VILLA MERCEDES
Con la certeza de que Abel Ortiz no tenía un motivo para irse, y más acusaciones contra los imputados retomó el juicio por asociación ilícita
Este lunes siguió el debate oral en los Tribunales de Villa Mercedes contra Alejandra Espinosa, Marcelo Acevedo y María Vázquez. Declararon siete testigos.
El debate oral por asociación ilícita contra Alejandra Espinosa, Marcelo Acevedo y María Vázquez se postergó dos veces por las licencias compensatorias de los funcionarios judiciales. Este lunes el juicio retomó, y pasaron siete testigos. En la sala estuvo de manera presencial el Tribunal completo: Sandra Ehrlich, Eugenia Zabala Chacur y José Flores. Desde que comenzó la etapa probatoria, dos de ellos se conectaron (mediante la web) desde la ciudad de San Luis. Que estuvieran sentados en el recinto fue un pedido que hizo la Fiscalía.
Como estaba previsto, los primeros en declarar fueron un psiquiatra y una licenciada en trabajo social que trabajaron en la autopsia psicológica de Abel Ortiz (se hizo en 2021), para reconstruir cómo era su vida en los días previos a la desaparición. Repasaron el resultado, es decir, no encontraron que existiera algún conflicto familiar que lo obligara a irse de la provincia. El procedimiento lo hicieron a partir de entrevistas a personas de la familia y otras que lo conocían, como por ejemplo, el dueño de un gimnasio. Abel se había instalado en la casa de su hermana, en La Ribera, poco después de separarse de Espinosa. Según los especialistas, Ortiz tenía proyectos laborales, actividades de recreación y “no se veía ninguna situación conflictiva” en su entorno, más bien entre los hermanos eran muy unidos. Había contención familiar.
El Tribunal que juzga a Marcelo Acevedo, Alejandra Espinosa y María Vázquez por asociación ilícita. (Foto:: Nahuel Sanchez)
También declararon cuatro policías que tuvieron relación al caso cuando se hizo la denuncia de paradero, que también participaron de allanamientos en la casa de Espinosa, que recibieron a Espinosa cuando iba a la Comisaría 9º, y que conocían la relación que había entre el jefe y Espinosa. En uno de los testimonios se ventiló la posibilidad de que la mujer se había enterado antes de ese operativo. Cuando llegaron los efectivos, prácticamente se mostraron los moradores, como que estaban esperándolos. Los resultados de la diligencia fueron negativos. No encontraron elementos que aportaran a la causa.
También se habló de los peritajes a los teléfonos (se hicieron en Mendoza) para encontrar algún dato que llevara a los investigadores hasta Ortiz. Pero quedó descripta la fluidez de comunicación entre los sospechosos, la mistad y la confianza que había entre Espinosa y Vázquez. Mantenían un diálogo constante, según se supo. También advirtieron conversaciones que involucraron a una integrante de la fuerza. Hallaron un audio donde “se hablaba” de Ortiz. En concreto la historia que introdujeron sobre cómo había desaparecido el hombre: que “unas personas” del norte del país lo habían metido al baúl de un auto y se lo llevaron. Rescataron también una charla donde Espinosa le recriminaba a Ortiz haberle pegado un tiro a una persona del barrio. Había mensajes entre la mujer y Acevedo. Pudieron leer que se escribían “te extraño, pasá por casa”, y el famoso apodo de “Osito”, hacia él.
Un joven que está preso en La Botija, estuvo entre los testigos. Era un vecino de Espinosa, del barrio Eva Perón, que no hizo más que exponer acusaciones contra ella y el ex comisario. Dijo que era uno de los chicos que ella mandaba a robar y que el ex policía liberaba la zona para que pudiera delinquir. Dijo que hacían “el trabajo para ellos”. Que era amigo de otro al que balearon (y que también declaró en este juicio). Robaban juntos. También recordó que un día lo ataron de pies y manos cuando cuidaba la casa que Espinosa había incendiado.
“A Ortiz lo hicieron desaparecer”, dijo, y que a su amigo “casi lo matan”. Espinosa está ahora presa por ese hecho.
El abogado querellante, Bautista Rivadera le preguntó, como ya lo hizo con otros testigos, si la desaparición de Abel Ortiz había sido voluntaria o forzada. “Si fuera voluntaria al tiempo tendría que haber dado una señal. Mi opinión personal es que lo mataron”, no dudó.
Cobertura e informe: Sonia Schoenaker y Nahuel Sanchez