes oficiales del Obispado, tal como viene siendo costumbre en los últimos años.

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