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DÍA 3

Juicio por Amancay: los chispazos de arrastre, una familia devastada que pide justicia y el perdón de Sandoval

En la penúltima jornada declaró el imputado, quienes compartieron las horas previas con él, familiares de la víctima, los primeros testigos y un perito de parte. Los padres reclamaron una condena que marque un precedente.

fotos aldo marchiaro
Jonathan Sandoval declaró este miércoles.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 03/07/2024 22:55

Este miércoles quedó clausurada la etapa probatoria en el juicio por la muerte de Rocío Amancay Pedernera. Transcurrieron las últimas 10 testimoniales y finalizó la etapa previa a los alegatos.

Ante el Tribunal integrado por Fernando De Viana, Adriana Lucero Alfonso y Hugo Saá Petrino declararon ex compañeros de trabajo de Jonathan Sandoval, que estuvieron en la juntada previa al accidente fatal, dos testigos que llamaron al 911 tras el siniestro, una joven que aseguró haberse cruzado al imputado después del hecho, un perito de parte, los padres y una tía de la víctima.

Luego de eso, Sandoval quiso hablar. Primero buscó responder a la familia de la joven y luego dio su versión de lo que sucedió en la madrugada del 29 de julio. Sin embargo, no quiso responder preguntas de las demás partes.

En una sala repleta de familiares y allegados a ambas partes, la de hoy fue una de las audiencias más emotivas. Gabriela Medero y Martín Pedernera recordaron quién era esa joven a la que se le apagó la vida en una ruta. Sus valores, el compañerismo y el corazón que le ponía a la vida, la definieron.

Además, se encargaron de poner en palabras el dolor de ese trágico desenlace, lo que implicó ver su cuerpo abandonado en la Avenida Santos Ortiz y el deseo para que no existan otras Amancay y esta causa permita generar conciencia a la hora de conducir.

Hugo Saá Petrino, Fernando De Viana y Adriana Lucero Alfonso.

Como fiscal de Juicio interviene Virginia Palacios, como querellantes Augusto Aguilera Marturano y Guillermo Sánchez Pagano, y como defensores Ramiro Rubio y Marcos Juárez.

Las horas previas y el consumo de alcohol

Con los testimonios de Dulcinea Vargas, Leonardo Rodríguez y Roxana Cali se buscó reconstruir cómo fue la juntada y la salida a un boliche de Sandoval antes del accidente. Los tres participaron del encuentro de ex compañeros de trabajo que se hizo la noche del 28 de julio en un departamento de la calle Constitución.

Vargas rememoró que ese sábado llegó alrededor de las 22:30 cuando todos los demás estaban en el lugar, incluido el acusado, a quien no veía desde 2018. Dijo que para tomar había cervezas, fernet y gin.

Si bien reconoció que en la previa vio al imputado bebiendo fernet, porque lo estaba preparando, no pudo dar cuenta sobre su estado.

Rodríguez aseguró que “fue una juntada tranquila”. Él había llevado fernet, pero desconocía si Sandoval había consumido. “Lo vi bien”, indicó el hombre que luego de terminar la botella se fue a su casa.

Por su parte, Cali transmitió que el ingeniero tomó de un vaso que compartían en la juntada y también en Comuna Club. Sin embargo, no pudo precisar la cantidad.

Virginia Palacios.

“Vi chispazos en la ruta como cuando arrastras un fierro”

Leonardo Lucero es un vecino del barrio Tibiletti que esa madrugada llegaba a su vivienda. Decidió salir porque escuchaba voces. Cuando lo hizo oyó un impacto que venía desde la Avenida Santos Ortiz. Fue entonces cuando observó “chispazos como cuando arrastras un fierro”. Instantes después una camioneta blanca se iba del lugar a más de 80 kilómetros por hora.

El hombre, que fue el primero en llamar a emergencias, aclaró que estaba a unos 500 metros del lugar, pero se veía bien porque “la ruta está iluminada”.

Explicó que mientras se comunicaba con el 911, llegó un vehículo donde se bajaron varias personas y “se agarraron la cabeza”. Unos 15 minutos más tarde arribó la Policía.

Ramiro Rubio y Marcos Juárez.

Verónica Funes iba por la ruta desde el centro de San Luis cuando vio un bulto a los lejos. Cuando estaban llegando advirtieron que se trataba de un cuerpo. La mujer también llamó a emergencias.

Frenó un poco más adelante y detrás de ella lo hizo un móvil de la Policía. Estimó que fue cerca de las 5 de ese domingo.

Melody Pelegrino fue una testigo aportada por Aguilera Marturano. La joven relató que se había cruzado con Sandoval después del hecho en Los Puquios, en la entrada a Cuchi Corral.

Detalló que una camioneta se les apareció por detrás. Su amigo, que manejaba su auto, tuvo que “volantear porque nos llevaba puestos”. Después de eso frenaron y el conductor se bajó para dirigirse al vehículo, pero éste aceleró y se fue.

Contó que el rodado estaba chocado y le salía humo. Calculó que todo sucedió entre las 4:20 y 4:30.

Pelegrino expuso que se enteró del accidente de Amancay a las 11 a través de las redes sociales y se comunicó con un teléfono que pedía datos sobre el siniestro.

En el debate le exhibieron imágenes de la camioneta y aseguró que era la misma con la que se había topado.

Guillermo Sánchez Pagano y Augusto Aguilera Marturano.

“Fue muy cruel encontrar a mi hija sin vida”

En el tramo final de la jornada, se sentó ante el Tribunal una tía de Amancay, María Medero. Rememoró el llamado de sus hermanas, el llegar a la escena, la imposibilidad de acercarse a la víctima y “la impotencia porque no estaba quien la había asesinado”.

“Fue muy doloroso todo. No se lo deseo a nadie”, dijo y recordó a su sobrina, el haberla recibido cuando nació, cada momento compartido y hasta las miradas con picardía.

“Compartimos todo, hasta este hecho horrible. No hay nada que la vaya a devolver. No hay nada que repare este dolor. Estamos hoy pidiendo justicia y que se marque un precedente para que no haya más Amancay tiradas por la ruta abandonadas”, pidió la mujer.

María Medero, tía de Amancay.

La madre de la joven, Gabriela, también se remontó a la madrugada de la tragedia: “Me llevaron y no me pude acercar. Visualicé la escena, todo el recorrido, las zapatillas, las partes de la moto. Fue muy cruel encontrar a mi hija sin vida”.

“Eduqué a mi hija con educación. Sería una excelente abogada porque la crié para ser imponente. Siempre mirando a los ojos, diciendo la verdad. Y hoy puedo decir que no la tengo”, sostuvo.

Gabriela describió que con la muerte se le fue “alma y corazón”. Y expresó su enojo por la forma que encontró a la víctima: “Si la hubieran auxiliado, pero no lo hicieron, la dejaron tirada”.

Apuntó a Sandoval porque “no mira a los ojos, no se ve honesto” y planteó que “el que agacha la cabeza oculta muchas cosas”.

En la misma línea, Martín contó que como esa madrugada la joven no llegaba comenzó a llamarla. Fue cuando lo atendió un tercero que le manifestó lo que había ocurrido.

“Es totalmente doloroso. Una rotura en el alma. Ha sido desgarrador. Que se te vaya un hijo es destructivo. Era mi compañera y confidente”, transmitió.

El padre también cuestionó al imputado porque “un accidente le puede ocurrir a cualquiera”, pero debería “haberse parado”.

“Ni un animal hubiera hecho eso. No es odio, no es rencor hacia el animal este, pero no lo justifico”, afirmó mirando a Sandoval. Por todo eso, reclamó “que pague y se haga justicia”.

“No soy un animal, no soy el diablo”

El ingeniero quiso responder a los padres de la víctima. En su declaración, inicialmente se dirigió a ellos y luego dio su versión de los hechos.

“Realmente no lo busqué a esto, lo siento de corazón. Nunca en mi vida pensé pasar por esta situación. Nunca en mi vida pensé dañar a alguien, causar tanto dolor a una familia que no conocía, ni generar tanto dolor en la mía, con esto que voy a llevar para el resto de mi vida”, expuso.

Mirando a Gabriela y Martín, continuó: “No soy un animal, no soy el diablo como me ha tildado la querella y todos los otros descriptivos calificativos hacia mi persona. Yo también soy papá y hubiese hecho lo mismo que ustedes señores. Yo también hubiese pedido justicia”.

“Por último, perdón Amancay, perdón de corazón, que Dios te tenga en su santa gloria”, le habló a la víctima.

Luego de eso, se detuvo en esa noche y madrugada. Puntualizó que había viajado a Córdoba y cuando regresó tuvo la juntada con ex compañeros de trabajo. Más tarde se trasladaron al boliche y después de las 4, emprendió el regreso a su vivienda.

“Cuando volvía a mi domicilio sentí un golpe, un impacto fuerte, no sé qué pasó, no sé si me dormí, no sé si se cruzó, la verdad que desconozco, pero (espero) que con las pericias se obtenga la realidad”, especificó.

Asimismo, dijo que creyó que le habían tirado algo, porque vio chispas. “Por eso relacioné que había sido un tacho lo que había golpeado”, agregó.

“Nunca me di cuenta que había sido una moto y una persona lo que había chocado. Siempre me quedé con que había golpeado algo o me habían tirado algo. No lavé la camioneta, no arreglé nada, no planté pruebas, no tiré nada en el tacho de basura”, insistió.   (no debería decir no planté?)

Su relató cerró haciendo énfasis en que es otra víctima de lo que sucedió. “No soy todas las cosas que han dicho los medios, que me han castigado de tanta mentira. No estaba borracho, no soy una persona borracha ni drogada, ni conocido de políticos. No soy millonario tampoco. Soy un simple trabajador el cual perdió a su familia. Una familia sin su padre y una familia sin su hija. Es la triste realidad”, señaló.

Minutos después declaró el perito de parte de la defensa de Sandoval que intervino en una pericia. Hugo Fernández hizo referencia a que donde ocurrió el siniestro figuraba como avenida, pero “dadas las características es una autovía que pertenece a la Ruta Nacional N°7”.

A partir de eso, consideró que la velocidad máxima para circular era de 120 kilómetros por hora.

Además, enumeró falencias en la calzada como el asfalto levantado, descascarado e irregular.

De esa manera, quedó clausurada la etapa probatoria. Este jueves serán los alegatos y la sentencia.

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