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“Me tuve que hacer la muerta para que no me siguiera apuñalando”: el desgarrador relato de la joven atacada por su compañero

En el inicio del debate oral, la víctima pudo describir lo que vivió en octubre de 2022 en un descampado del barrio 131 Viviendas. La defensa del acusado cuestionó la calificación legal y dijo que se trata de “simples lesiones”.

fotos aldo marchiaro
La causa llegó con un pedido de pena de 20 años de cárcel.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 09/05/2024 17:20

Minutos antes de las 10, comenzó el debate oral contra Facundo Brítez (19). Está acusado de abusar sexualmente e intentar asesinar a una compañera del colegio. El hecho sucedió el 24 de octubre de 2022 en un descampado en el barrio 131 Viviendas, de la ciudad de San Luis.

El ataque conmocionó en su momento porque la víctima tenía más de 40 puntazos en diferentes partes del cuerpo y el agresor había utilizado un destornillador para hacerlo. Todo sucedió a plena luz del día.

En el inicio del juicio, la fiscal de Juicio, Virginia Palacios, dio su teoría del caso. La querella, representada por Federico Putelli y Santiago Calderón Salomón, adhirió a la postura. Y la defensa, en manos de Andrés Fernández y Guillermo Sánchez Pagano, cuestionó la calificación y pidió un cambio de carátula.

En la audiencia, la víctima pudo declarar y describir el horror que vivió ese día. También lo hizo su mamá, una bioquímica, un testigo y una psicóloga que asistió a la joven tras el hecho.

El Tribunal estuvo integrado por José Luis Flores, Fernando de Viana y Hugo Saá Petrino.

“Tuvo una clara e inequívoca intención de matarla”

La representante del ministerio Público Fiscal se remontó a ese lunes alrededor de las 15:30 cuando Brítez se reunió con la víctima en un baldío y cometió el primer ilícito, es decir, el abuso sexual.

“La violencia fue creciendo. Golpeándola con puños y luego con un destornillador”, describió Palacios. Precisó que resultó con “no menos de 43 heridas” y que “la mayoría fueron en el rostro, torso y cabeza”.

Después de dejarla “desolada y abusada, (el acusado) se dio a la fuga” y vecinos de la zona acudieron a auxiliarla alertados por los gritos.

Calderón Salomón, Putelli y Palacios.

La fiscal dijo que “fue abusada sexualmente y golpeada para hacer valer la desigualdad que el imputado quería lograr” y “se valió del lugar aislado para arremeter” contra ella.

“Tuvo una clara e inequívoca intención de matarla. No la quiso lesionar, la quiso matar y se fue”, aseguró. Por eso, calificó el hecho como abuso sexual con acceso carnal en concurso real con el de homicidio agravado por mediar violencia de género en grado de tentativa. Esto es, intento de femicidio.

“El accionar ha sido con la clara intención de quitarle la vida”

Putelli hizo referencia a las lesiones con las que resultó la joven, entre ellas, un desgarro de grado ocho y los golpes en diferentes partes del cuerpo. Afirmó que “desvalida y sangrando pudo pedir auxilio” porque había quedado “totalmente abandonada”.

El abogado aseguró que “el accionar ha sido con la clara intención de quitarle la vida”.

Calderón Salomón sumó el daño físico y psicológico que le provocó a la víctima e hizo énfasis en la certeza sobre los delitos cometido.

“Es un capricho del ministerio Público Fiscal”     

La defensa apuntó directamente contra la calificación de los hechos. Fernández aseguró que “no se dan los elementos del tipo que plantea la Fiscalía en relación al homicidio agravado y tampoco al abuso”.

Denunció que la imputación “viola toda lógica desde el inicio ya que por capricho el ministerio Público Fiscal ha mantenido la acusación porque pretende introducir la violencia de género”.

Andrés Fernández.

Hizo alusión a otra causa donde al ser mujer la imputada “se le dio otro trato” e insistió en que “no todos los hechos son violencia de género”.  

E insistió en la inexistencia de la calificación: “Estamos sólo ante simples lesiones”.

Sánchez Pagano se refirió a un pedido que hicieron para cambiar la carátula donde el juez de Garantía, Juan Manuel Montiveros Chada lo rechazó porque no era el momento, pero opinó que debía darse en el juicio.  

“Va a quedar probado que ninguna de las heridas tocó órganos blandos. Más allá de la sangre, no hubo dolo de homicidio (…) Hace 17 meses estábamos esperando el debate para llegar a la verdad”, aseveró.

Guillermo Sánchez Pagano.

“A toda la familia arruinó”

La primera testigo fue la madre de la víctima, quien entre lágrimas describió lo que viven desde ese lunes. La mujer estaba en la escuela donde acudía la niña cuando fue alertada de lo que había sucedido a unas cuadras del lugar.

Explicó que al acusado lo había conocido el viernes anterior a la salida del establecimiento. Cuando los vio juntos le preguntó qué intenciones tenía con su hija. “Ninguna, somos compañeros”, le había contestado.

A lo largo de su declaración, habló del comportamiento de la joven, de cómo era la relación con sus compañeros y también sobre las autoridades del establecimiento.

En referencia a ese 24 de octubre, cuando llegó al descampado, la encontró “tirada en un charco de sangre” y “no podía mirar porque le había clavado el destornillador a la altura del ojo”. Al consultarle que había sucedido ella le dijo “fue Facundo”.

Enumeró los miedos, las veces que no podía quedarse en clases por temor, un intento de quitarse la vida y cómo sola pudo “sacarla adelante”.

La madre transmitió que ahora la joven está bien. Pudo terminar sus estudios, unas cuatro compañeras la fueron a visitar en este tiempo, mientras que los directivos de la Escuela René Favaloro “le dieron apoyo a él”.

“A toda la familia arruinó. Si él hubiera matado a mi hija se llevaba a toda la familia con ella. Pero mi hija es muy fuerte”, expresó la mujer y quebró en llanto.

El Tribunal está presidido por José Luis Flores.

“Me tuve que hacer la muerta para que no me siguiera apuñalando”

Con timidez, temor y una mirada incente, pero llena de dolor, la víctima ingresó a la sala de juicio. Fue allí donde pudo relatar el horror que vivió ese lunes cuando había quedado con el agresor para realizar un trabajo práctico.

Detalló que inicialmente, él no quería hacer la actividad sobre violencia sino “escribir cosas de satanás”. Luego de finalizarlo, se resistía a entregarlo y una vez que lo hicieron le pidió que lo acompañara al kiosco. Después de eso la invitó a caminar.

Fue cuando llegaron al descampado, donde había una propiedad en construcción: “Me puso la traba para que me cayera, se me subió encima y me empezó a besar”.

La víctima rememoró que tras abusarla, le ordenó que cerrara los ojos, comenzó a darle puntazos con el destornillador y le dijo “ahora te vas a morir”.

“Me tuve que hacer la muerta y no respirar para que no me siguiera apuñalando”, expresó la joven y dio cuenta de las heridas en la cabeza, cuello, ojos, manos, brazos y en la espalda.

El atacante se fue de lugar, ella se arrastró unos metros y comenzó a gritar. Fue a auxiliarla una vecina de la zona.

La víctima mencionó otros antecedentes de Brítez con otra compañera donde había querido meterle la mano dentro del pantalón, mientras que a ella había intentado tocarla.

“Quiero que se haga justicia por lo que me hizo”, pidió en el cierre de su declaración.

Una bioquímica, un testigo y una psicóloga

La comisario y bioquímica, Mariela Miranda realizó la revisación médica a la joven mientras estaba internada en el Hospital Central “Ramón Carrillo”. Recordó las diversas heridas y que ella hacía referencia a haber sido abusada.

Sebastián Adaro vio a la víctima junto a la vecina que la ayudó y se acercó al lugar del hecho. “Estaba apuñalada por todos lados, tapada en sangre”, testificó ante el Tribunal.

La audiencia finalizó con la psicóloga, Rocío Barrera que entonces trabajaba en la secretaría de la Mujer y fue quien acompañó a la joven durante meses.

Mencionó la vergüenza que sentía por cómo estaba su cuerpo, el temor a salir de su casa, el miedo a volver a clases, los sueños recurrentes, las ideas de que la familia del acusado fuera a buscarla y la intención de dejar de vivir.

Sobre el hecho, la víctima le había dicho que todo inició en la mañana cuando le contó que creía estar embarazada durante un recreo. Quedaron en hablar a la siesta y fue cuando se volvieron a encontrar y Brítez le planteó que debía interrumpirlo. Luego se enojó y la atacó.

La profesional pudo dar cuenta de un análisis de la personalidad de la joven y aclaró que no presentaba algún indicador de fabulación.  

El debate se reanudará este viernes a las 9. 

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