Elección puntana y el desafío de iniciar una vida en la provincia: 3 de cada 10 personas que vive en San Luis nació en otro lugar
Hay más de 157 mil personas que eligieron a San Luis como lugar para vivir y desarrollarse. Unos 149 mil son oriundos de otras provincias y poco más de 8 de otros países. La ola migratoria proveniente de otras naciones que alcanzó al territorio sanluiseño, el caso Venezuela, el reto de emprender fuera de casa y el abrazo de la comunidad.
San Luis, tierra con los brazos abiertos. O al menos es una de las conclusiones que surge del estudio de datos oficiales ya que el 29,1% de las personas que residen dentro del territorio puntano no nacieron en la provincia y provienen de otras jurisdicciones de Argentina o incluso de otros países.
Los datos se desprenden del último Censo Nacional realizado en 2022 y cuyos resultados permiten conocer cifras sobre cómo está compuesta la población no solo de acá sino del resto del país.
La inmigración en Argentina y la movilidad intraprovincial fue uno de los aspectos que abordó la encuesta nacional. Allí se desprenden diferentes cuestiones tal como el poder vislumbrar cuales son las jurisdicciones con más residentes que nacieron en otro lugar.
Según el informe, de los 540.548 habitantes de San Luis, 383.105 nacieron en la provincia, es decir, un 70,9% del total. Mientras que 149.224 son oriundos de otras jurisdicciones (27,6%) y 8219 nacieron en otros países (1,5%).
Entre los distritos que tienen más habitantes nacidos en otras provincias o países se destaca Tierra del Fuego, con el 57,6% de su población, seguido por Santa Cruz (45,6%); Ciudad Autónoma de Buenos Aires (33,7%); Neuquén (32,1%); Río Negro (30,5%) y Chubut (29,8%).
San Luis ocupa el 7° puesto del ranking. En tanto que en el último puesto de la lista se encuentra Chaco con el 8,8%.
En la discriminación de los números se observa cómo los principales departamentos aglomeran la mayor cantidad de inmigrantes o personas de otras provincias.
Pueyrredón lidera con 75.983 y le sigue Pedernera con 35.588. En tanto que San Martín es la última de la tabla con 520.
Pero un detalle resalta entre todos y es el caso de Junín. Allí el 54,06% del total de habitantes son nacidos en otros distritos o países. Es decir, más de la mitad de la población proviene de otros lugares.
Unas 18.509 personas son nacidas en San Luis, 21.016 vienen de otras provincias y 764 de otros países.
A esto se le suma el comportamiento migratorio de otros países a lo largo de las últimas décadas. La mayoría arribó a San Luis antes de 1999. Unas 3035 personas llegaron en el siglo XX.
En el caso de tomar el actual milenio en la década de 2010 a 2019 se vio el mayor flujo con 1765. De 2000 a 2009 el número fue de 1022. Y en estos dos años de 2020 a 2022 arribaron 228.
Por cercanía, pero sobre todo por coyunturas económicas y hasta políticas, gran parte de estos inmigrantes proviene de países americanos, puntualmente limítrofes. La comunidad chilena es la N° 1. De los 8219 totales, 1630 son chilenos; unas 1211 vienen de Bolivia; 491 de Paraguay; 491 de Uruguay y 162 de Brasil.
Un caso testigo del escape de la crisis y que sobresale entre todos, son aquellos que decidieron salir de Venezuela y marcaron rumbo a San Luis.
Hasta 1999 sólo había seis venezolanos y entre el 2000 y el 2010 llegaron otros ocho. Pero fue el periodo 2010-2019 cuando la inmigración dio un salto con todas las letras: arribaron 331 debido a la agudeza y profunda crisis provocada por el régimen de Nicolás Maduro.
De Europa figuran 611, de Asia 212, de África 27 y de Oceanía solo cuatro.
Lo cierto es que los procesos migratorios juegan un papel fundamental en la conformación y la evolución demográfica de los países y las provincias en la medida en que influyen sobre las condiciones sociales, culturales y económicas, así como también en la estructura por sexo y edad de la población.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), “los censos constituyen una fuente de información esencial para identificar y caracterizar, de acuerdo con una variedad de atributos sociodemográficos, a la población residente que nació en un país diferente al que fue censado”.
En el informe, los especialistas también explicaron por qué es importante analizar las migraciones internas, a las que se considera “un fenómeno habitual de nuestro país asociado a las posibilidades laborales, educativas, sociales, familiares, entre otras, que ofrece cada provincia”.
Números nacionales
El 4,2% (1.933.463) de la población que reside en viviendas particulares nació en otro país. La cifra es levemente menor al del Censo 2010, cuando el porcentaje representó un 4,5%.
El número informado de personas migrantes continúa con la tendencia inmigratoria decreciente que se mantiene desde el Censo 2001. En 1914 la población extranjera representaba cerca de un tercio de la población total, pero desde entonces, su participación fue descendiendo a través de los años.
Paraguay (27%), Bolivia (17,5%) y Venezuela (8,4%) son los principales países de nacimiento de los migrantes que habitan en el territorio argentino.
Tanto Paraguay como Bolivia mantienen los primeros 2 puestos desde el Censo 2001, pero en el primer censo del milenio el tercer lugar lo ocupaba Italia y en el Censo 2010, Chile.
En 2022, Venezuela desplazó a Chile (7,7%), que ahora ocupa el quinto lugar detrás de Perú (8,1%). Brasil, Colombia y España superan levemente el 2% del total de migrantes censados en 2022.
La mayor parte de inmigrantes vive en la Provincia de Buenos Aires, seguido por la Ciudad de Buenos Aires: el 51,4% vive en el territorio bonaerense, mientras que el 21,7% lo hace en el porteño. Juntos, los dos distritos concentran el 73,1%.
Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Río Negro, Misiones y Neuquén tienen porcentajes que varían entre el 3,4% (Mendoza) y 2% (Neuquén), mientras que el resto de las jurisdicciones presenta menos del 2% de su población no nativa y Catamarca es la provincia con menor proporción de extranjeros.
En este punto San Luis alberga solo el 0,4% del total nacional.
Llegada, adaptación y la vida puntana
Por fuera de los números hay personas e historias para contar. Los relatos se multiplican por miles, pero El Chorrillero tomó solo algunos ejemplos para conocer qué hay detrás de la llegada a la provincia.
Micaela Márquez es una de esos 149.224. Tiene 30 años, es de Rufino, Santa Fe y llegó a San Luis a comienzos de 2012 con el objetivo de estudiar la licenciatura de Periodismo en la Universidad Nacional de San Luis. Poco tiempo después optó por seguir la carrera de Producción de Radio y Televisión, también en la casa de estudios.
La economía y la seguridad fueron indispensables en la decisión debido a que la otra opción era mudarse a Rosario. También hizo parte del combo el estudio universitario público.
“Cuando llegué pude afirmar esto, era más seguro. A partir de ahí comencé a acomodarme, conocer gente y desarrollarme”, contó.
La noticia de salir de un sitio tan arraigado como es el lugar de nacimiento no es para nada fácil. En el caso de Márquez, su familia, compuesta por sus padres y cuatro hermanos, le insistían que volviera en los primeros cinco años por el sentimiento lógico de nostalgia y querer estar juntos.
“Más allá de todo ellos siempre me apoyaron y están orgullosos”, dijo y recordó sus primeros pasos en San Luis: “Fueron desafiantes porque me sentía sola, no fue fácil, tenía 18 años. Son 362 kilómetros que me separan”.
La primera impresión y diferencia que encontró fue moverse en una capital y la inevitable comparación con Rufino (18 mil habitantes): “Yo sabía todo del pueblo, nos conocíamos entre todos, acá no sucedía eso. También vi el acceso a la salud pública la diferencia, nosotros debíamos hacer 100 kilómetros para atendernos. Y si tenés que atenderte con un especialista debés irte a Rosario. Acá, más allá de las falencias, tenés el acceso”.
Ya con el retrovisor como herramienta, hoy se desempeña como community manager para una institución educativa y su círculo está compuesto por su pareja y una serie de amistades logradas en estos años.
Marivel Villanueva es una venezolana de 46 años que llegó a San Luis hace 8 años. Tal como muchos de sus compatriotas la movilizó el impacto de la crisis económica y social chavista.
Si bien llegó a Argentina en el 2013 y su primer lugar fue CABA, a mediados del 2016 surgió la oportunidad de mudarse a San Luis.
Se trataba de un puesto vacante de ingeniería en Alimentos en una fábrica de la ciudad. Ella no dudó y se mudó junto a sus dos hijos.
“Si bien trabajaba en Buenos Aires no lo hacía de lo que yo estaba capacitada. Se dio la chance y no dudamos. Si bien no conocía mucho la provincia, por comentarios de compañeros sabía que iba a una ciudad bella y tranquila”.
Oriunda de Caracas, la primera sensación con la que se topó fue “ese aire a pueblo grande y en paz”. El paralelismo con la capital venezolana entraba en juego.
La violencia desmedida acompañada por la inseguridad y los malabares que debían hacer en una economía quebrada, son los rasgos que la marcaron.
“San Luis me abrió los brazos y ya lo consideró mi segundo hogar. No se si volveré a mi país, pero sé que acá estoy insertada y cómoda”, completó.