VILLA MERCEDES
La ex funcionaria denunciada por la UNViMe presentó pruebas en la Justicia para demostrar que es inocente: “Mintieron para perjudicarme”
Sostuvo que fue otra persona la que usó su clave y usuario para alterar el sistema de liquidación de sueldos, porque ella al momento de la maniobra no estaba en el edificio. Tampoco era la secretaria de Hacienda porque las nuevas autoridades habían asumido un día antes.
Claudia Grando se presentó ante el fiscal Federico Baquioni Zingaretti en el Juzgado Federal de Villa Mercedes, porque fue citada a indagatoria. Escuchó los cargos que hay en su contra y presentó por escrito un descargo.
Está sindicada de haber alterado descripciones, categorías y cálculos para la liquidación de salarios, y también de entorpecer “la labor de los agentes administrativos encargados de gestionar el sistema”. La imputación es por “daños y abuso de autoridad”.
La mujer contradijo la denuncia y llevó las pruebas para que se compruebe su inocencia. “Ciertos funcionarios dieron falso testimonio para que el fiscal tomara la decisión de llamarme a indagatoria”, transmitió a la prensa horas después de presentarse a la Justicia Federal. Su nombre trascendió los medios provinciales de comunicación, en un momento donde las universidades se resisten a la decisión nacional de someterse a auditorias.
“Creo en la Justicia y creo que pronto saldrá a la luz la verdad”, aseguró.
Según la acusación del fiscal, el 31 de octubre de 2023 Grando hizo modificaciones en el sistema informático “SIU MAPUCHE” que se utiliza para liquidar los haberes, la personalización de sus fórmulas y la generación de los recibos.
Para Baquioni Zingaretti, eso fue “dos días antes de que asumieran las nuevas autoridades”, cuando ella se desempeñaba como secretaria de Hacienda. Dijo que “se valió de sus permisos de administradora para cometer la maniobra”.
También que de ese modo manipuló la fórmula para aumentar a 100 veces el sueldo básico para la categoría “6”, y modificó la fórmula de liquidación de antigüedad no docente.
“Debo decir que es material y fácticamente imposible que los hechos se hayan producido en la forma que fueron descriptos por el fiscal, ya que se basa en dos premisas falsas”, dice Grando en el descargo.
Sostiene que el 31 de octubre de 2023 ya no era funcionaria, y que en el momento que se produjo la maniobra (los horarios constan en las pericias que se hicieron en la computadora) no estaba en el edificio. Para esto aportó la copia del permiso que firmó para retirarse a las 11, porque debía atender la mudanza de su casa, y el registro de la hoja donde dice que en esa jornada tenía “permiso especial”.
También acompañó la resolución 647/2023 del 31 de octubre de ese año donde el rector actual Marcelo Sosa designa (a partir de ese día) a Andrea Eleonora Cabrera Rodríguez como secretaria de Hacienda y Administración de la UNViMe. Sosa asumió formalmente en el cargo un día antes.
“Sinceramente, desde hace un año estoy viviendo una pesadilla, un calvario dentro de la institución. Fui quien inscribió a la universidad en la AFIP, así que te imaginás que tengo historia aquí adentro, pero nunca pensé que esto podía pasar”, dijo en diálogo con El Chorrillero. En la casa de estudios trabaja hace 12 años y es contadora. Estudió en esta ciudad y es donde vive actualmente.
“Nunca actué de mala fe, siempre me manejé dentro de lo que es lo legal, lo que son las normas que tiene la universidad, las leyes nacionales. Termino denunciada por haber manipulado una fórmula con mi usuario, y es como entrar al banco, robar y dejar el DNI”, describió.
En el relato se detuvo en el dictamen pericial de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Técnico a la Investigación Penal. En la conclusión dice que el usuario tiene un inicio a las 12:53:28 y que el último movimiento de la sesión fue a 12:55:32 (en este tiempo es que se produjo la alteración). También que todo ese movimiento se hizo desde la computadora que usaba ella y que está conectada al servidor “sistemas.unvime.edu.ar”, instalada en el edificio denominado La Reforma.
“En el horario que se produjo la maniobra yo estaba en mi casa”, plantó para advertir que cualquier otra persona en su lugar lo pudo hacer porque “el usuario y la contraseña” estaban guardado dentro de la máquina (como también existía carpetas con usuarios y contraseñas guardados). Se comprobó que era una práctica habitual que los usuarios quedaran logueados (es decir no cerraban la sesión).
“Sabía que venía la denuncia, desde el principio cuando asumió la nueva gestión. Fui la única que quedó, porque soy no docente y docente de la universidad, y en los dos últimos años fui la secretaria de Hacienda, pero sigo siendo trabajadora. Recibí el castigo que le quisieron dar a la gestión anterior, por eso siento violencia de género, persecución laboral. Como que soy la responsable de todo lo que se hizo mal, cuando no me tocaba tomar las decisiones, era una simple técnica que hacía las cosas dentro de la ley”, comentó.
“Me encantaría que los medios vieran donde estoy trabajando ahora. De un escritorio que antes tenía dos cajones pasé a tener un banco, y eso es violencia laboral”, añadió.
También sostuvo que “inventaron y mintieron, porque tengo las pruebas”. Y le pidió a la Justicia que se analice la antena de su teléfono para corroborar que no estuvo en el edificio cuando se produjo el hecho que se investiga: “Tengo la tranquilidad que yo no lo hice, yo no estaba en ese lugar, yo no estaba sentada en la máquina”.
Expuso ante la Justicia que “los funcionarios mintieron, porque de lo contrario” no podían “armar una causa en mi contra”.
Sobre el fiscal dijo: “Me acusa de abuso de autoridad cuando ya no era secretaria, porque mi renuncia me la aceptaron el 30, y la presenté el 26. Hasta el 29 a las 00 horas fui la secretaria de Hacienda. El 31 ya era una empleada más, por eso fui y fiché”.
También apuntó que “mintieron en las fechas, no es una equivocación, es una mentira”, al referirse a los denunciantes.
“Es de público conocimiento que asumieron el 30, y el 31 ella se presentó la nueva secretaria, y yo le hice entrega del lugar donde me sentaba, la máquina y todo”, añadió.
“Quisieron perjudicarme. No sé si realmente existió la mala intención de alguien de hacer daño a los sistemas, sino para hacerme daño directamente a mí. Y entiendo que el fiscal se haya equivocado porque él toma de un testimonio supuestamente verdadero, y ellos cometieron falso testimonio”, también expuso.
Consideró que antes de hacer la denuncia “las autoridades de la universidad deberían haber investigado más, porque tenían la pericia privada que hicieron, sabían que el delito se produjo a las 12:55, y pudieron averiguar si yo estaba en ese momento”.
Tuvo en cuenta que se vio afectada moral y profesionalmente: “Mis clientes me conocen, saben quién soy, pero tuve que pararme frente a mis alumnos y explicarles todo esto. Pero si sigo trabajando porque jamás voy a bajar la cabeza, porque soy inocente. Porque sé que a esta universidad no le he sacado un peso”.