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DÍA 1

Juicio por Amancay: un arrastre de 88 metros, una agonía de cinco minutos y el estado de la Avenida Santos Ortiz

En la primera audiencia declararon ocho personas, entre policías, la médica forense y un taxista. La Fiscalía mantuvo la acusación de instrucción y pidió que Jonathan Sandoval sea condenado por homicidio simple con dolo eventual. La defensa aseguró que no hubo intención de matar.

fotos aldo marchiaro
Jonathan Sandoval.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 01/07/2024 20:08

A 11 meses de la muerte de Rocío Amancay Pedernera, este lunes inició el debate oral en contra de Jonathan Werner Sandoval. Está acusado de provocarle la muerte a la joven de 20 años, luego de chocarla con su camioneta en la madrugada del 29 de julio.

La víctima circulaba en su motocicleta por la Avenida Santos Ortiz, en sentido de oeste a este, cuando una Toyota Hilux la embistió por detrás. Perdió la vida en el lugar producto de las múltiples heridas que sufrió.

Durante la primera audiencia, que se extendió por más de cinco horas, las partes expusieron su teoría del caso y propusieron las pruebas ante el Tribunal integrado por Fernando De Viana, Adriana Lucero Alfonso y Hugo Saá Petrino.

El Tribunal estuvo integrado por Fernando De Viana, Adriana Lucero Alfonso y Hugo Saá Petrino.

Luego de eso, declararon ocho testigos, entre policías, un taxista y una médica forense.

La primera jornada se abocó a establecer la mecánica del accidente, si hubo una impericia del imputado, cómo fueron las horas posteriores, los elementos secuestrados, las pericias que se hicieron en ambos vehículos, las condiciones en que se encontraba la ruta, la iluminación en ese momento, y lo que pudo proyectarse Sandoval al momento del hecho.

Al mismo tiempo, la médica forense del Poder Judicial, Marcela Gómez, enumeró las heridas que presentaba Amancay y explicó la entidad del impacto para provocarle la muerte casi de forma instantánea.

Las teorías del caso

La fiscal de Juicio, Virginia Palacios, expuso en el comienzo su hipótesis del hecho y mantuvo la acusación de la etapa de instrucción. Así, consideró que Sandoval debe ser condenado por el delito de homicidio simple con dolo eventual. La calificación hace referencia a que si bien no tenía la intención de matar, pudo proyectarse en algún momento que su accionar podía conducir a este desenlace.

La representante del ministerio Público Fiscal relató lo que sucedió ese 29 de julio a la madrugada, cuando tras embestir a la joven, el implicado “de forma inmediata y a toda velocidad, se dio a la fuga, por la misma autopista, con dirección a Juana Koslay”.

Fiscal de Juicio, Virginia Palacios.

Planteó en este sentido, que el hecho fue “mucho más que un accidente de tránsito” porque “hubo un plus de subjetividades que se van a demostrar a lo largo del debate y que mostrarán la actitud del imputado antes, durante y después”.

En los alegatos de apertura, Palacios afirmó que el ingeniero agrimensor estuvo consumiendo alcohol durante “toda la noche” en una juntada y luego en un boliche. Sumó a eso que previo al siniestro cruzó un semáforo en rojo “advirtiéndose que no le importaba las consecuencias que su conducta podría llegar a provocar”.

“Resulta claro a partir de la conducta asumida por el imputado, que se representó las consecuencias que traería aparejado para el resto de las personas, el conducir su camioneta en las malas condiciones físicas y psíquicas en las cuales se encontraba, y aun así no le importó”, aseveró.

Augusto Aguilera Marturano.

Los padres de Amancay, que aguardaron todo el desarrollo de la audiencia en los pasillos de Tribunales, estuvieron representados por Augusto Aguilera Marturano y Guillermo Sánchez Pagano. Ambos letrados adhirieron a la postura del ministerio Público Fiscal.

“Esta querella va a demostrar en forma indubitable que (Sandoval) generó un incidente doloso que le costó la vida a Amancay. Debe ser adecuado a la calificación que se dio en primera instancia”, sostuvo Sánchez Pagano.

El abogado transmitió la certeza de que el imputado “se representó la posibilidad de generar un incidente de tránsito, y así y todo continuó adelante con su accionar”.

Guillermo Sánchez Pagano.

La defensa estuvo en manos de Marcos Juárez y Ramiro Rubio. El primero explicó que no cuestionan el hecho en sí, pero apuntó a la calificación jurídica porque “no se corresponde con las evidencias, ni pruebas que vamos a ventilar”.

Subrayó que “las circunstancias de dolo eventual no se dan en este caso” y que la imputación “no puede sobrepasar el homicidio culposo”.

Los primeros interventores, las pericias y el estado de la ruta

Uno de los policías que declaró ante el Tribunal fue Luis Pollini, quien al momento del siniestro estaba a cargo de las pericias dentro de Accidentología Vial, y fue quien las realizó sobre la moto y la camioneta.

Precisó que el rodado mayor funcionaba con normalidad al igual que todas las lámparas y los frenos, y presentaba daños en la zona frontal, le faltaba el paragolpe y tenía dos radiadores perforados.

Marcos Juárez,

La motocicleta tenía las luces traseras destruidas por el impacto, pero las frontales sí funcionaban.

Pollini se detuvo en la planimetría del siniestro y lo que pudieron reconstruir. Puntualizó que hubo un arrastre de 88 metros a partir de la marca que dejó la primera abrasión (de la moto) y el lugar en que se encontraba el cuerpo de Amancay. Entre el rodado y la víctima había unos 40 metros de distancia. Y “no había signos de frenada ni antes, ni después” del lugar donde ocurrió el impacto.

Describió que la moto circulaba por la zona media del carril derecho (lento) y que recibió el choque de atrás. Planteó que “no hay posibilidad de que no advirtiera el hecho” el conductor de la camioneta.

También expuso que esa noche la visibilidad era óptima, mientras que la calzada era irregular. Mencionó algunos baches y resquebrajamientos, pero que se encontraba en buenas condiciones. Le exhibieron imágenes de la carpeta asfáltica y reconoció que era malo el estado en ese sector, aunque “los baches no pudieron tener incidencia en el accidente”.

Ramiro Rubio.

Del mismo modo, la defensa de Sandoval indagó sobre el estado de las cubiertas de la moto. El policía dijo que estaban desgastadas y permitían circular, pero “no se debería”. Y agregó que esto tampoco puede influir en el incidente.

Javier Quiroga, se encontraba patrullando en el barrio Manuel Lezcano esa madrugada cuando desde el centro de operaciones alertaron por un accidente. Acudió al lugar y se abocó a resguardar la escena. Vio el cuerpo de la víctima y un solo rodado.

Testigos le manifestaron que una camioneta estaba involucrada porque habían visto el vehículo alejarse del lugar. Además, había partes blancas que no correspondían con la moto. El oficial especificó que la calzada y la visibilidad eran normales.

La reconstrucción del accidente.

Cristian Ibáñez fue otro de los efectivos de Accidentología Vial que actuó en los primeros momentos. Rememoró que cuando concurrió al lugar había civiles y la zona estaba perimetrada y resguardada.

Puntualizó en los sectores donde estaba el cuerpo, las zapatillas de la joven, plásticos, abrasiones, la patente, el casco roto en el mentón y en la parte de arriba y también restos blancos de otro vehículo.

Estimó que “la colisión se habría producido a unos 100 metros más atrás del occiso”, y fue “en el carril lento, cerca de la banquina”.

También se refirió al relevamiento de pórticos que hubo luego para dar con Sandoval, y que personal del barrio privado donde vivía manifestó que esa madrugada ingresó a alta velocidad, haciendo cambio de luces y estaba chocado. Y agregó que el acusado se presentó de forma voluntaria el 30 de julio en la dependencia, cuando ya estaba vigente la orden de detención.

Gustavo Sosa también acudió al lugar del incidente, vio la motocicleta y el cuerpo.

Gladys Bascuñán, integrante de Accidentología Vial, tomó conocimiento por un llamado del jefe de servicio sobre una persona fallecida en accidente de tránsito, donde la otra parte se había dado a la fuga.

Pudo observar el cuerpo sin vida, la motocicleta (sobre la carpeta asfáltica en el carril lento) y accesorios blancos de un vehículo mayor. Hizo la inspección ocular y coordinación de tareas.

Indicó ante el Tribunal que las condiciones para manejar eran regulares y estaban encendidas las luminarias, aunque algunas no funcionaban.

El estado de la Avenida Santos Ortiz.

Se refirió al primer allanamiento en la vivienda de Sandoval, donde la camioneta no tenía paragolpe, el capot estaba abollado, el radiador golpeado y había humedad reciente debajo del rodado. Consideró que esto último “daba la pauta de haber sido lavado”.

Releyó una entrevista con el acusado, que esa tarde prestó colaboración para los procedimientos, donde le relató que sintió un impactó cuando circulaba a la altura del barrio Tibiletti y no frenó por temor a lo que podía suceder. Añadió que cuando se levantó a la mañana siguiente se enteró del hecho por las redes sociales y se “puso a derecho”.

Bascuñán además fue indagada sobre el barrio Tibiletti y señaló que es un sector “conflictivo y suelen arrojar piedras”.

En la audiencia también declaró José Bastías, un taxista que se enteró del hecho por la frecuencia radial. Llegó alrededor de las 5:25 al lugar y fue convocado como testigo del secuestro de pertenencias de Amancay. Entre ellas, una cartera y papeles del rodado.

Pudo ver un cuerpo en el costado sur, más cerca de la banquina que del cantero central. A su vez, una carcasa plástica que va debajo del guardarraíl de cualquier auto. Precisó que la moto estaba “totalmente dañada” y consideró que el estado fue producto de “un impacto violento”.

Sobre el estado de la Avenida Santos Ortiz, por su experiencia manifestó que “se puede circular, en algunos sectores a no más de 60 kilómetros por hora por los pozos”. Mientras que calificó al barrio Tibiletti como peligroso.

Una agonía de hasta cinco minutos

La médica forense cerró la audiencia. Especificó que Amancay murió producto de politraumatismos a partir de una fractura frontal con pérdida de masa encefálica.

Pero a eso agregó escoriaciones en todo el cuerpo, principalmente en rostro, abdomen, pelvis y tórax, una fractura en la nariz y un corte en el cuero cabelludo.

Del mismo modo, la víctima tenía un desgarro en el pericardio que también podría haberla llevado a la muerte, y hematomas en pulmón, ovarios y útero.

Médica forense, Marcela Gómez.

Expuso que por la contextura física y las heridas que presentaba, debió tratarse de “un impacto de entidad”.

Asimismo, tenía toda la ropa desgarrada y escoriaciones producidas por el arrastre por el asfalto a partir del choque y que fue despedida de la moto.

Gómez estimó que el deceso pudo implicar una agonía de hasta cinco minutos.

El debate se reanudará el martes con otros 16 testigos.

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