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CASINOS Y APUESTAS ONLINE

Acompañamiento familiar y control de celulares, el modo de prevenir la ludopatía en adolescentes

Profesionales puntanos opinaron sobre el vicio enmascarado que atrapa a miles de chicos. Cómo protegerlos y en qué lugares brindan ayuda. Un informe de la UBA reveló que 6 de cada 10 adolescentes apuestan en apps de juegos de azar.

En primer lugar debemos considerar que la ludopatía es una enfermedad", sostuvo la psquiatra Luciana Ojeda.
Actualizada: 20/10/2024 13:38
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La preocupación comienza a profundizarse casi al mismo ritmo con el que crecen los oscuros números de una enfermedad que amenaza a miles de adolescentes de todo el país. Se trata de la ludopatía en jóvenes de cualquier género y estrato social que apuestan a través de internet y desde sus teléfonos celulares juegan en casinos virtuales y desafíos deportivos. La prematura llegada a un vicio difícil de combatir por parte de chicos que apenas cursan la secundaria es impulsada y alentada por empresas sin escrúpulos que se dedican al millonario negocio de los juegos de azar sin importarles que sus clientes sean casi niños. Con las alarmas encendidas por este mal emergente y con los durísimos números de una encuesta, especialistas en trastornos mentales y adicciones trabajan a la par de víctimas y sus familias y profundizan sus políticas de prevención.

El Chorrillero dialogó con médicos y terapeutas locales no solo para conocer los peligros que encierra la ludopatía en chicos, sino también en la forma de evitarla y tratar sus efectos.

Aunque centenares de docentes, ONG’s y muchas familias han advertido en este último tiempo que miles de chicos se convirtieron en apostadores emergentes, el que abarca a todo el país se midió mediante una estadística. Hace pocas semanas la UBA dio a conocer un lapidario informe que refleja la cantidad de chicos que tienen a las apuestas on line como su nuevo pasatiempo. Sin dudas sin medir sus adictivas consecuencias. El dossier, que consultó a chicos de las 24 provincias, arrojó que 4 de cada 10 jóvenes han ingresado a alguna app de apuestas por internet y 3 de cada 4 chicos reconoció que ese hábito puede convertirse en una adicción.

Imagen Ilustrativa.

El relevamiento, denominado “Apostar no es un Juego”, se desplegó por 360 localidades (incluyendo las ciudades de San Luis y Villa Mercedes) y realizó 9.000 entrevistas. Jugar online se ha convertido en una moda para los chicos y con sus celulares lo hacen también desde la escuela y hasta en clase.

En San Luis, la Fiscalía de Estado intervino y denunció a 42 plataformas de juegos de azar vía internet ilegales ya que permiten el acceso a menores de edad. La Justicia hizo lugar al pedido de la Provincia y bloqueó esas app. Según el fallo, las tareas de prevención continuarán y no descartan anular más sitios que admitan a chicos como apostadores.

Según psicólogos y psiquiatras, una forma de proteger a los adolescentes apunta a que los padres controlen el uso que hacen sus hijos de los teléfonos celulares. También el acompañamiento permanente y el diálogo abierto con ellos es el primer paso para protegerlos y ayudarlos a no tomar los juegos de azar como un hábito que será de difícil retorno.

“Las ludopatías en adolescentes en este caso nos muestran una doble adicción. Una es el uso indebido del celular, algo que es propiciado desde la misma familia porque le dan el aparato al chico para que no moleste y así estar tranquilos. Esa es una de las adicciones y la otra es la que denominamos una adicción sin sustancias. Es decir, es solamente mental pero muy poderosa, tal vez más fuerte que cualquier otra de las sustancias adictivas. Es fundamental el control por parte de los padres con lo que hacen los chicos con su teléfono. Y también ese acompañamiento deber ser por parte de los docentes que tienen a ese chico como alumno y luego la participación de las autoridades provinciales. La ludopatía es una adicción muy difícil de curar. Necesitamos que el acompañamiento de ese chico sea integral”, comentó el psicólogo Alberto Jaimez en diálogo con El Chorrillero.

"El tema también es cultural o familiar, donde el juego está muy implícito"

“El joven que ya padece una ludopatía, como todo adicto, nunca admitirá la gravedad de su caso. Lo negará o minimizará y tratará de jugar o apostar cuando no lo vea su familia. Lo hará en la escuela, en el recreo, en el baño. Ocultará su problema. Debemos todos tomar conciencia de la dimensión y gravedad que tiene esta adicción que ahora quiere copar a los chicos de todo el país. Por eso es clave que el primer acompañamiento se dé desde la familia. Y luego el resto. Los amigos, sus docentes y aquellos que trabajamos en el ámbito de la salud”, añadió.

“Estas empresas buscan incorporar nuevos clientes y han apuntado a nuestros chicos. Ya son adictos a las redes sociales y desde allí ahora estas casas de juegos de azar los insertan en un problema muy grave. Hay que profundizar las medidas de prevención. Se puede salir, pero es necesaria una terapia completa donde haya una intervención psicológica y psiquiátrica a la par de la familia del chico”, remarcó el psicólogo.

 “Hay que acompañar a los chicos, están expuestos a una adicción que crece”

Para ahondar en las consecuencias que trae consigo la ludopatía en jóvenes y ver qué pasos dar no solo para prevenirla sino también para superarla, la psiquiatra Luciana Ojeda marcó distintos parámetros en una charla con El Chorrillero.

“En primer lugar debemos considerar que la ludopatía es una enfermedad. Es una adicción al juego. Por ende debe ser tratada como tal y lamentablemente esto crece cada vez más en la población adolescente. Y justamente es esta edad la más vulnerable y la de mayor riesgo para este tipo de enfermedades. En esa franja etaria no hay un cerebro desarrollado todavía, aún no podamos discernir o tener el control ni el manejo de los impulsos. Eso aumenta la peligrosidad. Hay factores de riesgo, por ejemplo, el tema del grupo de pares. O sea, la presión de los grupos de amigos en los adolescentes influye un montón. El pensar que si yo no soy parte de esto que hacen mis amigos puedo quedar excluido de mi grupo. Eso es un factor que los impulsa a meterse en estas plataformas de apuestas. Todo con tal de pertenecer”, comentó Ojeda en el inicio de la entrevista.

El juego activa circuitos cerebrales de recompensa rápida, similar a otras adicciones como el alcohol o las drogas (Imagen ilustrativa)

“El tema también es cultural o familiar, donde el juego está muy implícito. Por ejemplo, antes las familias o los amigos se juntaban a jugar al truco o a otro juego de cartas. Tal vez se juntaban a jugar después de alguna comida, por mera diversión. Siempre estuvo el juego como algo cercano, latente. Por eso, en ocasiones, el juego termina siendo algo familiar. Sin querer eso se hizo algo cercano. Sin embargo, ahora se ha vuelto peligroso por las apuestas. Y una cuestión que complica todo es el acceso fácil que tienen los chicos a estas app. Esto se suma a que el adolescente está en búsqueda constante de nuevas emociones, de nuevas sensaciones, busca sentir cosas nuevas y sus impulsos lo llevan a meterse en estos problemas. Primero juegan y tal vez pierdan, pero eso los desafía y continúan dentro de la app hasta poder ganar y así se genera ese círculo del que después es muy difícil salir”, consideró la psiquiatra.

El teléfono, ese elemento que pocos papás controlan

En otro tramo de la charla Ojeda profundizó en la problemática del uso del teléfono celular por parte de adolescentes y hasta niños y los males que eso puede atravesar.

“Actualmente hoy cada vez hay menos control por parte de los adultos al adolescente en cuanto a ver qué hacen los chicos con el celular. Con el teléfono e internet, más una billetera virtual, los chicos hoy tienen acceso a todo. Hay una falta de control por parte del adulto porque tal vez el papá le da a ese chico plata para la comida o la merienda, pero muchas veces no saben qué hacen sus hijos con ese dinero. Por eso el acompañar, el controlar y dejar en claro los límites son cuestiones fundamentales por parte del adulto. Los límites deben estar impuestos y ser coherentes. El papá debe hacer lo mismo que le pide al chico. No se trata de exigir que haga lo que yo digo pero no lo que hago. La idea es que sean coherentes”, afirmó.

“Lamentablemente las empresas de apuestas encontraron una franja de gente vulnerable. Clientes que están en las redes y la publicidad va orientada hacia ellos. Y las compañías de juegos de azar apuntan al neuromarketing porque buscan influir en ese cerebro más vulnerable, que es el adolescente. Ese cerebro todavía no está desarrollado en su totalidad y el celular es la vía para llegar a los chicos. Es duro admitirlo pero estas grandes empresas apuntan a ese público y en nuestro país hay un uso desmedido y sin controles del teléfono, sobre todo en adolescentes”, afirmó Ojeda.

Psiquiatra Luciana Ojeda.

En medio de estadísticas preocupantes, los padres cuyos chicos son consumidores de este tipo de plataformas buscan saber cómo revertir la situación antes de que sea más grave. Ojeda reveló un abanico de acciones para ayudar.

“Para prevenirlo es fundamental el diálogo, explicarles a los chicos sobre el mal al que se enfrentan. Si esos papás tienen poco tiempo, bueno tal vez durante el almuerzo o en el ratito que tengan, hablar con sus hijos sobre lo que ocurre y controlar, mirar qué consumen y lo que ven en sus celulares. Establecer bien en claro los límites. Como adultos debemos estar presentes, tener mecanismos de control. Este es un problema que debe ser abordado de manera interdisciplinaria. No solo de la familia, también aparece como una cuestión educativa y desde el colegio también deben intervenir no solo observar las acciones de sus alumnos”, destacó.

“Cuando desde la familia detectamos este problema y ya es recurrente, cuando notamos un cambio en la conducta del chico, tiene que abordarlo un profesional de manera integral. Siempre se deriva al psicólogo con una terapia o bien una terapia familiar. Ya cuando llegan al psiquiatra, tras estar con un psicólogo, es porque necesitan alguna medicación porque hay mucho cambio a nivel comportamental y el paciente está más irritable o más aislado. Las terapias familiares son de mucha ayuda, pero lo fundamental es prevenir, hablar con nuestros hijos y desde el colegio, con los alumnos para que tomen conciencia. Las medidas que ha tomado el Estado, como bajar las plataformas ilegales, es algo muy importante y valioso”, subrayó la psiquiatra.

 

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