Un accidente evitable y la coartada que la imputada "no conducía": el tercer día del juicio por la muerte de la sargento Benítez
El debate oral sobre el accidente fatal de febrero de 2024 sigue. En esta oportunidad desfilaron por Tribunales testigos que brindaron asistencia en el choque, policías que realizaron las entrevistas posteriores y peritos claves.
El juicio oral por la muerte de la sargento Cecilia Benítez continuó este lunes y fue el turno de testimonios importantes del caso: declararon personas que dieron asistencia en el momento del accidente, oficiales de la Policía que realizaron las primeras entrevistas y peritos que presentaron un contundente informe.
Durante la jornada en la Sala Penal N° 1 del Poder Judicial, hubo dos aspectos fuertemente abordados. El primero sobre los dichos de la única imputada Naira Mijal Ledezma y su coartada que ubicaba a su ex pareja como “el conductor” del vehículo. Y el segundo las conclusiones de una pericia con datos que van desde una posible velocidad alcanzada de 112 km/h hasta un “choque evitable”.
Cristian Villegas, uno de los testigos que se acercó a auxiliar el 7 de febrero de 2024, relató cómo un normal viaje de trabajo hacia Los Molles se tornó en una historia shockeante.
Recordó observar cómo uno de los autos (el Volkswagen Voyage de Benítez) se encontraba volcado a un costado de la Autopista 25 de Mayo a la altura del barrio La Aguadita, el impacto que tenía y hasta los gritos de ayuda de la mujer y su madre, Teresa Benítez, que también viajaba.
“Nos pedía que la sacáramos, que le apretaba mucho el cinto. Recuerdo que estaba consciente, que le preguntaba cómo estaba y respondía ‘ayude a mi mamá’. Le dolía mucho el pecho, el estómago y las piernas. Cuando me enteré que murió me puse realmente mal”, sostuvo en su declaración.
Agregó que brindó asistencia junto a otra pareja que pasaba por el lugar y que observó a otra mujer (por Ledezma) tendida sobre la carpeta asfáltica “con un charco de sangre”.
Mientras transcurría el relato de Villegas, la familia de Benítez seguía atentamente los dichos en la sala. Teresa, que logró sobrevivir y estuvo meses en recuperación, no aguantó las lágrimas.
Las declaraciones fueron formuladas frente a la jueza Adriana Lucero Alfonso. Y quienes llevaron adelante el cuestionario fue la fiscal Virginia Palacios con las intervenciones de la querella representada por Oscar Papaño y de la defensa, Iván Coria y Javier Rezzano.
Tras la ratificación del informe de atención de emergencias por parte de la testigo Gimena Flores Morales, fue el turno de la cabo María Alaniz que cumple funciones en la Comisaría N° 28. Acudió al lugar del siniestro, delimitó la zona de trabajo con un corte del tránsito, realizó entrevistas y un relevamiento de la señalización vial de las inmediaciones.
Además de precisar detalles de la escena cómo los dos vehículos involucrados o que ambos se encontraban de la mano este de la autopista, confirmó que se trataban de tres personas heridas: la sargento, su madre y Ledezma.
La exibición de uno de los informes periciales.
Indicó la marca en el asfalto que dejó el Toyota Etios de la acusada y que la velocidad máxima en la zona es de 40 km/h.
Pero a la hora de ahondar en los testimonios que recogió, hizo hincapié en el de Teresa Benítez: “Me contó que viajaba a La Punta para cuidar a los nietos, que iba tranquila, que sintió un fuerte impacto y las heridas que tenía”.
Y en especial en el de Ledezma. En el Hospital “Ramón Carrillo”, donde se encontraba internada, sostuvo que quien manejaba el auto era su ex novio, Yamil Rivas.
“Nos cuenta que no era ella quien estaba al frente del volante, sino que era acompañante. Y mientras que el relato sucedía, permanentemente era interrumpida por su madre para volver a insistir que ella no manejaba”, sostuvo. Pero testigos “indicaron que viajaba sola”.
Por último, Alaniz dijo no creerle: “No lo hice, nosotros sabíamos que eran tres personas. Testigos y compañeros vieron que habían tres heridos. Y sumado a ello, su ex novio, al que entrevistamos, no presentaba ninguna lesión y negó participar del accidente”.
Otro testigo que compareció fue el subcomisario Carlos Rodríguez del área de mecánica de la división Científica de la Policía que se detuvo en aspectos como el impacto de los vehículos.
Detalló que el mayor golpe fue en el lateral izquierdo del vehículo de Benítez y que los airbags estaban accionados. En el auto de Ledezma, aseguró, solo estaba colocado el cinturón del conductor y no del acompañante.
Nicolás Rodríguez, un oficial del Comando Radioeléctrico que circulaba de civil en el momento del accidente, también declaró y dijo que “habían botellas de cerveza a un metro y medio del Etios”. Para cerrar señaló que “no es probable que una cuarta persona haya estado”.
A Ledezma se le imputan los delitos de homicidio y lesiones agravado por el consumo de alcohol, estupefacientes y exceso de velocidad.
Y el testimonio más extenso y detallado fue el de Valentín Iglesias que, en ese momento, se desempeñaba en el área de Delitos Complejos. En la audiencia mostró su informe en base a los peritos, las cámaras de seguridad de la autopista y la carta de servicios de emergencia.
Comprobó que Ledezma viajaba desde La Punta a la ciudad de San Luis, mientras que Benítez, en el sentido contrario. Afirmó que se trataba de un día caluroso, sin fenómenos climáticos, que la carpeta asfáltica estaba óptima y que los vehículos “no estaban en malas condiciones”.
Entre sus dichos, hizo hincapié en que la energía generada derivó en que el impacto “sea sumamente violento por la deformación de los vehículos”.
No pudo asegurar a qué velocidad iba Ledezma en el momento exacto del choque, aunque sí calcular algunos de los tramos que hizo durante la autopista teniendo como base el tiempo y espacio que reflejan las filmaciones.
La principal conclusión a la que arribó fue que, a un kilómetro del accidente, circulaba a 112 km/h, muy por encima de los límites.
En otro apartado mencionó un análisis de evitabilidad: “En una situación teórica, a la velocidad permitida, con una calzada en buen estado, una autopista con un cantero central, jamás deberían colisionar”.
“El accidente era evitable. Había carteles con los límites y no había contingencias por el clima. En la trilogía conductor-vehículo-ambiente, el conductor es el más importante en esta ocasión. No encontré indicadores externos que provocaron el choque”, añadió.
A su vez, trajo a colación las pericias químicas que le realizaron a Ledezma: “Dio como resultado 1,13 gramos de alcohol por litro de sangre y positivo para cocaína. Son datos de interés para el factor humano”.
Sobre el final hizo una descripción de cómo habría sido el siniestro: “En principio, el primer impacto surge del pasaje del Etios por arriba del cantero. Luego hay uno surgido del extremo delantero izquierdo de este vehículo con la parte lateral izquierda del Voyage. Le sigue el giro y el casi vuelco total”.
El último testigo fue la oficial, también de la Comisaría N° 28, Agustina Leyes que, si bien no estuvo presente en el relevamiento de datos en el lugar del accidente, sí encabezó entrevistas.
Confirmó que Ledezma negó conducir y que cargaba de culpas a su ex novio. Y sumó un detalle de la conversación con la madre de la imputada: “Preguntó ‘¿cómo estaba la otra gente?’, una vez que le indicamos que una de ellas se encontraba bastante lesionada y que Cecilia Benítez estaba en un estado muy crítico y sin muchas esperanzas dijo ‘ah bueno menos mal que estamos todos bien’”.
El juicio continuará este martes a las 9 y contará con los testimonios de 12 personas, entre ellos, profesionales del Hospital “Ramón Carrillo”.