Ramón Felipe Moyano; el primer sanluiseño en la Selección, enfrentó a Pelé, ganó en El Maracaná y jugó en La Máquina de River
El Chorrillero te cuenta la historia de un jugador excepcional, pionero del fútbol local y que tuvo una carrera de película.
Por Gastón Vila Calderón
Colaboración y entrevistas Rocío Ojeda
En un momento donde el fútbol sanluiseño se enorgullece por la presencia de Leonardo Balerdi en la Selección argentina y con posibilidades de asistir a la Copa del Mundo 2026, recordamos y rendimos homenaje a otro villamercedino que marcó un antes y un después en el deporte de San Luis.
Ramón Felipe Moyano. Quizás, para las nuevas generaciones un nombre desconocido. Pero para la historia, una leyenda. Como carta de presentación, fue el primer sanluiseño en jugar en la Selección argentina mayor. Antes que Juan Gilberto “El Búfalo” Funes, Facundo Quiroga y Balerdi estuvo él.
Participó del histórico partido entre Argentina y Brasil en el Maracaná, el día del debut de Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé.
Integró el equipo de “La Máquina” de River Plate, jugando con un emblema de la institución como Ángel Labruna. Fue reconocido en Newell´s de Rosario, ídolo en Lanús, campeón con Atlético Nacional de Colombia y Villa Dálmine. Un brillante palmarés.
Nació un 18 de junio de 1926 en Villa Mercedes y a casi un siglo, recordamos a quien dejó una huella imborrable en cada club que defendió.
Desde sus inicios en los clubes Aviador Origone y Sportivo Pringles de su ciudad natal, demostró una zurda prodigiosa. Jugaba como puntero izquierdo, con la número 11 en su espalda, y ya se destacaba por su pegada, potencia y visión de juego.
A los 19 años, su talento lo llevó a Newell’s Old Boys, donde debutó marcando dos goles ante Atlanta y rápidamente se ganó el cariño de la hinchada leprosa. En Rosario, nació el apodo “Moyanito”, y también la inspiración del nombre de su futura sodería: “La Roja y Negra” que hoy funciona en calle General Paz al 63 en Villa Mercedes.
En 1949, dio el gran salto a River, integrando el mítico equipo de "La Máquina". Aunque su paso fue breve, compartió plantel con leyendas como Juan Carlos Muñoz, José Manuel “El Charro” Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau.
El wing izquierdo quería jugar, no mirar desde el banco al equipo súper ofensivo. Decidió seguir su camino en busca de protagonismo.
Llegó a Lanús, donde se convirtió en ídolo. Allí jugó dos años.
Entre 1951 y 1955 estuvo en Colombia, en Atlético Nacional de Medellín. Fue campeón en 1954. Cuatro años intensos en el fútbol cafetero que lo consolidaron como un jugador internacional.
Luego tuvo una segunda etapa en el Granate donde consiguió el subcampeonato en 1956 e integró un equipazo conocido como “Los Globetrotters”: Álvarez Vega; Prato y Beltrán; Daponte, Guidi y Nazionale; Fernández, Gil, Cejas, Lugo y Ramón Moyano.
En 1957, con 31 años, cumplió un sueño: vestir la celeste y blanca. El 7 de julio jugó el partido histórico frente a Brasil en el Maracaná por la Copa Roca en la noche en la que debutó Pelé. Argentina ganó 2 a 1, con goles de Labruna y Juárez.
El astro brasileño anotó ese día su primer gol con la Verdeamarela, donde un año más tarde ganaría el primero de sus tres mundiales.
Moyano diría años después: “Ya era tarde, el físico no era el mismo, tenía 31 años cuando me citaron”. Sin embargo, su nombre ya estaba escrito en la historia.
Tras una exitosa carrera en el exterior, regresó a Villa Mercedes, donde fundó la mencionada sodería “La Roja y Negra” y se dedicó a formar jóvenes futbolistas en el Club Aviador Origone.
Hijo de Bruno Moyano y Arminda Méndez; esposo de Aidé Ortiz con quien tuvo cinco hijos: Roberto, Carlos, Oscar, Adolfo y Patricia.
Falleció el 20 de febrero de 2007, a los 81 años, dejando un legado imborrable en el deporte puntano. En su honor, una calle de Villa Mercedes lleva su nombre.
Hoy, su historia es recordada como un ejemplo y símbolo de esfuerzo, humildad y talento.
La voz de un hijo: Ramón Felipe Moyano revive a través de los recuerdos
En el corazón de Villa Mercedes, el legado de “Moyanito”, el primer sanluiseño en vestir la camiseta de la Selección argentina, sigue vivo. Esta vez, su paso por esta tierra se ilumina a través de las palabras de su hijo Adolfo, quien compartió a El Chorrillero recuerdos entrañables y anécdotas que revelan la grandeza de un padre, un futbolista y un hombre que dejó una huella imborrable en la comunidad.
Adolfo Moyano, con la emoción a flor de piel, describió a su progenitor como “una gran persona, un excelente padre, y sus logros deportivos fueron tremendos”. Pintó un retrato íntimo de un hombre que trascendió las canchas para convertirse en un ejemplo de dedicación.
Más allá de sus logros deportivos, Adolfo destacó el lado humano: “Papá era muy familiar, muy amigo de todo el mundo. Tenía un camión que hacía viajes de cereales y cuando tenía tiempo libre cargaba todo el barrio y los llevaba a pasar fines de semana en familia”.
También compartió detalles sobre la carrera futbolística de su padre, recordando su paso por la Selección y el histórico partido en el Maracaná, donde debutó Pelé y la Albiceleste triunfó.
“Siempre lamentaba que lo hubieran convocado cuando ya tenía 31 años, pero de todas formas fue un sueño llegar a la Selección”, concluyó.
El legado de Moyano a través de los ojos de Juan Felipe "Pocho" Barroso, otra gloria del fútbol
El ex futbolista, entrenador e íntimo amigo, compartió a El Chorrillero como “Moyanito” cambió su vida: “Me unía un vínculo muy particular, ya que gracias a él pude jugar profesionalmente y desarrollarme como jugador de fútbol".
Indicó que lo descubrió jugando en cancha de Colegiales en Villa Mercedes y lo llevó a probar suerte en Villa Dálmine y luego en Newell´s Old Boys.
“Al llegar a Rosario, después de muchísimos años, el reconocimiento de la gente hacia Ramón fue impresionante", recordó.
"En aquella época salir de la provincia como futbolista era muy difícil, nadie se iba. Por eso yo agradezco que Ramón se fijó y me sacó de acá". afirmó Barroso que jugó en importantes clubes de Colombia y en Argentina, destacándose en San Martín de Mendoza.
En la misma línea, resaltó el papel pionero de Moyano en el fútbol local: “Hoy en día hay muchos chicos villamercedinos que están triunfando, pero en aquella época no había nadie”.
El “Pocho” espera que se valore la grandeza de su “gran amigo” y que su nombre inspire a los jóvenes futbolistas de Villa Mercedes a perseguir sus sueños con pasión y dedicación.
“Moyano es muy grande y nunca lo tuvieron en el reconocimiento. Hoy muchísima gente no lo conoce y los jóvenes no saben quién fue, pero yo les quiero decir desde mi punto de vista que fue un extraordinario jugador y una persona excelente”, sentenció.
Fotos y video Nahuel Sánchez Edición Juan Ledesma