CRIMEN DE JOHANA GALDEANO
Piden una condena de 5 años de prisión para Solalinde: sometido, emoción violenta y exceso en legítima defensa
El alegato de los abogados que representan al ex funcionario del Gobierno, duró cerca de 2 horas y media. Expusieron la teoría de que Johana Galdeano era quien ejercía violencia contra él, y que tenía un carácter de “dominación”.
Marcos Juárez y Ramiro Rubio fueron los últimos en exponer sus alegatos, este lunes en los Tribunales de Villa Mercedes. Repasaron todas las pruebas para demostrar que Juan Carlos Solalinde “fue víctima de violencia”, que actuó bajo emoción violenta por exceso en la legítima defensa. Discutieron la calificación legal y pidieron que sea condenado a 5 años de prisión.
Antes el fiscal de Juicio, Ernesto Lutens y la querella, representada por Mikaela Eguinoa, solicitaron la prisión perpetua.
Los defensores del ex sindicalista de la UOCRA mostraron videos, leyeron mensajes de texto de WhatsApp y reprodujeron conversaciones para reforzar la hipótesis de que existieron causales que alteraron la voluntad del acusado para cometer el crimen. Y que desde el origen de la relación “estuvo sometido” por Johana que “ejercía la superioridad”.
“La emoción violenta quedó sobradamente probado, sumado a un exceso a la legítima defensa”, dijo Juárez.
Ahondaron en las contradicciones de los testigos aportados por la Fiscalía, y de otros elementos que se expusieron en los alegatos y que consideraron "falsos".
"Dijeron que era desagradable salir con Solalinde, pero estuvieron compartiendo con él durante 6 años", replicó Rubio en referencia a los dichos analizados.
Graficaron que la tarde del 26 de mayo de 2021, Galdeano se presentó en esa propiedad, ubicada sobre calle Sarmiento en Villa Mercedes donde él vivía con su esposa, Johana Castro y sus tres hijos, “armada con un cuchillo para cumplir las amenazas de que iba a matarlo”. Esa situación es la que “afectó su estado”, en definitiva el homicidio.
Para fundar esto es que llevaron al recinto el material auditivo y visual donde se escucha y se observa a Johana en situaciones de gran enojo. Las dos grabaciones que se vieron las hizo el mismo imputado a la mujer en plena discusión. Una cuando le rompió el auto y otra donde la expone con un cuchillo en la mano mientras que le pide que se fuera. En su momento este material trascendió por las redes sociales.
El alegato comenzó a las 14:10 y finalizó a las 16:43. Juárez dijo en el inicio que no se iba a discutir la responsabilidad penal del cliente, pero sí la calificación legal. “El análisis completo de la prueba va a dar vuelta una situación que es opuesta”, señaló.
“La conducta de Galdeano no era la de una persona dulce, este es el corolario de una relación conflictiva, tóxica. Él era sumiso. No procede el femicidio, porque ella ejercía la violencia. Lejos está de ser Solalinde el personaje agresivo de esta historia. Era sumiso. Sufría dominación, violencia física, psicológica y material”, sostuvo.
“Le decía cartonero, orejón y negro de mierda”, dijo, y referenció que de acuerdo a las evidencias “él siempre trataba de calmar”.
En este sentido aportó que el 4 de mayo la denunció y extendieron contra la mujer una orden de restricción de acercamiento, y la prohibición de contacto a través de cualquier medio. Él aportó fotografías.
En opuesto a lo que sostuvo la Fiscalía, aseguró que fue él quien cortó el vínculo “porque estaba cansado de esta vida”, porque recibía “amenazas”. Que cada vez que se peleaban el acusado “volvía con la esposa y sus tres hijos, Johana se lo recriminaba”.
Referenció que la conclusión que aportó el perito de parte (un especialista de Gendarmería Nacional) sobre cómo fue la secuencia de los disparos es “más creíble que la presentada por los peritos oficiales”. O sea que todos los disparos se hicieron en el exterior de la casa. Descartó que el tiro en la cara fuera a 40 centímetros.
También graficó que la víctima “podía vivir de su sustento económico” y que inclusive “tenía animales en el campo”, referenció de acuerdo al testimonio de algunos allegados.
El abogado conecta el trágico final con una situación particular. Ese día descubrió que se había juntado con Eric Ponce, un joven que conoce de muchos años y que fue su novio en un momento pasado de su vida. “Se lo negaba y fueron como gotitas que rebalsaron el vaso”.
“Tenés el camino libre así recuperas a Eric”, es uno de los mensajes que leyeron.
Hasta ese momento “la emoción violenta no había explotado”, pero que eso le causó “dolor”, que estaba “herido de muerte en su sentimiento”.
Revivió que a partir de las 15:24 ella lo llamó 10 veces. El crimen fue alrededor de las 15:30.
Regresó al día que no se pudo allanar la vivienda de Galdeano porque “no había moradores”. Y que pudieron hacerlo recién el 2 de junio. Acusó que allí “se alteró” la escena del procedimiento: “Los policías fotografiaron los espacios para dar cuenta del desorden que había, todo revuelto. La sospecha es que revolvieron todo y también embalaron cosas en bolsas de consorcio”. Apuntó de un celular que fue entregado a la Justicia “se borraron todas las conversaciones” que eran de interés para la causa.