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Solari: “En Arizona jugábamos con los vecinos en la calle, con Santiago Rodríguez en los patios y ahí se forjó el sueño”

El sanluiseño que se consagró campeón de la Copa Sudamericana con Racing de Avellaneda habló de su camino a la gloria marcado por la perseverancia y la pasión que comenzó en su pueblo natal con recuerdos imborrables.

Santiago Solari dejó su nombre escrito en la historia de uno de los clubes más grandes de Argentina. Con Racing obtuvo la Copa Sudamericana y para la institución de Avellaneda significó volver a ganar un título internacional después de 36 años.

La historia del “Chino” o “Maluma” se forjó en su pueblo. “Recuerdo aquellos días en Arizona. Jugábamos con todos los vecinos, nos juntábamos en la calle y eran dos ladrillos, el arquito y a jugar todos los días, era increíble, esos momentos no se olvidan nunca más. Me juntaba con Santi Rodríguez (jugador de Argentinos Juniors) después del colegio, a la siesta, y nos retaban porque rompíamos los patios, pero siempre con una pelota y esos momentos eran muy lindos, era solo de jugar, ni de presión de nada, ni de ganar, era solo jugar y eso fue el momento más lindo en lo futbolístico”, relató con nostalgia Solari a El Chorrillero.

En esa misma línea, añadió: “Después obviamente cuando ya estamos en Primera se transforma en un trabajo, eso es otra cosa, tenemos que enfocar más nuestra vida y respirar fútbol”.

Hizo énfasis en los momentos duros que atravesó cuando llegó a San Luis, donde la adversidad se convirtió en su mejor maestra.

“Se me cerraron muchas puertas. Iba para adelante, entrenando solo en el Parque de las Naciones, con el apoyo de mis amigos. Fue un momento durísimo, no tenía nada, no tenía facilidades", describe el delantero a un periodo crucial en su vida.

El apoyo del Club Sporting Victoria que le abrió las puertas fue fundamental, seguido por Juventud Unida Universitario donde la posibilidad de ser profesional cobró fuerza y revivió su sueño.

"Ahí se me abrió la cabeza que se podía vivir del fútbol", afirmó. Desde entonces, su ascenso fue constante: Nacional B (Atlanta y Gimnasia de Mendoza), Primera División (Defensa y Justicia), y finalmente, el título con Racing. Fue el primero de su carrera.

"Fui cumpliendo objetivos de a poco, con mucho trabajo. Fue rápido, pero con mucho esfuerzo", expresó.

No dudó en agradecer el apoyo de su familia. De su mamá Susana Ferreyra y sobre todo de su papá Víctor.

Contó que en su momento empezó a buscar opciones, lo llevó a Santa Rosa y luego a General Pico de La Pampa para que se vaya formando, teniendo más competencia.

“Mi viejo es parte muy importante de todo esto porque yo creo que, sin ese acompañamiento, sin estar así a mi lado, no sé si hubiera logrado todo lo que se logró. Lo mismo con mi hermano (Pablo que juega en River Plate), nos acompañó en todo momento y hoy en día él lo disfruta como si fuera de él”, subrayó.

Solari destacó la importancia de la constancia y el trabajo duro en su éxito. Su historia es un ejemplo de perseverancia, un testimonio de cómo, con pasión y el apoyo de amigos y familia, los sueños se pueden alcanzar, incluso cuando las puertas parecen cerradas.

La gloria en la Copa Sudamericana es el fruto de un largo y arduo camino, forjado en las canchas y calles de su amada Arizona y en los clubes de San Luis.

Edición Juan Ledesma

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