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INFORME

El desafío de la informalidad en San Luis: cuatro de cada 10 puntanos mantiene un empleo “en negro”

La mayor tasa de trabajo no registrado se observa en las personas que no concluyeron la secundaria y en los jóvenes de hasta 24 años. Hay 38 mil personas anotadas en planes de economía popular y se le suma la destrucción de los salarios de los últimos años.

foto aldo marchiaro
Casi la mitad de los trabajadores de San Luis se encuentra en el mundo informal.

por Julian Pampillón

elchorrillero.com

Actualizada: 15/06/2024 23:47

La coyuntura económica laboral de Argentina y de San Luis está atravesada por estos días por una creciente informalidad y los números oficiales dan cuenta que prácticamente la mitad de la población económicamente activa se encuentra bajo un trabajo “en negro”.

Los informes oficiales de la Nación muestran cómo este segmento de los ocupados puntanos fue creciendo a medida que pasaron los años.

En el tercer trimestre del 2023 (último dato actualizado) la informalidad en San Luis alcanzó al 42,8%, cifra superior al 37,7% del promedio nacional.

Una distinción: en el Gran San Luis (incluye la capital, Juana Koslay, La Punta y El Chorrillo) el número es de 39,9%, mientras que en el Resto de San Luis es de 46,7%.

La diferencia entre sexos también se hace presente en detrimento de las mujeres ya que son alcanzadas por el trabajo irregular en un 45,3%, mientras que un 40,6% de los hombres está bajo esta condición. Una explicación es que las mujeres acceden a rubros caracterizados por la informalidad tal como el servicio doméstico.

El otro indicador impactante del estudio es que más de siete de cada 10 jóvenes de hasta 24 años se desempeña en puestos irregulares (75,7%). Mientras que el grupo de 25 a 49 años lo hace el 42% y el 27,7% el superior de 50.

Asimismo, la educación incide de lleno en el acceso a una mejor calidad laboral. Las diferencias son notorias: la informalidad afecta en un 58,8% a quienes presentan el secundario incompleto; un 48,2% a aquellos que completan el colegio; y un 18,2% a las personas con un nivel superior.

Otra forma de medir es a través del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep), organismo dependiente del ministerio de Capital Humano nacional. Allí se desprende el crecimiento de este sector de la población.

La informalidad en San Luis alcanzó al 42,8%. (Foto Aldo Marchiaro).

En el programa hay 38.701 puntanos dentro de lo denominado como “economía popular”. El número data de abril del 2023 y refleja una suba de este universo respecto a los 36.696 empleos de junio del 2022.

Si la comparación se traslada hasta agosto del 2021, cuando el total era 28.958, la diferencia se estira aún más.

Traducido. Durante el último tiempo en San Luis el trabajo registrado perdido no fue reemplazado por empleos de calidad, sino todo lo contrario, los puestos precarios son ocupados por cada vez más personas.

Ahora, una información relevante es precisar sobre qué es la economía popular. Si bien no hay una clasificación precisa u oficial sobre el término, se lo suele asociar a trabajos que son ubicados por fuera de la formalidad, es decir, en relación de dependencia, con una clara relación patronal-empleado y con derechos laborales.

Por lo general, suele girar en torno a cooperativas, emprendimientos, empresas recuperadas, talleres familiares o agricultura familiar.

Los números tienen rostro

Una de las salidas ante la falta de trabajo formal y estable es el comercio virtual, mediante las redes sociales. Ejemplo de ello, es Marketplace de Facebook.

La oferta de productos y servicios por fuera del sistema registrado abunda. Indumentaria, artículos usados, útiles escolares, servicios de poda de césped, arreglos de electrodomésticos, comidas y mucho más.

Los datos duros también tienen nombres. Tal como el de Brenda Lípolli y Federico Travo que por estos días se ganan el sustento diario a través de la venta de viandas. Ambos fueron empujados a emprender en la actividad debido a que en 2020 se quedaron sin empleo.

“No hay nada como un trabajo que te respalde, es así. Pero la realidad es tener que ganarte el mango para comer, no queda otra. Buscamos y nos postulamos, pero nos frustramos”, comentó Travo.

Anteriormente el hombre se desempeñaba en un comercio de repuestos de la capital, mientras que la mujer en un centro de estética. Los dos estaban registrados formalmente, pero las empresas decidieron cerrar las puertas en medio de la pandemia.

Lo mismo le sucedió a Martín González, un trabajador que perfeccionó su oficio como herrero y montó un pequeño taller en su casa del barrio Eva Perón.

Antes de la recesión, trabajó durante cinco años en una empresa metalúrgica. El contrato en blanco no fue renovado en 2021 y quedó sin el ingreso garantizado.

El servicio que presta va desde rejas para las viviendas hasta parrillas para asados. “Tengo cuatro hijos y tenemos que encontrarle la vuelta a esta situación. Pero con ingenio uno puede hacerle frente y tener un ingreso”, destacó.

Aquí también entra en juego aquellos trabajadores que, pese a ser empleados de una empresa y reunir las características encuadradas en relación de dependencia, es sometida a un salario muy por debajo de la media y totalmente en negro.

Andrea integra este grupo. Trabaja seis días a la semana en un comercio céntrico, hace nueve horas por día y recibe un sueldo de $280 mil por mes. “No alcanza para nada, pero alguna entrada de plata necesito”, indicó.

Herencia, prioridades y el primer paso para recomponer el sistema

La irregularidad laboral en San Luis no es desconocida por el nuevo Gobierno provincial. La ubica dentro de los componentes de la actual crisis del sistema productivo y uno de los problemas a resolver.

El ministro de Desarrollo Productivo, Federico Trombotto dio un panorama del tema y ubicó a la falta de planificación, la orientación macroeconómica y el desorden de políticas productivas como el combo perfecto que posibilitó la realidad actual.

“Todo esto impacta directamente en la creación de trabajo y particularmente en el registrado, haciendo de que el sector informal sea el que más haya crecido dentro de los ocupados”, sostuvo en declaraciones a El Chorrillero.

A su vez, subrayó como parte de su diagnóstico al “desgobierno, la desidia y el desorden”, pero sobre todo cómo la gestión anterior orientó las prioridades a otros lugares y no en sectores claves como el trabajo.

Federico Trombotto. (Foto Aldo Marchiaro).

“Esto derivó en una gran ausencia de posibilidades de trabajo, un alto nivel de desempleo y un alto nivel de informalidad. Hoy vemos un escenario muy complejo de suspensiones y/o algunos despidos que trae aparejado que se complejice más aún el tejido social”, dijo.

Frente a este panorama, Trombotto resaltó las medidas tomadas en estos primeros meses como la formación del Consejo Productivo, los siete foros que se desarrollaron en diferentes regiones y el programa Mi Próximo Paso.

Según precisó, la iniciativa cuenta con 1500 proyectos que pretenden dar un impulso al actual sistema e impactará en más de 5 mil puestos de trabajo con el mejoramiento en la calidad de los actuales y la creación de nuevos lugares.

“Se ha generado un clima y un ámbito de atracción de inversiones o de reinversiones que se encuentran en marcha”, indicó y sumó los ejemplos del regreso de la fábrica Dánica en Villa Mercedes y la inversión de $210 millones de dólares por parte de las empresas PCR y Arcelor/Mittal Acindar.

Por otra parte, el aspecto macroeconómico es sustancial para la búsqueda de la reactivación. Para el funcionario es “sumamente importante y esencial a los efectos de la creación de trabajo y la formalización”.

“Son aspectos que exceden a la realidad provincial pero que sin lugar a duda impactan directamente en el tejido económico, productivo y social, que tiene que ver con el escenario de previsibilidad de políticas nacionales y también con el escenario jurídico que promuevan el bienestar y la creación de trabajo”, dijo.

Y completó: “Estamos sumamente esperanzados, somos positivos y optimistas que todo paso positivo que se vaya a dar a nivel nacional nos va a agarrar muy bien parado porque ya venimos haciendo un trabajo desde el primer día”.

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