Un juez ordenó que cese la violencia y hostigamiento de un hombre hacia un perro
Consideró que visibilizar los derechos de los animales y conocer cómo influyen en la organización familiar, “son hechos indispensables para que se genere un cambio cultural”.
El juez de Familia, Niñez, Adolescencia, Violencia y Penal Juvenil N° 2 de la Tercera Circunscripción, Hugo Orozco, ordenó el cese inmediato de cualquier forma de violencia sintiente o situación de hostigamiento por parte de un hombre hacia el perro de un vecino de la Villa de Merlo.
La medida, que tiene una duración de 180 días, marca un precedente en la protección de los miembros no humanos de una familia y reconoce su importancia en la estructura familiar y su derecho a una vida libre de maltrato.
“En esta causa de familia, más allá que se trabaje con animales, se pudo determinar que el maltrato animal es un indicio de violencia familiar, explicó el magistrado. El juez consideró que el maltrato hacia los animales puede ser una sospecha de violencia familiar, porque muchas veces “las personas tienen determinados patrones y determinadas conductas que luego los podría replicar con algún integrante de la familia”.
Por esto, entendió que visibilizar los derechos de los animales y conocer cómo influyen en la organización familiar, “son hechos indispensables para que se genere un cambio cultural”.
En la resolución judicial, emitida durante la feria de julio, se establece que la transformación cultural y social amplió el concepto de familia e integró diversas configuraciones que van más allá del modelo tradicional heteronormativo. Este cambio dio lugar a las familias multiespecies, donde los vínculos afectivos se extienden no solo entre personas, sino también hacia animales no humanos sintientes.
“La familia tradicional heteronormada, ha cedido ante una nueva realidad y transformaciones culturales, que recepcionan diversas conformaciones de familia, es por esto que se habla de las familias en plural”, dice un fragmento del escrito.
“Desde la Declaración de Cambridge, se establece de manera clara y contundente que los animales son seres conscientes y, por lo tanto, ´sintientes´. Siempre en Derecho se los trató como cosas y en razón de eso nunca tuvieron mucha protección. No es una diferencia del tipo de violencia, sino que se identificó la medida que se dictó como sintiente haciendo alusión a esta modalidad y desde esta mirada”, explicó Orozco. (Periódico Judicial)