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Reciben denuncias y comunican a las escuelas los casos de acosos escolar; así funciona la Asociación Sanluiseña Anti-bullying Escolar

Con la intención de concientizar, informar y sensibilizar a la sociedad, la única fundación contra el bullying en la provincia, desde marzo recorre los centros educativos y realizan encuestas que hasta el momento han arrojado que de un total de 900 estudiantes, 300 aseguraron haber sufrido un hecho de violencia escolar.

Una fundación trabaja activamente con las escuelas para combatir el acoso escolar.

por Pamela Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 05/05/2024 23:20

El Día Internacional Contra el Acoso Escolar o el Bullying se conmemora cada 2 de mayo con el fin de concientizar sobre los riesgos que conlleva este mecanismo. Niños, niñas y adolescentes en San Luis a diario sufren agravios ya sean verbales o físicos por lo que la Asociación Sanluiseña Anti-bullying Escolar (ASAE) tomó la iniciativa de recorrer las escuelas de la ciudad para brindar charlas de concientización y conocer cuál es la situación real que atraviesan los estudiantes.

Por medio de un cuestionario, la fundación logró recabar una serie de datos ya que tras recorrer 20 centros educativos obtuvieron 900 testimonios de los cuales 300 aseguraron haber sufrido bullying.

A raíz de esto, la asociación le informa a los directivos sobre la situación y ellos deben activar el “protocolo para el abordaje de situaciones conflictivas en la escuela” que brinda herramientas que facilitan la intervención frente a situaciones de violencia que se originan en establecimientos escolares y/u ocurridas en el ámbito externo de la institución pero que son relatadas o detectadas dentro de la comunidad educativa.

“Los directivos están obligados a seguir el protocolo. Lo que nosotros no hacemos por el momento es hacer un abordaje del caso porque somos una ONG, pero si lo que se hace es consultar cómo sigue el caso”, contó Gustavo Sesmillo uno de los referentes de ASAE.

En la misma línea, se refirió a que “la sociedad ha tomado más dimensión de la problemática en la provincia y los chicos también porque a través de nuestras charlas se abren y cuentan lo que están pasando porque encuentran un medio de confianza”.

En declaraciones que formuló a El Chorrillero explicó que muchos de los adolescentes se atrevieron a colocar su nombre a pesar de que la encuesta era anónima: “Ellos pusieron su identidad como diciendo acá pasa esto”.

Francisco Pérez y Gustavos Sesmilo referentes de ASAE.

“De 900 encuestas, 300 chicos expresaron los fuertes agravios que les tocó vivir. Uno de los más frecuentes es la violencia verbal que esto provoca un sensación de soledad, se sienten abandonados porque muchas veces tampoco tienen contención en sus casas”,  indicó.

Consideró que “normalmente no saben a quién recurrir, muchos se aíslan, les cuesta expresar lo que le está pasando, no tienen amigos y eso lleva a la pérdida de interés en el estudio, lo que provoca que cada vez son más chicos no terminan el colegio”.

Y agregó: “La escuela es un sitio donde deben estar seguros y cómodos para el aprendizaje pero si te insultan, te agreden y golpean, pierden el interés. Un punto a tener en cuenta es que hoy siete de cada diez chicos de la Argentina sufre algún tipo de acoso en la escuela”.

Dio a conocer que “algunos directivos son conocedores de lo que ocurre, otros no tenían ni idea de lo que estaba pasando, y otros estaban trabajando en el asunto. Nosotros verificamos que el protocolo se active y se ponga en marcha”.

En este marco, sostuvo que solo algunas instituciones cuentan con un gabinete de pedagogos: “En la mayoría de los casos, los chicos no quieren ir porque algunos saben decir, ‘es la puerta del buchón’ ya que por ejemplo uno de los puntos del protocolo es que si hay inconvenientes de violencia se juntan a las partes y tiene que haber una resolución al conflicto”.

“Generalmente lo único que se logra son las represalias contra el denunciante. Esto ocurre también con los testigos que quieren ir a comentar lo pasa pero también tiene que jugar con que ‘ si lo acusó, luego la víctima seré yo’”, subrayó.

Esta problemática conlleva una serie de consecuencias que afectan a la calidad de vida de los niños, en uno de los momentos más esenciales para la formación de sus lazos sociales, autoestima e identidad. En muchos casos las víctimas sufren efectos físicos, problemas emocionales y de salud mental.

“Las palabras son muy hirientes y generalmente no hay bullying físico sin haber primero uno verbal, una cosa lleva a la otra. Hay muchos colegios donde el maltrato es costumbre, entonces cada vez, es más difícil saber cuando es una agresión”, expuso.

En este contexto, relató que uno de los hechos que se toman con más liviandad son los apodos: “Recuerdo el caso de un chico al que le decían “negro” pero a él no le gustaba pero no decía nada porque no quería dejar se ser parte de ese grupo pero por dentro estaba realmente disgustado”.

“Otro caso que realmente nos conmocionó es el de chica que se cambió de colegio porque le hacía bullying, pero lamentablemente siguió atravesando esta situación en otra institución, porque dos compañeros la acosaban sexualmente, la golpeaban, le tocaban la cola, la encerraban en el baño y la gota que rebalsa el vaso, es que ella se defendió y la sancionaron a ella”, narró.

Reflexionó que “nada justifica violencia pero la niña ya había dado aviso a las autoridades, nunca hicieron nada”.

Por su parte, brindó una serie de recomendaciones para aquellos padres de los niños victimarios: “Primero tenemos que educar en valores y mantener una comunicación abierta con los hijos. Es necesario mostrarles que también hay consecuencias negativas. De hecho, hay estudios que demuestran que el 15% termina con delitos penales incluso tienen bajo nivel del rendimiento académico”.

En tanto, para los tutores de las víctimas sugirió mantener una “charla activa” y dar aviso a las autoridades. En cuyo caso que no reciban respuesta, lo recomendable es que se acerquen al ministerio de Educación: “Es necesario no quedarse de manera pasiva porque sucesos como estos, se han cobrado vidas”.

 

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