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DÍA 2 DEL JUICIO ORAL

Un hombre “sin sentimientos de culpa”, los cinco disparos contra Johana Galdeano y los signos de que arrastraron su cuerpo

Este martes en el segundo día del debate oral contra Juan Carlos Solalinde declararon también peritos psicológicos y se expusieron los resultados de la necropsia.

Foto Nahuel Sanchez
Juan Carlos Solalinde en la segunda audiencia donde es juzgado por asesinar a Johana Galdeano.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 23/07/2024 17:50

La parte más fuerte de la segunda audiencia del debate oral fue cuando llegó el momento de escuchar a la médica legista, Alba Pereyra, que trabajó en la necropsia de Johana Galdeano. La profesional se apoyó en fotografías del cadáver para explicar cómo impactaron las balas y los daños que hicieron en su recorrido.

Pereyra, que también hizo los exámenes externos al cuerpo en la casa de Solalinde donde asesinó a Galdeano, dijo que los impactos que causaron la muerte fueron los que ingresaron en la zona del tórax y abdomen. En el cuerpo impactaron 5 balas y todas fueron vitales, no post mortem. Si bien no pudo precisar el orden de los disparos, sostuvo que la bala que perforó el pulmón posiblemente la derribó “y perdió la conciencia”.

También dio cuenta que tenía la ropa levantada (como arrollada), lo que condice con la teoría de la Fiscalía de que fue arrastrada hacia el interior donde finalmente murió, y precisó que sus prendas tenían pasto y tierra. Detectó manchas hemáticas en el ingreso, que es donde se cree que el imputado ejecutó el arma.

Médica legista, Alba Pereyra.

Johana también tenía dos cortes superficiales (de elemento cortante de similares características al cuchillo que tenía en una de sus manos), uno en el cuello y otro en la muñeca, en el sector donde también recibió un tiro.

Otra bala entró por la mejilla derecha, le fracturó el maxilar, perforó la tráquea y se quedó depositado en el tórax. En este último sí se pudo determinar que fue realizado “desde un ángulo diferente respecto a las otras heridas, y cuando el cuerpo estaba acostado”. También precisó que ese disparo se hizo a una distancia de entre unos 30 y 50 centímetros.

Por otra parte dieron su testimonio el psiquiatra Martin Cipitelli y la licenciada en Psicología, Gabriela Bruno, quienes en conjunto realizaron un informe sobre el comportamiento y la personalidad de Solalinde.

“Al momento de comprender sus acciones no encontramos trastornos o impedimentos para comprender. Desarrolla un relato que posee conciencia y comprensión de sus actos, y también la situación en la que se encuentra inmerso. Se puede desempeñar y tiene sus funciones cognitivas conservadas. No hay cuadro patológico”, volvieron a repasar hoy al leer la pericia.

Por otra parte indicaron que “no se observa sentimiento de culpa ni arrepentimiento”. Y que “el comportamiento verbal no se condice con el lenguaje corporal”. Así analizaron lo que expresaba su cuerpo después de un hecho realizado, y no detectaron “una reflexión de verdadero arrepentimiento y culpa”.

“Decía de un sentimiento que no coincidía con lo que decía internamente”, agregaron.

También hicieron hincapié en la “agresividad e impulsividad” cuando “produce una conducta para ocasionar daño”, y una marcada intolerancia a la “frustración” que puede originar enojo.

El psiquiatra Martin Cipitelli y la licenciada en Psicología, Gabriela Bruno, junto al fiscal de juicio, Ernesto Lutens.

Recordaron que en la entrevista estuvo “colaborador y participativo, y cuidando del discurso, asumiendo una postura de complacencia, buscando la aprobación”. También “que da cuenta del esfuerzo por no dejarse conocer, queriendo resaltar aspectos positivos de su personalidad, con una postura de víctima”.

Detectaron que el acusado del femicidio “ponía la responsabilidad en el otro”, que había “carencia de reflexión, sin temor ni arrepentimiento”.

En otro pasaje respondieron sobre lo que Solalinde decía de Galdeano: “Describe que los motivos de atracción eran porque ella tenía personalidad fuerte, que no podía dominarla, y naturalizaba la violencia en la relación, que eso se daba cotidianamente”.

“Presenta elementos con egocentrismos a través del cual se encuentra centrado en sus sentimientos y necesidades, dejando en segundo plano lo que sienten los demás. No se coloca en el lugar de los otros. La culpable de todo era de su ex”, agregaron.

Concluyeron que su comportamiento era agresivo, que buscaba transgredir límites con violencia.

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