Así inició la travesía de 11 días de la llama olímpica para llegar a Francia
La llama olímpica de los Juegos de París 2024 va a bordo de un velero del siglo XIX, en un viaje de 11 días que la llevará, a través del Mar Mediterráneo, a Marsella, Francia, donde comenzará su recorrido por el país, antes de la ceremonia de apertura del mega evento deportivo.
La travesía de 11 días de la llama olímpica de los Juegos de París 2024 ha comenzado el sábado 27 de abril con el tradicional envío de esta antorcha en un velero del siglo XIX, que navegará desde su origen en Grecia hasta su destino final en Francia.
Esta es una tradición que se sigue en cada una de las ediciones de los Juegos Olímpicos.
Cuando la llama arribe al país Galo, viajará a través de su territorio pasando por los departamentos y regiones francesas de ultramar (incluidas Nueva Caledonia y la Polinesia Francesa) para llegar a París, dónde se realizará la ceremonia de apertura el 26 de julio, según la explicación de los organizadores del mega evento deportivo.
La llama fue encendida el 16 de abril en Olimpia, el sitio original que fue testigo de los juegos antiguos durante más de un milenio y que, de acuerdo con la World History Encyclopedia, fue un santuario griego dedicado al culto de Zeus.
El viernes 26 de abril en el estadio Panatenaico del centro de Atenas, capital de Grecia, sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896, después de haber recorrido durante 11 días algunos puntos de Grecia, la llama fue entregada a los organizadores franceses.
En el Panatenaico, el único estadio del mundo construido completamente en mármol, Antigoni Drisbioti, campeona europea de marcha, ingresó portando la llama olímpica y la entregó a la francesa Gabriela Papadakis, medalla de oro en patinaje en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, quien se la dio a su compatriota Béatrice Hess, la deportista con más medallas paralímpicas en la historia de Francia (25 entre 1984 y 2004 en natación).
El último portador de la antorcha en Grecia fue Ioannis Fountoulis, capitán de la selección nacional de waterpolo y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Él tuvo la tarea de encender el pebetero, acompañado por sus compañeros de equipo.
Luego de ser encendida, la llama fue alojada en la embajada de Francia en Atenas, antes de iniciar este sábado su viaje en el Belem, un velero de tres mástiles que se construyó en el mismo año en que se celebraron los primeros Juegos Olímpicos modernos, de acuerdo con un reporte de la agencia AP.
La llegada a Francia de la llama está prevista para el 8 de mayo, y los organizadores esperan unos 150.000 espectadores en la ceremonia en el Puerto Viejo de Marsella que, fundada por los colonos griegos de Focea en el año 600 a.C., acogerá las competencias olímpicas de vela.
Una realidad luego de siete años de preparación
El honor de llevar el farol de la llama olímpica recayó en Tony Estanguet, presidente del comité organizador de París 2024, quien junto con la tripulación del Belem, se embarcó en esta travesía.
París aceptó ser la sede de los Juegos en 2017 con el presidente francés, Emmanuel Macron, encabezando la delegación.
Expectantes por los resultados de la organización del evento deportivo, las autoridades francesas navegan entre las preocupaciones de seguridad y la aceptación de la población francesa respecto a la organización del evento.
Durante marzo, una encuesta citada por la agencia Reuters, mostró que, en Francia, el 57% de la gente sentía poco o ningún entusiasmo por los Juegos de París, que se desarrollarán del 26 de julio al 26 de agosto.
"¿Que si estoy entusiasmada con los Juegos? No, lo siento, sé que no es la respuesta correcta, pero no lo estoy. No estoy entusiasmada en absoluto", dijo a la misma agencia de noticias Carole Gabriel-Jullien, gerente de cuentas de 57 años, que planea trabajar desde casa durante los Juegos Olímpicos.
Los cambios en la infraestructura, la cantidad de gente que visitará Francia y los temores por los riesgos en la seguridad, mantienen a los franceses en alerta, mientras el gobierno se enfoca en reforzar los controles.
Sin embargo, hay entusiasmo entre otros sectores de la población. Jacques Etoundi, de 55 años, que trabaja en logística, afirmó a Reuters que está animado con los Juegos. "Para nosotros es una oportunidad de celebrar los Juegos en Francia. Estamos contentos", afirmó. Y agregó: "tenemos muchas ganas de que llegue. Sabemos que todo el mundo estará mirando, así que haremos todo lo posible para darles la bienvenida a todos".
Francia tiene en la mira los Juegos de Invierno de 2030
El 22 de abril, el Comité Olímpico Francés comenzó un recorrido por las instalaciones en las regiones de Auvernia-Ródano-Alpes y Provenza-Alpes-Costa Azul, con el objetivo de presentar su candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030.
La comisión del Comité Olímpico Internacional (COI) inició su visita en La Clusaz, en los Alpes del norte de Francia, donde Francia quiere celebrar las competiciones de esquí.
El presidente de la futura comisión anfitriona de los Juegos Olímpicos de Invierno, Karl Stoss, dijo que tenía "un presentimiento muy, muy bueno", pero que "todavía no hemos cruzado la línea de meta", según la agencia Reuters.
El presupuesto del Comité Organizador para la candidatura de los Alpes franceses gira en torno a los 2.000 millones de euros, menos de la mitad del presupuesto de París 2024, que asciende a 4.400 millones de euros.
La candidatura de los Alpes franceses es la única en la lista para la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, luego de haber comenzado un "diálogo específico" con el COI en noviembre.
El presidente de la región Auvernia-Ródano-Alpes, Laurent Wauquiez, afirmó que el 95% del proyecto francés se basa en utilizar las infraestructuras existentes.
Así las cosas, los Alpes franceses podrían ser oficialmente la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, el 24 de julio en París, durante la 142ª sesión del COI. El país galo también acogió los Juegos de Invierno en 1924 en Chamonix y en 1968 en Grenoble. (France24)