Bajo el lema “Herencia de valores, compromiso eterno”, la Mixta celebró su 109° Procesión Cívica

En la tarde del sábado se desarrolló la 109° Procesión Cívica de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles bajo el lema “Herencia de valores, compromiso eterno”. La tradición normalista volvió a iluminar las calles puntanas con cientos de estudiantes que portaban sus antorchas y sus convicciones. En esta oportunidad, la organización estuvo a cargo de la promoción “Balcarios”, quienes no sólo renovaron el compromiso con la patria, sino también con su identidad normalista.

La actividad comenzó a las 17:15 en la Mixta, con la presencia del gobernador Claudio Poggi, el vicegobernador Ricardo Endeiza, el intendente de la ciudad de San Luis, Gastón Hissa, el ministro de Educación, Guillermo Araujo, el rector de la Universidad Nacional de San Luis, Víctor Moriñigo y el rector de la escuela, Néstor Castro.

Tras una reunión privada, los alumnos interpretaron las estrofas del Himno Nacional en lenguaje de señas, y otro grupo danzó al compás del folclore.

Minutos después, se trasladaron a la intersección de avenida Illia y Mitre. En ese punto, una de las estudiantes recordó que “hace ya más de 100 años, un grupo de estudiantes del último año de la escuela decidió rendir homenaje a la Patria y caminó hasta el Parque de las Flores, actual Plaza Pringles, para esperar el 25 de Mayo. Jamás imaginaron que sería el amanecer de una iniciativa que superaría lo institucional. Una sencilla idea se convirtió, con el correr de los años, en un acto trascendental y tradicional que reúne a todo el pueblo sanluiseño”.

“En un contexto de homenajes, recordamos la víspera del nuevo 25 de Mayo, fecha en la que decidimos comenzar a pensar en un gobierno propio, hace ya 215 años. Sepan que hoy los jóvenes, al igual que nuestros antepasados, nos seguimos levantando con coraje y determinación para reclamar nuestros derechos”, resaltó.

Y continuó: “Hoy es un día de fiesta. Nuestra escuela y la Patria están de celebración, y lo manifestamos con mucho orgullo y respeto”.

“El lema manifiesta nuestro compromiso de dar continuidad a un legado moral y cultural, una herencia inmaterial, simbólica y humana, nutrida de valores esenciales como la solidaridad, la empatía, la libertad y la responsabilidad. Ese legado nos debe seguir inspirando a luchar por la patria que deseamos, todo ello sostenido por el andamiaje colectivo de la educación, la participación ciudadana y la valoración constante de nuestra patria”, afirmó.

La carroza fue uno de los principales atractivos. Una alumna representaba a la Patria y un joven, a la comunidad. Una escalera describía el camino del pueblo argentino desde la Revolución de Mayo hasta la actualidad. Cada peldaño simbolizaba la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad y la empatía. Sus escalones reconocían el proceso histórico de lucha, unión y esperanza.

Acto seguido, las autoridades gubernamentales y los alumnos encendieron las antorchas para dar comienzo formal al acto.

“Es un gesto simple, quizás, pero cargado de una herencia invisible que se transmite de generación en generación, como una llama que nunca se apaga. Porque no solo se trata de marchar, sino de honrar. De recordar que alguna vez, en 1810, un grupo de hombres y mujeres soñó con la libertad cuando todo parecía oscuridad. Como aquellos patriotas, los jóvenes nos enseñan que la patria no es solo una palabra en un libro, sino un latido que se renueva cada vez que elegimos construir, participar y, como hoy, estar presentes”, expresó el rector de la Mixta, Néstor Castro, al iniciar su discurso.

En la misma línea, agradeció y felicitó a los estudiantes “por sostener esta tradición con amor, por poner el alma en cada bandera, por demostrar que la historia vive, que la Patria no es sólo pasado: es presente y es de ustedes”.

“Han sido ejemplos de respeto, de esfuerzo, de unidad, en tiempos en los que a veces parece más fácil rendirse. Ustedes, ellos, todos, han decidido avanzar y dejar su huella. Su paso por la Mixta jamás será olvidado, porque no solo han aprendido, sino que también han enseñado que se puede hacer patria con humildad, y que el verdadero compromiso no termina al egresar, sino que apenas empieza”, sostuvo.

Por su parte, el rector de la UNSL, Víctor Moriñigo sostuvo que “este encuentro es más que una ceremonia, es el testimonio vivo de nuestra historia, de nuestros valores y, sobre todo, de nuestro compromiso con el futuro. Eso lo demuestran los chicos y chicas de las generaciones que vivieron esta procesión cívica en años anteriores”.

“Ese futuro está en manos hoy de los jóvenes. Los jóvenes no son el mañana, son el hoy, y hace rato son quienes alzan la voz frente a las injusticias, quienes se organizan, sueñan y trabajan por una sociedad más equitativa, más inclusiva y mucho más humana. Tienen la fuerza del cambio y la creatividad que rompe moldes”, destacó.

Recordó además que “solo una persona educada sabe que la ignorancia es más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene en el análisis, en examinar, en pensar. En esta escuela que se encamina hacia los 150 años de historia, se ha sembrado un mensaje una y otra vez en ese sentido. Nuestra tarea como educadores, ciudadanos y comunidad de San Luis es seguir cultivando esos valores en cada joven que pisa nuestras aulas”.

Tras la ceremonia inicial, la comunidad inició una caminata con velas encendidas hacia el Colegio Nacional. Allí, se descubrió una placa en homenaje a la labor educativa que la Escuela Normal llevó a cabo en ese edificio durante algunos años.

Desde ese punto se encaminaron hacia la Iglesia Catedral. Allí, se encontraba la mesa interreligiosa y el obispo Gabriel Barba impartió la bendición a todos los presentes.

“Esta es una parada de la fe, que también ha sostenido esta Revolución de Mayo y los ideales de tantos patriotas. Hoy, especialmente, ponemos bajo la mirada de Dios nuestra acción, para que nos dé fuerza para ser buenos ciudadanos, buenos cristianos, buenas personas, hombres y mujeres de bien. Que la gracia y la fuerza de Dios hagan efectivas las obras de nuestra vida”, enfatizó.

La caminata prosiguió por la calle Colón y pasó por la casa de Justo Daract, lugar donde también funcionó la institución.

La última parada fue en la ex Casa de Gobierno. En ese sitio, la alumna Martina Toledo brindó un emotivo discurso.

“Esta procesión no la hicimos por cumplir, la hicimos con el corazón, con esfuerzo, con dedicación y, sobre todo, con sentido. Porque entendimos que no se trata solo de una carroza, de unas antorchas o de un recorrido, sino que es rendir homenaje a aquellos hombres y mujeres que con coraje y convicción pusieron en marcha el sueño de una nación soberana”, expresó. Y continuó: “Se trata de construir algo juntos, de sostener una tradición porque creemos en ella, porque sentimos que forma parte de nuestra identidad, de nuestro paso por esta institución que tanto nos dio”.

“Esta noche no termina nada, esta noche empieza algo nuevo. Nos vamos con la mochila llena de enseñanzas, de amistades, de recuerdos, de errores que nos hicieron crecer y de aciertos que nos llenan de alegría. Pero, sobre todo, nos vamos con una certeza: que estos valores que heredamos van a vivir en nosotros, que no vamos a soltarlos ni olvidarlos, porque cuando algo es verdadero se vuelve eterno”, concluyó.

El cierre culminó con el tradicional traspaso de la antorcha, un momento cargado de emoción, que llevó a las lágrimas a los presentes al ver a los alumnos de sexto año ceder la llama a sus compañeros de quinto.