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INFORME

Familias Solidarias, entre la cobija contenedora y el trabajo en contextos vulnerables y hasta de adicciones

El organismo perteneciente al ministerio de Desarrollo Humano es un eslabón clave para la contención de niños. La invitación para que se sumen más familias es permanente.

Foto ilustración Shutterstock.
Actualizada: 20/07/2024 23:50
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El programa de Familias Solidarias que en la actualidad cuenta con 65 inscriptos contiene a un total de 110 beneficiarios, divididos en niños, niñas y adolescentes; personas mayores y personas con discapacidad.

Se trata de un engranaje clave no solo en el resguardo de los menores sino dentro del sistema de adopciones ya que su equipo interdisciplinario intercede en complejos cuadros de vulnerabilidad, violencia y hasta adicciones.

Para conocer en detalle el funcionamiento y trabajo de la dependencia del ministerio de Desarrollo Humano, El Chorrillero dialogó con el jefe de la subdirección Protección de Niñez, Adolescencia y Familia, Leonardo Córica.

Ubicó al interés superior del niño como la misión principal del organismo y explicó la intervención que tienen desde que reciben el oficio de la Justicia, pasando por los informes mensuales que emiten, hasta las medidas que solicitan.

De diciembre hasta mayo recibieron 263 oficios. Es decir, entre 10 y 15 casos que deben intervenir diariamente.

El primer contacto con un caso es en el domicilio. Allí los trabajadores sociales, psicólogos, acompañantes terapéuticos, entre otros, asisten para entrevistar no solo al niño o adolescente sino a la familia y a vecinos. Se corrobora la situación.

El oficio judicial puede relatar episodios de violencia familiar y una multiplicidad de escenarios donde el principal afectado es el menor.

Las adicciones por drogas tanto por parte del entorno familiar como del niño o adolescente configura un delicado cuadro que abordan día a día. “Estamos hablando de que, si bien son chicos jóvenes, todos sabemos el grado de adicción que hoy vive la sociedad. El grado de la droga por ahí penetra y es lo que nosotros tenemos combatir. Es uno de los principales agravantes con el que nos encontramos”, destacó.

Y agregó: “Está tan naturalizado el grado de adicción de los padres que a lo mejor vemos un nene de 12 años que también ya está con una adicción y, no una pequeña, sino una importante. Se naturaliza la violencia, todo con mucha promiscuidad. Es difícil para nosotros actuar, por eso destaco el trabajo coordinado con la Justicia”.

Luego el equipo interdisciplinario toma un primer paso: puede solicitarle al juez de Familia, Niñez y Adolescencia de turno que sea resguardado con un familiar, tal como puede ser una abuela, o solicitar el ingreso a una familia solidaria.

El jefe de la subdirección Protección de Niñez, Adolescencia y Familia, Leonardo Córica.

Aunque esto no sea determinante ya que los trabajos y acompañamiento con los padres continúa a través de una serie de acciones integrativas. “A veces los progenitores recapacitan y otras no, es así”, sostuvo Córica.

Ahora, en el caso de que se agote la vía y la vinculación con los padres no sea posible o que no tenga a nadie más que lo pueda resguardar, comienza una nueva etapa: durante seis meses pasará sus días en una familia solidaria.

“Son acompañados con psicólogos permanentemente, se les hace un seguimiento y vamos observando qué evolución van teniendo. Sin descuidar también, sin descuidar al papá y mamá por las dudas que puedan mejorar”, señaló.

Un dato a tener en cuenta sobre las familias solidarias es que también son evaluados previamente y deben pasar por un filtro y una serie de exigencias tanto económicas como ambientales.

Los convenios firmados se renuevan cada seis meses y, de manera mensual, el Estado aporta con $82 mil por cada niño que asista. Además, en el caso de que los progenitores cobraran algún plan social como la Asignación Universal por Hijo (AUH), éste se le trasladará a la familia solidaria.

Y desde el Estado se realizan controles y una evaluación continua. “Vamos fortaleciendo o viendo cómo es el desempeño, el día a día, para ver si realmente funciona como familia y los chicos, las chicas, los beneficiarios se sienten contenidos en ese hogar”.

Lo cierto es que culminado ese proceso de “estadía” con la familia, son elevados informes que recomiendan qué medidas tomar de cara al futuro. Es aquí donde el juez decide iniciar un proceso de guarda preadoptiva o de adopción.

Aquí notifica al Registro Único de Adopciones para ubicar a una familia inscripta aditiva (en la actualidad hay 38 postulantes) para comenzar con las visitas y encuentros.

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