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Una mujer asesinó a su mamá de 71 años, la descuartizó y quemó en una parrilla con la ayuda de su hija

Margaret Craig, de 71 años, había confrontado a su hija por cargos fraudulentos en su cuenta bancaria, lo que desató una serie de desencuentros entre ambas que culminaron con su trágica muerte.

Salia Hardy, de 19 años, se declaró culpable de ser cómplice de asesinato en el crimen de su abuela, Margaret Craig.
Actualizada: 06/11/2024 14:32
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La escena en el sótano de la casa de Candace Craig revelaba más que un acto de violencia: una traición familiar en su estado más crudo. Allí, bajo bolsas de basura y restos de limpieza, los detectives de Maryland hallaron el cuerpo desmembrado de Margaret Craig, de 71 años, quien en vida fue enfermera y una abnegada madre de familia que nunca imaginó su trágico final. La responsable de este acto, según la justicia, fue su propia hija, Candace Craig, quien acaba de ser declarada culpable en un juicio que ha estremecido a la comunidad de Prince George’s County.

En un veredicto que tardó menos de una hora en deliberarse, el jurado encontró a Craig, de 46 años, culpable de asesinato en primer y segundo grado, así como de manipulación de pruebas y disposición ilegal de un cadáver, según reportó The Washington Post. El motivo de este crimen se remontaba, según los fiscales, a una disputa familiar que escaló de manera violenta: la anciana madre había confrontado a su hija por cargos fraudulentos en su cuenta bancaria, tras descubrir que la situación financiera de ambas se desmoronaba bajo las presiones económicas de Craig.

Era el 23 de mayo de 2023 cuando Margaret Craig lanzó un grito ahogado, captado solo por una persona: Salia Hardy, su nieta de 21 años, quien vivía en la casa. Hardy, que posteriormente testificaría en contra de su madre, describió cómo ese día escuchó el alarido de su abuela seguido de un silencio inquietante. Cuando intentó acercarse al cuarto de Margaret, su madre le dio una orden clara: “No entres allí”. Hardy obedeció, pero el hedor y la visión que hallaría más tarde detrás de aquella puerta marcarían el inicio de una pesadilla que la involucraría en uno de los crímenes familiares más brutales que haya presenciado la localidad.

Según su testimonio, citado por NBC News Washington, al día siguiente de la muerte de su abuela, Hardy entró en la habitación de Margaret y encontró su cuerpo en un recipiente plástico, cubierto con una bolsa negra y con restos de sangre en la alfombra. La joven, atónita, confrontó a su madre sobre lo que había encontrado. La respuesta fue tan fría como directa: tenían que deshacerse del cuerpo. ¿Cómo? Craig le planteó varias opciones: “Quemarlo, disolverlo en ácido o descuartizarlo”.

Intentos de ocultar la verdad

Candace Craig parecía determinada a que nadie encontrara los restos de su madre. Según el relato de Hardy, en un primer intento, la mujer intentó incinerar el cuerpo en el patio trasero. Para ello, compraron gasolina en una ferretería y herramientas para avivar el fuego en una parrilla, pero las llamas captaron la atención de los vecinos. Al día siguiente, con la ayuda de Hardy, volvieron a llevar el cadáver al interior de la casa, permitiendo que “se enfriara” para continuar con sus planes de destrucción.

Entonces, Craig dio un paso más allá: ordenó una sierra eléctrica por Amazon y, días después, comenzó a cortar el cuerpo en el sótano. Hardy recordaría más tarde con terror aquella escena, describiendo cómo su madre levantaba el cráneo de su abuela y decía, mientras hacía los cortes, “Esta es la parte difícil”. El sótano se tornó en un lugar siniestro, repleto de herramientas de limpieza, manchas de sangre y un doloroso silencio que abrumaba.

El 2 de junio, después de días sin recibir noticias de Margaret Craig, un familiar preocupado acudió a la policía. Según People, los oficiales llegaron para una revisión de bienestar, y el olor a descomposición los recibió apenas cruzaron la entrada. En el sótano, hallaron las bolsas con restos humanos, manchas de sangre y la sierra. Candace Craig, en su primer interrogatorio, negó todo, insistiendo en que su madre tenía la costumbre de salir sin avisar y que pronto regresaría. Sin embargo, su versión fue insostenible ante el cúmulo de pruebas.

La fiscalía, liderada por la Asistente del Fiscal del Estado, Shauna Coleman, presentó un caso sólido durante los ocho días de juicio, basándose en 600 piezas de evidencia y los testimonios de más de 30 testigos. Entre ellos estaba Hardy, quien detalló cómo su madre había intentado implicarla a ella y a su hermana menor en el crimen. Craig, en una jugada arriesgada, había dicho a los oficiales que no solo era inocente, sino que sus hijas, ambas con discapacidades, estaban involucradas en la muerte de su abuela.

El móvil del crimen se reveló tan crudo como los métodos para intentar ocultarlo. Según los registros bancarios, Margaret Craig había comenzado a notar cargos inusuales en sus cuentas desde marzo de 2023. Con una llamada grabada que fue reproducida en la corte, la anciana le decía a un representante de Capital One: “No tengo dinero. No tengo dinero para pagar mis cuentas”. Los cargos, realizados en su mayoría por Candace Craig, habrían sido el detonante de una serie de disputas que culminaron en el homicidio.

Margaret intentó proteger sus ahorros creando una cuenta separada para recibir su pensión y su Seguridad Social, ingresos que usaba para mantener a su hija y a sus nietos. Sin embargo, esto no detuvo a Candace, quien incluso usó a su hija más joven para llamar al banco en busca de tarjetas de débito que pudieran utilizar sin el conocimiento de Margaret.

Un veredicto rápido

La escena en la sala de juicio fue tensa cuando el jurado volvió con su decisión. Los familiares de Margaret Craig, muchos de ellos inmigrantes de Trinidad y Tobago, llenaron las bancas y escucharon atentamente mientras se leían los cargos y se declaraba a Craig culpable en todos ellos. Las lágrimas y los abrazos rompieron el silencio, mientras la fiscalía celebraba la decisión. Shauna Coleman, visiblemente emocionada, declaró ante los medios: “Esta mujer, que debería haber cuidado de su madre, decidió traicionarla y robarle su vida por avaricia. Hoy la justicia habló”.

A pesar del fallo abrumador, los defensores de Craig intentaron ofrecer una versión alternativa, alegando que las pruebas eran circunstanciales y que el motivo financiero no probaba directamente el asesinato. Allison Heldreth, abogada de la defensa, insistió en que el fiscal estaba retratando a su cliente como “un monstruo” para encubrir una falta de pruebas claras. Incluso argumentaron que la causa de muerte no era concluyente y que la misma nieta, Hardy, no había visto a su madre en el momento exacto del asesinato, sugiriendo que el crimen pudo haber sido obra de otra persona en la casa.

Sin embargo, la defensa no logró convencer al jurado, que deliberó en menos de una hora, tras días de escuchar los detalles más oscuros de la relación entre madre e hija. Al salir del tribunal, los familiares de Margaret Craig, con el peso de su pérdida y la amarga revelación de la traición, optaron por el silencio. Un pariente, al ser abordado por los periodistas, se limitó a decir: “Nos han quitado a alguien que nunca debió haber sido lastimada. No hay más que decir”.

Candace Craig ahora enfrenta una larga condena y el estigma de haber cometido un acto que no solo quitó una vida, sino que destruyó su propia familia y dejó una herida que la comunidad difícilmente olvidará.

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