Villa Mercedes crece hacia la periferia, deja espacios vacíos y requiere una contención de la mancha urbana
En los últimos años la ciudad se fue expandiendo hacia los costados, avanzando sobre zonas rurales y productivas. Dentro del ejido urbano hay 373 hectáreas que están aptas para habitar porque cuentan con la infraestructura necesaria.
Por Sonia Schoenaker
A partir de un análisis elaborado por un equipo técnico de la Municipalidad y por sectores de la comunidad que participaron en talleres, se llegó al diagnóstico de que, en Villa Mercedes, la mancha urbana ha crecido de forma desordenada.
Esto significa que la ciudad en las últimas décadas fue ocupando el territorio hacia los costados y esto genera conflictos con las áreas productivas, las industriales y las agroproductivas. A su vez, esta expansión se hizo sin la incorporación de la infraestructura necesaria para la calidad de vida.
“Pudimos establecer que en la actualidad la ciudad tiene un tipo de crecimiento periférico, de baja densidad y fragmentado”, explicó el arquitecto e integrante del equipo municipal, Gastón Funes, en declaraciones a El Chorrillero.
En concreto, la “mancha urbana”, es el área ocupada físicamente por viviendas, espacios verdes, escuelas, calles y todo tipo de uso urbanístico.
Mancha urbana de Villa Mercedes actual.
Si se la observa desde arriba, es un dibujo sobre el plano de la ciudad que, en el caso de Villa Mercedes, se fue expandiendo hacia todas las direcciones: “Tiene que ver con todos los llenos y vacíos que se generan en la ciudad, cómo va creciendo y se va consolidando”.
En ese sentido, Funes tuvo en cuenta que el hecho de que la población se haya ido instalando en el “anillo perimetral”, generó que fueran quedando vacíos en la zona intermedia de la ciudad, y es por eso que se lo considera un crecimiento “fragmentado”.
Actualmente la ciudad cuenta con 373 hectáreas disponibles en su área intermedia (entre la zona que comprende las cuatro avenidas Pringles, Juan Domingo Perón, Aviador Origone y 25 de Mayo), y la periferia (donde predominan los suelos productivos y el área rural), que contienen infraestructura apta para ser utilizada y de ese modo consolidar un modelo compacto de la mancha.
Este punto tiene que ver no solo con “completar áreas vacías”, sino también poder trabajar sobre una densificación, por ejemplo, incrementando la cantidad de construcciones dentro de un área urbana ya existente construyendo en alturas moderadas.
A raíz de la importante oferta académica que hay disponible en la ciudad se está observando lentamente la necesidad de que se desarrollen departamentos en altura, aunque “se espera una densificación amena y programada”.
“No es que mañana va a haber torres por todos lados, la idea es ir trabajando el perfil de la ciudad de manera armónica para que se vaya generando este desarrollo de una manera equilibrada”, manifestó Funes.
Puntualizó que el desafío en los próximos años es “trabajar en esa área de la ciudad que tiene un número importante de hectáreas vacías, con esa estructura, para que vaya creciendo en el área central e intermedia de manera equitativa, ordenada y sostenible”.
Destacó que “no hay una zona en particular para donde haya crecido la ciudad, se ha expandido en todo su anillo perimetral de manera ineficiente y dejando vacíos internos”.
Consideró que la problemática surgió a partir de la “falta de planificación” en relación al tipo de crecimiento.
“Cuando la mancha urbana va creciendo hacia la periferia, entendemos cuáles son todos aquellos conflictos que genera. Surgen conflictos con las áreas productivas, avanza sobre los canales de riego, se generan conflictos de usos, las viviendas avanzan sobre la industria. Entonces, eso genera incompatibilidad del uso del suelo”, sostuvo.
La ciudad tuvo varias instancias de crecimiento demográfico. El censo nacional que se realizó en 2022 arrojó que en Villa Mercedes hay una población de 146.000 habitantes: “Eso habla de una ciudad que sigue creciendo o mantiene esa tasa continua y alta”.
El arquitecto aclaró que no es una característica mala “pero también necesita tener parámetros”.
En abril de este año, el intendente Maximiliano Frontera hizo la presentación del anteproyecto del nuevo código de Ordenamiento Urbano Ambiental. Sostuvo que “está pensado para organizar el crecimiento de la ciudad de forma equilibrada, cuidando tanto el ambiente como la calidad de vida de los vecinos”.
Tuvo en cuenta que la mayoría de los jóvenes se quedan en Villa Mercedes para aprovechar las oportunidades académicas, y además llegan universitarios desde otros lugares: “Venimos a romper las barreras, las cadenas y esas ordenanzas que traba el propio crecimiento de desarrollo de la economía de vida”.
“Vamos a aportar también los espacios públicos, porque también tenemos muchos sectores fiscales, los vamos a poner a disposición también de los desarrollistas. Y no vamos a pedir nada de dinero como pago, sino que vamos a pedir obras”, añadió.
El anteproyecto del código, que forma parte del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la Municipalidad, indica que Villa Mercedes presenta una tasa de crecimiento poblacional que supera la media provincial: “Da cuenta de una ciudad atractora de población, que a la vez experimenta en las últimas décadas un crecimiento muy importante y continuado de su mancha urbanizada, superando la demanda demográfica”.
“El proceso predominante de expansión de la urbanización sobre suelo natural y/o rural tiene como principales características la fragmentación de la ciudad, la falta de continuidad de la estructura urbana y la existencia de vacíos urbanos dentro del tejido interno de la ciudad”, detalla el documento.
Este tipo de crecimiento produce el aumento de la movilidad urbana, los costos de producción de la infraestructura, la pérdida de los valores de urbanidad. Además, encarece el acceso a la vivienda y desaprovecha territorios que podrían utilizarse para actividades productivas rurales o industriales.
Con el anteproyecto del Código urbano, que será tratado por el Concejo Deliberante para su aplicación, se intentaría regular el uso del suelo de la ciudad, y de este modo se podría “promover un desarrollo racional, equilibrado y equitativo”.
Propone, por ejemplo, una serie de nuevas normativas, como prohibir loteos fuera de determinadas zonas, incentivar la densificación en predios baldíos permitir mayor altura en construcciones de algunas zonas (hasta tres pisos en áreas comunes y podrían llegarse a los 30 metros en parcelas mayores).
Todo esto teniendo en cuenta que “la propia cultura villamercedina privilegia las casas en lote y el contacto con el patio”.
Principalmente se apunta a que la ciudad no siga expandiéndose hacia la periferia, avanzando sobre el suelo productivo, cuando en el área intermedia de la ciudad hay vacíos que se pueden habitar.
El código urbanístico vigente de planificación urbana es de 1980 y “no se abordan temáticas en relación a un crecimiento eficiente y sostenible”.
Otro punto que se menciona es que el tipo de expansión que ocurre actualmente en Villa Mercedes afecta a los servicios, que se tornan “ineficientes”, porque llevar agua, cloacas y electricidad hacia otros sectores son procesos de altísimos costos.
Los objetivos del Código son “promover un crecimiento sostenible y equilibrado, evitando la expansión sobre suelo rural, compactando la mancha urbana y aprovechando la capacidad predial en desuso”.
Además, pretende generar la densificación habitacional, para consolidar las áreas vacías y lotes baldíos que ya cuentan con recursos infraestructurales.
También “promover modelos edilicios que combinen un aprovechamiento razonable de las parcelas con calidad de vida”.
Mancha urbana de Villa Mercedes en 1856 y 1857.
Mancha urbana de Villa Mercedes en 1876 y 1956.
Mancha urbana de Villa Mercedes en 2001.
Mancha urbana de Villa Mercedes en 2009.