Barba ante el Cristo de la Quebrada: “Volvemos acá para decirle a Jesús ‘aquí estoy, seguís en mi corazón’”
El obispo presidió la tradicional misa en Villa de la Quebrada y llamó a la conversión, al perdón y a la unidad en la fe. Recordó al Papa Francisco y resaltó el legado que dejó al mundo. Asistió el gobernador, Claudio Poggi.
En el marco de la festividad religiosa del Cristo de la Quebrada, el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, presidió la misa central ante miles de fieles que llegaron desde distintos puntos del país. En una homilía cargada de emoción, Barba destacó la importancia de la conversión personal, el poder del perdón y la necesidad de vivir una fe sincera y comprometida. También dedicó un profundo homenaje al Papa Francisco, a quien recordó con gratitud y admiración.
La celebración, realizada en el santuario de Villa de la Quebrada, reunió a peregrinos de San Luis y otras provincias como Mendoza, San Juan, La Pampa y La Rioja. "Esta fiesta no se cierra solamente para los sanluiseños, esta es su casa, porque el Cristo ya está en su corazón desde antes", expresó el obispo al comenzar la homilía.
"Volvemos acá para justamente decirle a Jesús ‘aquí estoy, seguís estando en mi corazón, quiero renovar mi fe, quiero apoyarme, quiero sentir tu fortaleza'", afirmó sobre la multitud que año tras año llega hasta la localidad del departamento Belgrano.
De la celebración religiosa participó el gobernador Claudio Poggi, el vicegobernador Ricardo Endeiza, la intendenta Rosa Calderón, el intendente de San Luis, Gastón Hissa, funcionarios y legisladores.
Barba subrayó el sentido del encuentro religioso: “Estos días nos permiten sentarnos a la mesa grande de una familia donde todos tenemos lugar”. Refiriéndose a los días donde la festividad reúne a miles de creyentes.
También hizo alusión al vínculo afectivo que une a los fieles con la figura del Cristo de la Quebrada: “Estoy seguro que si supiéramos la historia de cada uno, el Cristo los debe acompañar desde siempre en un cuadro, en una estampa, en la billetera o junto a una foto”.
La homilía tuvo un eje en el llamado a la conversión a partir de la lectura del Evangelio. “¿Qué significa convertirnos? Renunciar al hombre viejo para que el hombre nuevo haga nuevas todas las cosas”, explicó. En esa línea, monseñor destacó el valor del sacramento de la confesión y alentó a los presentes a no temerlo: “No olvidemos esto, en la confesión, lo principal no es el pecado, sino el perdón de Dios”.
El obispo también recordó con emoción al Papa Francisco, en lo que definió como “una misa donde el mundo tiene una silla vacía”.
Barba expresó que “el mundo ha perdido un padre”, y destacó su cercanía con la provincia: "Sabemos que también San Luis estuvo hasta hace muy poquito en el corazón de nuestro Papa Francisco Entonces, hoy también queremos rezar por él, dando gracias y pidiéndole a Dios que pueda gozar de su presencia junto con todos los santos".
También resaltó su defensa constante de los más pobres. “Los pobres claramente han sentido cómo estaban en el corazón del Papa”, afirmó, recordando el testimonio de un sacerdote que vio llorar a un hombre humilde en Alemania tras la noticia de su muerte.
En un pasaje especialmente emotivo, Barba hizo memoria del magisterio de Francisco: “Tenemos que recordar lo que nos ha enseñado, abrir las puertas del corazón, de la Iglesia, construir un mundo donde haya lugar para todos”. Señaló además el legado del Papa sobre la política como expresión de caridad: “Buscar el bien común por encima de todo interés personal”.
La misa concluyó con una plegaria para que “con un corazón sencillo y abierto”, los fieles puedan “seguir las enseñanzas del Evangelio con valentía, siendo testigos de la luz en medio de tantas tinieblas”.