La pobreza en San Luis: el 2023 cerró con más barrios populares y familias vulnerables
Se trató de una suba del indicador oficial que muestra la Nación. En el último tiempo se sumaron dos barrios vulnerables y con servicios irregulares. En total son 32 los asentamientos y villas en la provincia.
Una de las formas para medir la pobreza que atraviesan las familias de Argentina es a través del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap). Es allí donde se pueden observar los datos sobre las personas que viven en asentamientos o villas en los diferentes distritos y qué tan profunda es la destrucción del tejido social.
En San Luis el número de familias en esta condición creció de acuerdo a la medición que traza el propio organismo. De las 3824 que fueron registradas a mediados de agosto de 2023, pasó a 4442 a diciembre de ese mismo año. Una suba del 16,7%.
En otras palabras, 618 familias se sumaron al delicado estado de vulnerabilidad que, durante los últimos años, se expandió más y más dentro del territorio provincial.
A los 30 barrios que habían sido relevados previamente, se agregaron dos más: el primero es el Santa Teresita en Villa Mercedes con 33 familias viviendo. Y el segundo el barrio Pescadores con 28 familias en la capital.
En total cubren 4.049.817 metros cuadrados o unas 404,9 hectáreas. Para comprender su tamaño la superficie del predio de La Pedrera en Villa Mercedes es de 66 hectáreas.
El total de los barrios populares puntanos son casi seis Parques La Pedrera.
Las 4038 viviendas que fueron contabilizadas cuentan con un restringido acceso a los servicios esenciales. La imposibilidad de mantener una calidad de vida digna es diaria.
Al recorrer las calles de estos barrios, en su mayoría de tierra, se advierte el resquebrajamiento social. Hogares que son solo una habitación, edificaciones de maderas, techos de chapa y coberturas con nylon.
En algunos casos han puesto negocios de alimentos o artículos de limpieza, se agregan a ellos gomerías, o los que ofrecen servicios de costura.
El 62,5% tiene acceso al agua potable por conexiones clandestinas y solo el 6,3% lo hace a través de la formalidad con factura. El otro 28,1% de la gente tiene acceso regular, pero sin factura. El resto lo hace mediante un pozo comunitario.
En cuanto a las cloacas casi ocho de cada 10 tiene un pozo ciego en el hogar o una cámara séptica y solo el 9,8% accede a la red de desagüe formal.
Lo mismo sucede con las conexiones a la red eléctrica: 46,8% lo hace de manera irregular, el 43,7% presenta un estatus formal a la red con medidor domiciliario con factura y el 6,2% mediante un medidor comunitario.
Para cocinar el 87,5% de este grupo de personas cocina con gas de garrafa, el 9,3% con carbón o leña y solo el 3,1% tiene conexión formal a la red. En tanto que para la calefacción el 75% utiliza la leña o el carbón, el 12,5% con garrafa y el 9,3% con electricidad.
Los datos muestran que muchos de esos asentamientos y villas llevan varias décadas desde su creación, pero a pesar del paso de los años todavía presentan gran dificultad para progresar.
Gran parte de ellos fueron creados como resultados a fuertes crisis como en la década de 1980 (28,1%) o en la del 2000 (25%).
¿Cómo están distribuidas? La mayor cantidad se ubican en las grandes ciudades como la ciudad de San Luis (13), Villa Mercedes (7) y Juana Koslay (4).
Quines cuenta con tres, Villa de Merlo con dos, Buena Esperanza con una y Concarán con una. A ellos se le agrega otro lugar como en Bajada Nueva, ubicado en el límite con Mendoza sobre la Ruta N° 188 a unos 50 kilómetros de Unión.
Y es el República el barrio más grande de todos con 1320 familias y una superficie de 1.222.794 m2. Allí se concentra el 34% del total de personas.
En un comienzo era el único asentamiento de la provincia alcanzado entre los 162 barrios populares que iban a ser urbanizados por Nación. Si bien las obras comenzaron en 2023, la suspensión de recursos y proyectos de infraestructura a nivel país paralizó el avance.
Dicho todo esto, ¿qué características presentan este tipo de barrios? El Renabap señala que deben contener tres:
-Deben estar integrados por ocho o más familias que viven de manera agrupada o contigua.
-Más de la mitad de la población no debe tener título de propiedad del suelo.
-Más de la mitad de la población no debe tener acceso regular a dos o más servicios básicos como red de agua corriente, de energía eléctrica con medidor domiciliario o cloacal.
Las villas y los asentamientos se diferencian entre sí porque las primeras tienden a tener una trama irregular, es decir, que no se distribuyen en manzanas, mientras que los asentamientos mantienen los formatos de la ciudad formal y suelen tener menor densidad poblacional que las villas.
En este sentido en San Luis hay dos villas (Los Vagones y el Aeroferro de la capital), mientras que el resto son considerados asentamientos.
En Argentina se registraron 6.467 barrios populares y se estima que en ellos habitan entre cuatro y cinco millones de personas.
Según un relevamiento publicado recientemente por la secretaría de Integración Social y Urbana de la Nación (SISU), en conjunto con distintas organizaciones de la sociedad civil, los barrios abarcan una superficie total de 684 kilómetros cuadrados, donde viven alrededor de 1.2 millones de familias.
Las provincias con mayor cantidad de barrios populares fueron Buenos Aires (2065), Santa Fe (469), Chaco (442) y Misiones (413). Mientras tanto, La Pampa registró la menor cantidad (nueve), seguida por Santa Cruz (21).
En los últimos años se registró un crecimiento significativo en cuanto al crecimiento superficial. El relevamiento del SISU mostró que el promedio del crecimiento superficial anual entre 2017 y 2023 fue del 2,06%.
En un estudio similar realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) en 2018, el crecimiento entre 2006 y 2016 fue inferior, arrojando un promedio del 1,47%.