Las últimas horas con vida de Johana Galdeano: “Muchas veces estuve así de furioso, como un volcán”

Una frase de Juan Carlos Solalinde sobresale de la pericia psicológica y psiquiatra, y tiene relación directa con las últimas horas que Johana Galdeano estuvo con vida. Se ventilaron en la segunda audiencia del juicio.

Este martes los especialistas que lo entrevistaron poco después del homicidio que confesó en una comisaría, expusieron ante el Tribunal que lo juzga y que integran Daniela Estrada, Sebastián Cadelago Filippi y Mauro D’Agata, cuál es su personalidad.

A los profesionales, el sindicalista les dio detalles de la relación que tenía con Johana, y advirtieron que “naturalizaba la violencia” que había en la pareja, que eso se daba “cotidianamente” y que había “un gusto personal, que disfrutaba de eso”, en referencia al trato.

Puntualizan que al momento de la valoración (que se hizo el 7 de febrero de 2022) no había “signos ni síntomas compatibles con cuadro psicopatológico crónico” que le impidiera comprender y dirigir sus acciones.

También hicieron hincapié en la “agresividad e impulsividad” cuando “produce una conducta para ocasionar daño”. Una marcada intolerancia a la “frustración” que puede originar enojo y la “capacidad de seguir siendo consciente” de los actos cometidos.

Su personalidad, indicaron, presenta “elementos compatibles con egocentrismo, a través del cual se encuentra “centrado en sí mismo, en sus propios sentimientos y necesidades del momento dejando en segundo plano los sentimientos, necesidades y pareceres de los demás”.

Insistieron sobre un indicador de “inmadurez” que cuenta de “egocentrismo, narcisismo, escasa tolerancia a las frustraciones, agresividad e   impulsividad”.

El 26 de mayo de 2021 fue el último día de Galdeano con vida.

Pasado el mediodía Solalinde se puso celoso cuando un amigo de ella la visitó para desayunar. Se trata de Eric Ponce, a quien la mujer conoce desde que eran jóvenes. En un tiempo fueron novios, pero se separaron y cada uno siguió caminos distintos. Tenían un vínculo amistoso. Este martes él fue uno de los testigos.

En la charla con peritos, el imputado por “homicidio doblemente calificado, por mediar relación de pareja y violencia de género” contó esa situación: “Muchas veces estuve así de furioso, como un volcán”. De esa manera describió el momento en el que se enteró que su ex pareja había recibido a un viejo conocido.

Ponce salió de la casa de Johana y se subió en su moto. Detrás lo siguió Solalinde, en una especie de persecución. En la esquina de un semáforo de calle Montevideo lo alcanzó, bajó la ventanilla del auto y le preguntó si él se llamaba Eric, cuando le dijo que sí le hizo saber que estaba al frente del “padre del hijo de Johana”. Le levantó el pulgar y siguió. En el celular encontraron la foto que desde el interior del vehículo le tomaron a Ponce, mientras esperaba el paso del semáforo.

Después de esa especie de “advertencia” regresó a la vivienda para atormentar a Galdeano.

La joven más tarde pudo llamar a Ponce para ponerlo al tanto de los celos de su ex, y le dijo que iba a ocuparse para que no tuviera problemas.

Lo que vino después fue la muerte.

Solalinde la citó insistentemente en su domicilio de calle Sarmiento, entre Nelson y Tallaferro, bajo la amenaza de que iba “a matar a su novio, amigo o amante”. Esto último es lo que sostiene la acusación que realizó el fiscal de primera instancia, Maximiliano Bazla.

“¿Vas a venir o  no?, le insistía.

Cuando ella llegó la ejecutó de 5 disparos. Uno de los tiros los hizo a una distancia no mayor a los 50 centímetros, y fue en su rostro. Todo eso sucedió entre las 15 y 15:30.

La pericia expone que una de las consecuencias del egocentrismo es “la dificultad en la capacidad empática: colocarse en el lugar de los demás y de sensibilizarse con las emociones o situaciones de otras personas.

A ello también agregan “importantes componentes agresivos asociados a comportamientos de este tipo de carácter invasivo, es decir, tiende a transgredir los límites ajenos de manera violenta”.