Entre devoción, agradecimientos y peticiones; una multitud celebró los 30 años de la aparición de la Virgen de la Cobrera

En medio de una gran devoción y fe, una multitud celebró los 30 años de la aparición de la Virgen de la Cobrera en los sueños de Miguel Ángel Escudero.

El obispo de San Luis, Gabriel Barba, encabezó la ceremonia. A las 16 comenzó la procesión a unos 800 metros del santuario. Desde allí caminaron al grito de “viva la Virgen” por la Ruta provincial Nº 39.

Su imagen era trasladada por cadetes de la Policía. Detrás iban los seminaristas, gauchos a caballo y fieles. Personal de Tránsito de la fuerza de seguridad provincial custodiaba la caravana.

La mayoría de los feligreses, como muestra de gratitud o simplemente de fidelidad, llevaban ramos de flores, rosarios y hasta velas para dejar al pie de la estatua.

A las 16:40 inició la misa. Previo a eso, se entonaron las estrofas del Himno Nacional.

“En estos primeros 30 años podemos decir de una oración creciente, de un acercamiento a María, donde cada vez va encontrando más lugar en el corazón de cada uno y del pueblo, en primer lugar de San Luis, pero también desde aquí, sin límites. Nunca nuestra fe, devoción quedará limitada a un sector, a una geografía, a una cultura ni a los lazos de sangre, sino que se vive sin límites, porque tenemos algo en común que es el ser hijos de Dios”, expresó Barba durante la Homilía.

Y agregó: “Hoy (por la Virgen) nos bendice de un modo muy en especial, regalándonos un lugar de oración, La Cobrera, el cual geográficamente podríamos decir privilegiado, pero ahora tiene un don más, de oración, donde podemos venir cuando queramos para estar en intimidad con nuestra madre, en el silencio con ella, para sentarnos y con María estrechar fuertemente los lazos de comunión con Dios y con nuestros hermanos”.

“Siempre nuestra devoción a la Virgen. Sin duda, es el vehículo más importante para llevarnos a Jesús y él al Padre en este gran misterio de comunión”, agregó.

“Hoy en esta misa, como hijos, cada uno en su corazón trae distintas historias a los pies de la Virgen; esperanzas, tristezas, alegrías, sueños, deseos, pedidos de salud, distintas intenciones. Lo importante es que junto a María todo esto lo presentamos a Dios y nos tenemos que volver a nuestra casa no igual que como vinimos, sino en paz porque si pongo a ella en mis intenciones, a partir de ahora dejan de ser una preocupación. Ese es el camino de la fe”, sostuvo.

A la celebración asistieron el ministro de Turismo y Cultura, Juan Manuel Rigau; el intendente de El Trapiche, Ricardo Olivera Aguirre; y la concejal de esa localidad, Carolina Calderón.

“Ella nos pidió que hagamos una estatua con su imagen de un metro y medio de altura, que sea una réplica de la imagen que reina en nuestro hogar. ‘La pondrán en el lugar donde les indique, ahí estaré feliz, contemplaré todo el mundo, ayudaré junto a ustedes a todo aquel que necesita, pide con amor, con fe, dignidad y crea’, nos manifestó. No estamos descubriendo a la Virgen María con esto, sus apariciones son numerosas a lo largo de la historia. Justamente esa es la prueba del amor que nos tiene Dios a los humanos”, dijo Escudero.

Al final, hubo una banda de folclore que tocó canciones de la Iglesia. Después, permitieron el acceso de los fieles al interior del santuario para venerar, rezar, admirar y alabar la imagen.

“Todos los sábados de cada mes vengo con mi familia, aunque llueva, corra viento, nieve, siempre estoy acá. Por eso, aquellas personas que no la conocen, visiten a la Virgen, es muy devota”, señaló Máxima Domínguez, una de las feligresas que participó de la fiesta.

“Vine por primera vez en 2014. Esa vez recuerdo que cuando salía del santuario sentí como una alegría especial, estaba en un mal momento, pero eso me ayudó y de ahí regresé siempre”, transmitió Fabiana Miranda.