Inauguraron el Centro de Prevención y Asistencia a las Adicciones en San Luis
Incluye atención especializada a los pacientes y a sus familias para ayudarlos a superar los problemas y alcanzar la recuperación. Satisfacción oficial por la apertura del organismo que trabajará para frenar “el flagelo de las adicciones”.
El gobernador de San Luis, Claudio Poggi inauguró el Centro de Prevención y Asistencia a las Adicciones (CPAA) que forma parte de una de las políticas del Estado más importante que sostiene el Gobierno como es la prevención y la asistencia a quienes cayeron en el flagelo de las drogas y sus familiares.
A las 11:05 el primer mandatario, junto al vicegobernador, Ricardo Endeiza, la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, la ministra de Salud, Claudia Spagnuolo, la directora de Dosep, Teresa Nigra, la secretaria Legal y Técnica, Fabiana Zárate, y el director del CPAA, Darío Pantano procedieron al corte de cintas que simbolizó la apertura oficial.
“Cuando uno tiene que gobernar, tiene que priorizar dos cosas: las políticas públicas porque siempre los recursos son escasos ante las demandas ilimitadas, más en estas épocas de crisis. Y el otro tema es, reconocer que hay problemas. Si uno reconoce que existe un problema social, tiene dos opciones, esconderlo bajo la alfombra y que todo siga igual, o enfrentarlo, abordarlo y definir una política pública para ocuparse del tema. Entonces, lo primero que hay que hacer es reconocer la dificultad”, fueron las palabras con las que Poggi inició su discurso.
En este marco, tuvo en cuenta que durante la campaña electoral el año pasado visitó varias localidades y barrios donde madres de adictos le solicitaron ayuda para sus hijos.
“Decidimos reconocer que la problemática existe y encararla firme. Y después priorizamos este edificio. Tenemos muy buenos recursos humanos, en cabeza del licenciado Pantano y todo el equipo para el abordaje de la temática interdisciplinaria en todo lo que tiene que ver con la prevención. Podemos ser pioneros en el país”, expuso.
Por su parte, Spagnuolo, sostuvo que “actualmente hablamos de consumo de sustancias problemáticas, donde incluimos no solo las drogas ilegales, sino la ludopatía, la adicción al tabaco, al alcohol, a los medicamentos”.
“Trabajamos con muchos psicólogos, asistentes sociales, médicos, agentes sanitarios, sociólogos, o sea, es un equipo que desde distintos ángulos va a hacer su aporte con los pacientes”, subrayó.
En la misma línea, dio a conocer que se trabajará en grupo en talleres: “Porque acá se hace mucho el trabajo con la familia, se atiende al paciente que está enfermo y también con la familia y con sus amigos”.
Se refirió que el Centro contaba con al menos siete mudanzas: “Estamos felices porque ya tenemos un lugar fijo".
En este contexto, el psicólogo y director, Darío Pantano, destacó que “el gobernador ha insistido en visibilizar y en reconocer esto que nos permite ahora tener un espacio físico adecuado para poder contener, orientar y atender a toda la problemática de las adicciones, ya sean con sustancias o sin sustancias”.
“Estamos hablando de un centro que va a funcionar con tratamientos ambulatorios, con tratamientos a corto plazo, de acuerdo a la complejidad del mismo. La tendencia es que las internaciones tiendan a desaparecer, pero va a tener modalidad de centro de día, o sea que el paciente va a poder estar acá entre cuatro y seis horas asistiendo a terapia, grupal, y talleres”, dijo.
Las instalaciones cuentan con una biblioteca, un gimnasio, entre otros espacios que estarán dispuestos tanto para los pacientes como para los parientes.
A su vez, se detuvo a exponer que hay pacientes desde los 12 años hasta los 60, pero que el mayor grupo que pide ayuda van desde los 25 y 35 años.
A lo largo del acto, la esposa de uno de los pacientes en recuperación por las adicciones, Noelia, contó que desde hace diez años vive en la ciudad de San Luis donde conoció a Juan, su marido.
“En principio no me di cuenta de la gravedad de su enfermedad hasta que pasó un tiempo porque para levantarse tenía que consumir al igual que para comer, para ir al baño, para absolutamente todo. Muchas veces me creí fuerte para acompañarlo, pero me di cuenta de que sola no podía”, mencionó.
Con miedo a los prejuicios y la opinión ajena, se acercaron al Centro y desde ese día ambos comenzaron a recibir ayuda: “Yo me sentí una paciente más porque en los grupos de familiares me dieron mucha fuerza”.
“Hace nueve años que venimos acá y por más que esté recuperado siempre hay que tenerle respeto y la voluntad de decir que no se va construyendo con el tiempo. En el camino puede haber decaídas, pero uno tiene que aprender a levantarse y que las puertas de este lugar estén abiertas”, concluyó.