Condenaron a Naira Mijal Ledezma a 4 años y 4 meses de cárcel por matar a la sargento Benítez en un accidente de tránsito
Además fue inhabilitada para conducir por siete años.
Por Leonardo Kram
Naira Mijal Ledezma, de 24 años, fue condenada a cuatro años y cuatro meses de prisión por homicidio culposo por conducción de vehículo a motor agravada por el consumo de alcohol y estupefacientes en perjuicio de la sargento de la Policía, Cecilia Benítez y también por lesiones graves contra su madre, Teresa, en el mismo hecho.
El siniestro ocurrió el 7 de febrero de 2024 a las 14:30 en la Autopista 25 de mayo en proximidades de la rotonda Aguaditas del Portezuelo. La fiscal Virginia Palacios había solicitado una condena de cuatro años y 10 meses, mientras que la querella representada por Oscar Papaño había pedido seis años de prisión e inhabilitación por nueve años.
La defensa de la imputada a cargo de Iván Coria y Javier Rezzano pidió la absolución por el principio de la duda y subsidiariamente una pena de tres años e inhabilitación de siete años.
La última jornada del juicio oral arrancó a las 12:40 en la sala Penal N°1 del edificio de tribunales. La Policía contó 12 lugares para la familia de Benítez. Entre ellos estaba Teresa, la madre de la fallecida, cuyas secuelas del accidente fatal aún estaban presentes ya que camina con muletas y su hija Nazarena Argüelles Benítez, quien sigue los pasos de su madre y estudia en el Instituto de Seguridad Pública.
Del lado de la conductora, tres familiares la acompañaron. Ella ingresó sin esposas, ya que gozaba de libertad desde junio del año pasado. Ledezma estuvo retraída excepto cuando le tocó hablar. Luego de que dos testigos finalmente no se presentaran, la jueza Adriana Lucero Alfonso le permitió a la condenada a expresarse sobre los hechos y ella concedió preguntas tanto de su defensa como de la querella y el ministerio Público Fiscal.
Los familiares de Ledezma y Benítez estuvieron presentes en el veredícto. (Foto Aldo Marchiaro)
Ledezma dijo que sufría violencia de género y responsabilizó a su ex pareja
“Quería contar esto primero porque si no no se entendería lo que ocurrió después”, comenzó la joven, que trabajaba en un negocio familiar de alquiler de juegos. Así inició un relato en el que aseguró que vivía violencia de género de manos de su ex pareja, Yamil Ribas y si bien no afirmó directamente de que él estuviera detrás del volante al momento del accidente, lo responsabilizó por el hecho, una estrategia que no le resultó útil, ante el cúmulo de pruebas en su contra.
“Me celaba mucho. Llegó a ahorcarme, me golpeaba en mis brazos y mi panza”, dijo sobre la relación intermitente que inició en junio de 2023 y que concluyó el 8 diciembre de ese año, luego de una golpiza.
Aún así, y a pesar de una denuncia contra el hombre, siguieron en contacto. Llegó el 7 de febrero, día del accidente fatal. A las 2:30 la pareja se reencontró en La Punta y a bordo del vehículo de propiedad de la madre de ella, comenzaron a tomar cerveza y recorrer alrededores de la ciudad. Cómo se comprobó tras distintos exámenes toxicológicos después del accidente, la mujer tenía 1,13 gramos de alcohol en sangre y también consumió cocaína.
De acuerdo a su relato, pasado el mediodía pararon en una estación de servicio de La Punta. Allí el hombre comenzó a golpearla y dieron vueltas con el auto por la zona. Aquí su declaración se diluyó. “No recuerdo más nada. Escuché un impacto, un sonido super fuerte y después desperté en el hospital”, dijo entre llantos.
Palacios le pidió tranquilidad, que tomara agua, pero aún así le hizo punzantes preguntas. “¿Cuál es el motivo por el cuál desde que asumieron mis estimados colegas vos introducis esta hipótesis en la causa?”, a lo que la joven contestó porque “me dijeron que no había pruebas”.
“¿Por qué pediste perdón por algo que no hiciste en audiencias previas?”, continuó. Aquí la joven responsabilizó a su anterior abogado defensor, Esteban Bustos, de quien aseguró que le solicitó que hiciera eso y remarcó que “no creía en mí”.
“¿Podés decir categóricamente que vos no manejabas?”, le retrucó. “No recuerdo haber estado en el asiento del conductor manejando. Me había pegado mucho”, afirmó.
La jueza Adriana Lucero Alfonso condenó a Ledezma a cuatro años y cuatro meses de prisión. (Foto Aldo Marchiaro)
Los alegatos
Tras un breve receso, comenzaron los alegatos. Palacios hizo un racconto con datos técnicos y antecedentes jurídicos, donde su asistente proyectó fotos del vehículo que conducía la joven y remarcó su responsabilidad en los hechos.
“El factor humano es el principal eje causal del hecho”, resumió Palacios. La ingesta de estupefacientes y alcohol para la fiscal tuvo relación directa “a la infracción al deber de cuidado” que tiene que priorizar cualquier conductor.
Recordó que el Toyota Etios tuvo una velocidad e impacto que provocó que atravesará el cantero central de la Autopista 25 de Mayo a la altura del kilómetro 5,5 e impactara con el Volkswagen Voyage que manejaba Benítez. Otro dato clave es que las dos primeras personas que se acercaron al lugar del siniestro solo observaron a tres involucrados: la conductora ebria, la fallecida y su madre, que sufrió graves heridas.
Puntualizó a su vez que la infracción al deber de cuidado fue por imprudencia, al realizar una maniobra de tales características y en inobservancia de las normas de tránsito.
“La velocidad no es solo por fórmulas físicas, sino también por el más elemental sentido común. La señalización indicaba a 40 kilómetros por hora. Hay pruebas del derrape y un impacto de tal intensidad que atravesó el cantero que debía actuar como contención, calculada a 112 kilómetros por hora”, detalló.
“Cecilia y su mamá iban por el carril correcto, a la velocidad correcta”, comparó. “Los abogados pensamos en leyes, pero el resultado en Cecilia fue la muerte. Una hija que perdió a su mamá, una madre que perdió a su hija, amigos que perdieron a una amiga. La muerte de Cecilia y las consecuencias de quienes están aquí detrás mío, esa fue la extensión del daño”, argumentó en referencia a los familiares presentes.
Aún así Palacios no pidió la pena máxima en estos casos, que es de seis años, sino de cuatro años y 10 meses, ya que consideró como atenuantes su falta de antecedentes y la juventud de la imputada. Y descartó de lleno la hipótesis de la responsabilidad en la ex pareja, ya que hubo declaraciones de testigos que lo localizan en su domicilio al momento del accidente. Un dato que repercutió durante el juicio es que apenas vio a la policía, el joven mostró su torso desnudo para mostrar que no tenía heridas. Ledezma en cambio, tuvo varias lesiones.
Nazarena Argüelles Benítez, la hija de la sargento fallecida, lloró tras el veredicto. (Foto Aldo Marchiaro)
Papaño apeló al costado humano de la víctima. El comisario retirado, quien fuera jefe de la Policía, recordó que “no es natural tener enterrar a un hijo”. “Nazarena Argüelles, su hija, desde ese 7 de febrero, se tuvo que hacer cargo de la familia, de su hijo y su hermana. Su vida cambió ”, puntualizó.
“Ledezma no cumplió los deberes de cuidado. Las primeras personas que llegaron al lugar del hecho vieron a tres personas: a ella, a Cecilia y a Teresa”, coincidió.
El abogado recordó que en la zona había señalización y un óptimo estado de la calzada y que las pericias arrojaron una huella de 36 metros de frenada, con una fuerza suficiente para atravesar el carril central. “Cecilia no es un número de expediente, hacía lo que podía por su vida y era el único sustento de su familia”, aseguró.
Iván Coria fue el encargado del alegato final de la defensa. Valoró el testimonio de Ribas, quien el día anterior había declarado que la joven no se encontraba en condiciones de manejar y pidió que se analizara el caso bajo “la perspectiva de género". “Este hecho se ha transformado en una tragedia para las dos familias. Desde el momento del accidente estuvo sujeta a derecho. Jamás desde junio del año pasado, ha obstaculizado el proceso”, argumentó.
La condenada aprovechó el final de los alegatos para pedirle perdón a la familia de la sargento. “Quería pedirle perdón a la familia, por el daño producido por todo este accidente. Perdón por sea lo que haya pasado, me duele en el alma. No soy una persona que habla mucho, ni soy de tantas palabras, pero quiero disculparme y pedir perdón”, concluyó. Así dieron cierre a la etapa de alegatos, por una duración de casi tres horas.
Lucero Alfonso finalmente optó por una pena similar a la propuesta por el ministerio Público Fiscal y ordenó el traslado de Ledezma al Servicio Penitenciario Provincial.
El público estalló en llanto. Nazarena y su abuela Teresa fueron las más visiblemente afectadas. “Creo que cuatro años es muy poco para la vida de mi madre, valía mucho más. Ha sido muy difícil pasar esta situación, pero lo tenía que pasar porque necesitaba justicia para ella, para que pudiera descansar en paz y darle tranquilidad a mi abuela”, dijo la hija a la prensa, tras la lectura del veredicto.
“La imputada declaró hoy que había sufrido violencia de género. Pero hay personas que la sufren y no salen a matar a nadie. Hay que recibir ayuda de la casa y la educación también, porque el auto no se le presta a un hijo para que salga a tomar. El abogado defensor dijo que era una tragedia para dos familias, pero está equivocado. Es una tragedia para mi familia. Ellos la van a volver a tener, pasar año nuevo, navidades, cumpleaños con ella. A mi mamá no la vamos a ver más”, dijo por último.
Teresa, la madre de Benítez, lloró tras la lectura del veredicto. (Foto Aldo Marchiaro)