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El recuerdo de las 96 peleas de “El Mono” Gatica, la popularidad, el carácter y el final

Trascendió en la década del ´40 y cosechó fanáticos y detractores. En un evento a su beneficio terminó con una lesión en la pierna izquierda porque se enojó con su contrincante.

José María Gatica vs Luis Federico Thompson en 1952.
Actualizada: 24/05/2025 21:47
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Por Sonia Schoenaker

José María Gatica nació en Villa Mercedes pero partió cuando tenía siete hacia Buenos Aires con su familia. Allí fue donde conoció el mundo del boxeo, la gloria, la fama y el dinero.

En el deporte de los guantes peleó 96 veces, ganó un total de 86 enfrentamientos, 72 de ellos por knock out, perdió siete, empató dos y uno quedó sin decisión.

Para ganarse la vida y ayudar a su familia, lustraba botas en la estación de trenes del barrio Constitución, vendía diarios y limpiaba los baños y pisos en una lechería para que, al finalizar la jornada, el dueño del lugar le guardara el cajón con el que trabajaba.

Cuenta la historia, que en más de una ocasión tuvo que pelear con otros lustrabotas para defender su puesto, y eso hizo que forjara una fuerte personalidad, que ya se dejaba ver en sus primeros años de vida.

Su destino cambió cuando se cruzó Lázaro Koczi, un peluquero de la zona que tenía un estrecho vínculo con el mundo del boxeo y empresarios del Luna Park.

Al verlo pelear en las calles, con tanto acierto y pasión, no dudó en acercarse a hablar y ofrecerle $20 por participar en peleas clandestinas.

La propuesta fue aceptada y se encontraba con los rivales en Misión del Marino (The Sailor’s Home) o Casa Stella Maris, lugares a los que recurrían marineros extranjeros que habían quedado sin trabajo.

Gatica llegó a combatir tres veces en un día, venciendo a uno tras otro, llevándose a la casa una recaudación de $60.

Estas experiencias le abrieron las puertas al deporte profesional.

El 7 de diciembre de 1945 subió al cuadrilátero con su contrincante, Leopoldo Mayorano, a quien noqueó en el primer asalto.

Después de aquel día, ganó dos peleas más en un mes y fue escalando rápidamente hacia la popularidad. Cada vez que subía al espacio de combate, “El Tigre puntano”, como le gustaba ser llamado, era ovacionado por el público.

En la década del 40’, se manejaba en el ring del Luna Park como pez en el agua, y cuando se llevaban adelante los eventos de boxeo había seguidores que quedaban fuera del edificio por falta de lugar.

En 1946 era prácticamente una estrella dentro del deporte. Ese año ganó los seis combates que disputó. Entre ellos, uno con Alfredo Prada, su eterno rival, su River – Boca.

El eterno rival del "Mono" Gatica fue Alfredo Prada.

El ex presidente Juan Domingo Perón y su esposa, Eva, solían concurrir a las peleas.

Por los triunfos cosechó fanáticos y se volvió un referente “del pueblo”, aunque también tenía detractores, los aficionados de clase alta, que terminaron apodándolo “Mono”, a pesar de su disconformidad.

Gracias al vínculo con Perón y el trabajo de su nuevo manager, Nicolás Preziosa, en 1951 el villamercedino pudo viajar a Estados Unidos a pelear en el importante estadio Madison Square de Nueva York.

Esa fue la oportunidad deportiva más importante que tuvo. En el cuarto round noqueó a Terence Young y unos días después combatió contra el campeón mundial de los livianos, Ike Williams. Allí cayó noqueado en el primer asalto.

Otra de las peleas que marcaron su trayectoria, fue en 1953, cuando un cabezazo de Prada rompió su maxilar inferior. El Mono resistió cuatro rounds, hasta que se declaró una derrota por nocaut técnico.

Peleó con la mandíbula fracturada.

Al año siguiente, cuando la autodenominada Revolución Libertadora derrocó al presidente, le quitaron la licencia para boxear por su cercanía con la política.

Para seguir subsistiendo retomó las peleas clandestinas que se realizaban en el gran Buenos Aires, y en otras provincias. El boxeador seguía siendo motivo de grandes hinchadas, halagos y admiración.

En 1956, peleó por última vez a sus 31 años en el estadio Lomas Park. En esa ocasión derrotó a Jesús Andreoli por abandono en el cuarto asalto.

Tras el triunfo, la policía intervino porque su licencia estaba suspendida por la dictadura militar y ese evento marcó el final de su carrera.

Peleó, ganó, triunfó y fue ovacionado decenas de veces, pero nunca fue dueño de un título internacional. Aun así, resultó uno de los grandes ídolos de la historia del boxeo.

Martín Karadagián versus el “Mono” Gatica en la Bombonera, el evento que fue el principio del final

“Sábado 10 en Boca Juniors, 16 horas, ¡por única vez el combate del siglo! Gatica contra Karadagian”, resaltaban los panfletos que promocionaban un evento que organizó el cátcher para el 10 de agosto de 1957.

El espectáculo deportivo fue pensado con un fin benéfico, que era ayudar económicamente al ídolo popular, que tras su última pelea había quedado en bancarrota.

La intención de la exhibición fue nublada por los protagonistas, que una vez subidos al ring, se entusiasmaron y lo que iba a ser una demostración terminó siendo una pelea cuerpo a cuerpo, que el público disfrutaba y alentaba con gritos que envalentonaban a los rivales.

El afiche que promocionaba el evento.

El imponente cátcher, a los 18 minutos dentro del cuadrilátero, con una maniobra arrojó al ex boxeador a la lona. Al liberarlo, Gatica se desbordó y perdió la razón, su único objetivo era noquear a su oponente.

Una palanca de pierna bastó para que Karadagián redujera al Mono y cayera sobre su propia espalda, poniéndole el punto final al enfrentamiento.

El dolor en su pierna izquierda no fue tratado y terminó generando una renguera que lo acompañó hasta el final de su vida, a sus 38 años.

 

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