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Dinastía Costa: cuatro hijos y un DT escriben la historia de GEPU en la Liga Federal

En el corazón de San Luis, un apellido resuena con fuerza en el mundo del básquet. No se trata solo de un nombre, sino de una familia que ha tejido su leyenda en la institución.

Rafael, el padre, como director técnico, y sus cuatro hijos, Valentín, Santiago, Joaquín y Julián, como protagonistas de GEPU.
Actualizada: 27/04/2025 23:55
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En la actual temporada de la Liga Federal, la historia de los Costa se escribe con letras doradas: Rafael, el padre, como director técnico, y sus cuatro hijos, Valentín, Santiago, Joaquín y Julián, como protagonistas en la cancha.

Rafael Costa, un nombre histórico del básquet, campeón con GEPU en los ’90 y con una destacada trayectoria en el Torneo y Liga Nacional, hoy tiene el privilegio de dirigir a sus propios hijos. Una imagen que parece sacada de una película, pero que es una realidad palpable en cada partido de la Zona A de la Conferencia Oeste en la fase regular.

"Es un sueño hecho realidad compartir la cancha con mi viejo y mis hermanos", expresó Valentín, uno de los bases más sólidos de la Liga Federal, con experiencia en Comunicaciones de Mercedes y un subcampeonato en la Liga de Desarrollo. Para él, jugar con sus hermanos no es nuevo, ya que había compartido equipo con Santiago y Joaquín. Sin embargo, la llegada de Julián ha completado el círculo familiar.

Santiago y Joaquín, con un recorrido reciente en ligas como la cordobesa y la santafesina, se alternan en la conducción del equipo en la cancha. Son la extensión de Rafael en el juego, los encargados de transmitir su visión, estrategia y manejo en la zona neurálgica. "Jugar entre hermanos y con mi papá al costado es un privilegio", coinciden.

También está Julián, el benjamín de la familia, el que creció entre pelotas, tableros y camisetas.

Con tan solo 17 años, ya suma minutos valiosos en la categoría y asume responsabilidades con una madurez que sorprende a propios y extraños. "Desde que se levanta hasta que se acuesta, vive el básquet con pasión", comentan quienes lo conocen de cerca.

Pero en esta historia, la estrategia silenciosa también tiene un papel fundamental: Fabiana, la madre, es quien pone cordura cuando la intensidad del juego se traslada al hogar. Fanática incondicional, no se pierde un solo partido, ya sea desde la tribuna o frente a la pantalla.

GEPU es mucho más que un club: es un sentimiento arraigado en la comunidad. Y los Costa, con su ADN basquetbolero, son el reflejo perfecto de esa pasión. Su historia es un ejemplo de cómo el deporte puede unir a las familias y construir legados que trascienden generaciones.

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