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PERPETUA POR FEMICIDIO

Después del fallo, el fiscal del juicio: “Solalinde no era un hombre con baja autoestima, era una persona con poder”

Ernesto Lutens consideró que el resultado del juicio era el que se esperaba, y que por lo tanto la sentencia “fue absolutamente justa”. También que la prueba presentada era abundante y por eso la causa fue “tan compleja”. Consideró que lo más importante que se pudo acreditar en este proceso es que Johana Galdeano fue víctima de violencia de género.

Foto Nahuel Sanchez
El fiscal Ernesto Lutens, el día de los alegatos, acercando el arma homicida a los jueces.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 11/08/2024 16:01

El día después de la condena a prisión perpetua para Juan Carlos Solalinde por el femicidio de Johana Galdeano, el fiscal de Juicio, Ernesto Lutens respondió las preguntas de El Chorrillero para repasar lo más sobresaliente del debate oral que tuvo un interés destacado para sociedad.

El juicio que comenzó el 22 de julio desnudó el relato crudo y profundo del padecimiento de una mujer asesinada de 5 disparos por un hombre que gozaba de impunidad. Ese final no fue de un día para el otro, fue el corolario de una relación de pareja marcada por la violencia de género, y eso se mostró en el juicio. “Desde ese punto de vista creo que la sentencia fue absolutamente justa. El resultado fue el esperado”, dijo el representante del ministerio público.

El nivel de defensa (“bastante elevado y con colegas hábiles”, según Lutens) hizo que la labor fuera complicada y se tradujera en jornadas arduas. Sin embargo “quedaron en claro varias cosas”.

Por primera vez la opinión pública accedía a datos que al momento de cometido el crimen, el 26 de mayo de 2021, se mantenían ocultos, o dentro de un círculo de personas, o simplemente no trascendieron nunca de Villa Mercedes.

“La prueba era muy abundante, por eso la complejidad de la causa”, dijo el fiscal, pero no se olvidó que al mismo tiempo se tuvo que “luchar o pelear contra la estigmatización de la víctima”.

“Inclusive antes del juicio se habían viralizado audios y videos de ella en un estado totalmente alterado, que creo que no reflejaba la realidad de la situación. Ella no se llegó a ese estado de la nada. Sostuvimos que la violencia que sufría la llevó a tener esas actitudes que todo el mundo vio”, planteó.

También se refirió al hombre que fue condenado por los jueces Daniela Estrada, Sebastián Cadelago Filippi y Mauro D’Agata, por homicidio doblemente calificado por haber mantenido una relación de pareja y por violencia de género. “No era un hombre con baja autoestima, un hombre con poco medio, un pobre hombre por así decirlo. Era una persona con poder, había una asimetría ahí en la relación que tenía que evaluarse más allá del carácter ‘bravo’ o no de la víctima, que es irrelevante respecto de la configuración de la violencia de género”, aportó Lutens.

Fiscal Ernesto Lutens. (Foto: Nahuel Sanchez)

Como lo dijo en el alegato, el sindicalista era “una persona inteligente, aplomada, exitosa, que inclusive en el tenor de las conversaciones y mensajes, siempre se lo vio muy ubicado”. Sin embargo “esa ubicación no se condecía con el resto de las constancias de la causa, testimonios, los seguimientos (con GPS en el auto de Johana), y las cosas que se desarrollan en el debate”.

La esperó para matarla

Lutens a la hora de pedir la prisión perpetua defendió la teoría a la que llegaron los peritos de Delitos Completos, forenses y de Criminalística sobre cómo fue la secuencia de los disparos: “Es la única que puede ser admitida, fue con el sentido común de lógica”.

La conclusión fue que Solalinde disparó contra la víctima, primero en la vereda y después adentro de su casa, tras arrastrar el cuerpo y cerrar el portón de su propiedad ubicada sobre calle Sarmiento. Y además de eso se estableció que alteró la escena del crimen, plantándole un cuchillo en la mano derecha. “Son dos secuencias de disparos que evidencian dos momentos distintos de cuando se le da muerte. Y también echan en por tierra, una de las tantas cuestiones como la emoción violenta”, explicó.

Para la defensa, hasta ese lugar, Galdeano llegó con un cuchillo, y Solalinde se vio motivado a actuar por exceso de la legítima defensa.

“Lo que sostuve es que no podíamos sostener que la víctima llegó ahí para auto lesionarse”, dijo Lutens en relación a los dos cortes que tenía la mujer en la muñeca izquierda y en el cuello hechos con un elemento corto punzante de características similares.

El día del alegato el fiscal pidió permiso a los jueces, se levantó y se acercó a ellos.

Fue contundente: “Este fue el remedio a la situación, un revólver calibre 357 Mágnum. Con esto esperó a la madre de su hijo”. Les mostró de cerca el arma homicida.

Analizó que "con cerrar el portón bastaba", pero no lo hizo. "Le disparó porque quería, no porque sí", señaló en ese momento.

Lutens junto a la abogada querellante, Mikaela Eguinoa. (Foto: Nahuel Sanchez)

“Las apreciaciones que han hecho los abogados, y peritos de parte forman parte de una teoría del caso defensiva, pero no de algo que surja de la constancia de expediente”, completó respecto a esto.

Hizo referencia a que la perpetua en personas que cometieron delitos como este (femicidio es uno de ellos), no tiene ningún tipo de beneficios.

De todos modos, es muy posible que el juicio no termine acá porque el imputado puede valerse de recursos. Por ejemplo, un recurso de casación ante el Superior Tribunal de Justicia de San Luis. Y luego una instancia extraordinaria en la Corte Suprema de la Nación si el ST confirma la sentencia.

“Acá se aplicó la única condena que se podía aplicar por el grave delito cometido. En ese sentido creo que desde el Ministerio Publico Fiscal estamos satisfechos y deseando no tener nunca más este tipo de hechos”, consideró. También expuso que esto se presenta al mismo tiempo como “concientización de lo que puede pasar si se repite esta conducta” en cualquier persona.

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