“Es muy difícil levantarse todos los días y que te falte un hijo”

“Ese día me acuerdo patente que me fue a buscar la madre de mi hija a la puerta de mi casa a preguntarme si Guada estaba conmigo y cuando le dije que no, me dijo que no la encontraba. En ese momento fue salir, buscarla, por momentos pensar que la podía llegar a encontrar jugando con algún niño, haciendo alguna travesura y después pasando las horas ver que todo se tornó para otro lado”, rememoró Eric Lucero a tres años de la desaparición de Guadalupe Lucero.

El padre recordó lo fuerte que era ir caminando por el barrio 544 Viviendas y encontrarse a familiares y vecinos gritando su nombre.

El correr de los días hacía crecer la preocupación: “Cuando pasó el tiempo, por así decirte una semana o dos semanas, fue cuando ya me sonó a que estábamos hablando de otra cosa, estábamos hablando ya de un secuestro”.

“Es difícil levantarse todos los días y que te falte un hijo. No poder escribirle a mi hija, o no poder llamarla y hablar con ella. Me levanto porque sé que Dios siempre está ahí para fortalecerme día a día. Por ahí muchas veces las esperanzas o la fe se empiezan a quebrantar, empiezan a perderse de a poco porque no todos los días son iguales, pero siempre le agradezco a Dios de que todos los días me da uno más para seguir luchando por mi hija”, expresó.

Al mirar atrás, el padre de “Lupita” no puede negar que la investigación no fue lo que debía. “Se falló en un montón de cosas. De principio, el Alerta Sofía. Es una alerta que cuando desaparece un menor de edad es automática. Con Guada se hizo a los tres días”, sostuvo.

Consideró que quienes se la llevaron “tuvieron el tiempo más que suficiente para sacarla (de la provincia)”. “Y lamentablemente yo siempre digo que la Policía si bien trabajó, no estaba capacitada para una búsqueda”, agregó.

En diciembre de 2021, la causa pasó al fuero Federal. Desde ese entonces, transmitió que “respuestas exactas no hay”, pero siempre que acude a la Fiscalía puede hablar con el fiscal, Cristian Rachid o su secretario.

“Siempre nos atienden de buena manera. Ellos están a las expectativas de una llamada y siempre hay operativos, por así decirte en Salta o en Jujuy porque supuestamente la han visto a mi hija, pero son todos negativos. Cuando van a corroborar si es Guada, salta que no es ella”, contó.

Para el padre es difícil ilusionarse con cada alerta que podría llevar a su hija: “Uno se hace la esperanza porque uno tiene la esperanza y la fe. Pero llega la hora de que te dicen que no es así o que el operativo salió negativo. Es difícil volver a caer porque uno se ilusiona constantemente”.

“Mi corazonada y mi sentimiento por dentro es que mi hija está viva. Sé que Dios no me va a permitir irme de esta vida sin antes volver a reencontrarme con mi hija, sin poder volverla a abrazar y decirle cuánto la amo, cuánto la extrañé, cuánto la necesité”, cerró.