VILLA MERCEDES
Confirman que el hombre murió por accidente, cuando juntaba leña
Daniel Villegas, de 36 años, había salido la noche del viernes a buscar ramas para prender fuego y calentarse. Eso contaron los cuatro amigos que vivían con él en una casa abandonada. En el intento, se habría caído al acueducto desde un árbol.
El resto de las hipótesis fueron descartadas. Para los investigadores, Daniel Villegas, el hombre cuyo cadáver fue hallado la tarde del sábado en un canal de Villa Mercedes, murió accidentalmente.
Según la única teoría que mantienen en pie los policías, guiados por el fiscal instructor Leandro Estrada, el joven se había trepado a un árbol, situado a la orilla del desagüe. Buscaba ramas para hacer fuego y poder calentarse él y sus amigos. En uno de los tirones que hizo para arrancar un trozo, perdió la estabilidad y cayó sobre el canal.
Al golpearse contra el cemento del desagüe, el hombre de 36 años sufrió un traumatismo de cráneo, clavícula y algunas costillas fracturadas. La autopsia determinó, además, que en el cuerpo no había lesiones o señales de defensa, que pudieran dar cuenta de que fue atacado.
El cadáver fue encontrado muy pasado el mediodía, a la altura de las calles Ángel Pes y Ardiles. Sin embargo, la médica forense estableció que la hora de la muerte fue alrededor de la una de la madrugada de ese día, afirmó una fuente. El cuerpo fue descubierto unas 12 horas después, por un vecino que pasó y casualmente lo advirtió.
Los policías de la División Homicidios, a cargo del comisario Sebastián Tula, hablaron con los vecinos del barrio 1000 Viviendas y cualquier eventual persona que haya estado en la zona, al momento del incidente, pero no hubo testigos. Tampoco hay registros fílmicos que puedan ayudar, puesto que en ese sector del vecindario no hay cámaras de video.
Las pruebas más contundentes, además del resultado de la necropsia, son las declaraciones de los cuatro amigos que vivían con Villegas. Los hombres, de entre 35 y 40 años, contaron que Diego había salido el viernes, alrededor de las 22. Les dijo que iba a buscar unas ramas para hacer fuego en el asador, que tienen en la vivienda abandonada, donde los cinco se guarecían desde hacía al menos tres años.
Era algo que Villegas ya había hecho antes. Relataron que lo vieron salir y, por el resto de la noche, no regresó. Sin esperarlo, entonces, todos se fueron a dormir.
La tarde del día siguiente un par de policías golpeó la puerta de donde vivía el joven fallecido. Uno de los testigos atendió y allí los efectivos los pusieron al tanto. Les avisaron que su amigo había muerto. Los hombres todavía tenían algunos ojos pegados de tanto dormir.