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Las notas que dejó Marina Silva tras el doble filicidio: una misma autoría y un texto en tres momentos distintos

En la vivienda donde Bautista y Sofía fueron asesinados, la Policía encontró tres escritos diferentes. En uno de ellos, la madre pedía perdón y hacía referencia a las deudas.

La carta que dejó Silva.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 27/05/2025 00:31

El 1° de junio se cumplirán ocho meses de un hecho que marcó a San Luis en 2024: el asesinato de Bautista Silva Funes de dos años y Sofía Ojeda Funes de siete. Los pequeños fueron ultimados de dos disparos por su madre, Marina Silva, quien se desempeñaba como policía.

La investigación, a cargo de la fiscal especializada N°2, Antonella Córdoba, está casi en la etapa final. Una de las evidencias que resta incorporar es la pericia psicológica y psiquiátrica a Silva, mientras que una de las últimas que se concretó fue la caligráfica sobre tres escritos que estaban en el lugar del crimen.

Los niños fueron asesinados mientras dormían, en el barrio Los Fresnos, en la ciudad de Juana Koslay. Esa mañana, la mujer dejó una carta sobre la mesa, y otros dos carteles pidiendo que llamen a la Policía. Tras dar aviso a sus compañeros de la Comisaría 34°, se fue de la casa. Fue encontrada horas más tarde en la zona del dique Cruz de Piedra. Desde ese momento está detenida.

La pericia caligráfica fue realizada por la licenciada en Criminalística, Carina Bernal, del departamento de Investigación de Delitos Complejos. El objetivo fue hacer un cotejo y determinar autoría de los escritos secuestrados. Esto a partir de esos tres manuscritos y un cuerpo de escritura realizado por Silva.

El Chorrillero accedió al informe que remitió la profesional. Entre las principales conclusiones determinó que los tres fueron escritos por la misma persona y que la carta, fue elaborada en tres fases diferentes.

El escrito que dejó en la puerta delantera.

Inicialmente, Bernal explicó que técnicamente durante el proceso de escritura “intervienen la trilogía formada por el acto psíquico, el somático y los elementos escriturales, poseyendo cada escritor una fisonomía que le es propia y a la vez distinta a la de cualquier otra persona”.

Sobre la pericia en sí, mencionó que hubo una audiencia de formación de cuerpo de escritura de Silva donde se analizó minuciosamente la forma de escribir, las peculiaridades, la variabilidad, movimientos intrínsecos y naturales y hasta la espontaneidad.

Luego efectuó un “examen particularmente de letras o palabras más relevantes para identificación del gesto gráfico y para el análisis grofoestructural”. Estos fueron cotejados con las letras manuscritas de los documentos presentados como dudosos.

En la puerta delantera, la imputada dejó un papel con la leyenda “no entres, llamá a la Policía”. En la trasera había uno similar que decía “no entres Melina”. Esto último dirigido a una de sus hermanas, que vivía en una propiedad detrás de la vivienda. El otro escrito estaba en la hoja de un cuaderno, sobre la mesa del comedor.

El escrito que dejó en la puerta trasera.

Bernal expuso que “tras observar minuciosamente las escrituras indubitadas y a partir de los automatismos e idiotismos se puede demostrar la uniprocedencia de origen entre comparadas”. Esto es, que todas fueron elaboradas por la misma persona.

La profesional también determinó la existencia de “gestos gráficos” como presión fuerte, escritura ornamentada, bucles superiores en ensanchados, inclinación a la izquierda, rasgos descendentes oblicuos rematando en gancho o ganchos frustrados, ligados frecuentes, escritura inarmónica y predominantemente manuscrita, caja de escritura amplia.

Sumó a eso “espontaneidad, características de escritura lenta a moderada pero también se observa variabilidad en ese aspecto, siendo una característica del puño del escribiente”.

Concluyó categóricamente que “ambos escritos y la nota dejada sobre la mesa, fueron ejecutados por el puño de la señora Marina Silva”.

Por otro lado, la perito se detuvo en características puntuales. Consideró que los tres textos fueron redactados en momentos diferentes. La nota del cuaderno podría corresponder al inicio del proceso, pero esta además “muestra evidencias de haber sido elaborada en al menos tres fases”.

La carta que estaba sobre la mesa.

Explicó que lo primero en escribir fue: “Perdón, ya no pude más. No es culpa de nadie. Pero necesito paz. Pa y ma los amo. Hermanos gracias por todo. Y Jonathan perdón también, te amo. Perdón por no poder seguir más. Marina Silva”. Esto a raíz de “un pulso sin vacilaciones, retoques, ni temblores”. Fue un proceso lento, caligrafiado y espacioso.

Agregó a eso la firma y un punto, lo que “permite inferir que al firmar, da por finalizado el texto, validando su autoría”.

Bernal estimó que el siguiente fragmento fue: “No quiero mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto Bauti y Sofía, que necesito estemos juntos”. Fundamentó esto en que “se observa una caligrafía más comprimida debido a que debió ajustarse al espacio disponible, no se observa punto final”.

El tercer momento fue cuando redactó: “Ni Jonathan (por el padre de Bautista), ni mamá me hicieron embargar el sueldo. Yo sola me llené de deudas y no supe manejarlo. Quise (que) no le falte nada a los niños. Perdón”. Estaba en un espacio aún más comprimido que culmina con “un punto o guión como referencia a que finalizó el escrito”.

En otro punto, la criminalista estimó que la nota en el cuaderno fue realizada en una posición de Silva sentada, por el pulso, el ritmo, la grafía inarmónica y con velocidad moderada, sin retoques ni vacilaciones. Mientras que la que decía “llamá a la Policía, no entres”, cuando estaba parada.

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