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POR SONIA SCHOENAKER

Juicio por asociación ilícita: un testigo sumó sospechas a la conducta de Alejandra Espinosa la noche que desapareció Abel Ortiz

Este martes declararon un ex policía que intervino en las averiguaciones del paradero, y la ex pareja de la mujer a la que Espinosa le quemó la casa. 

Foto Nahuel Sanchez
Los tres acusados de asociación ilícita: Marcelo Acevedo, Alejandra Espinosa y María Vázquez.
Actualizada: 28/10/2025 22:27
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Por Sonia Schoenaker

Una sospecha de tiempo entre que Alejandra Espinosa salió con Abel Ortiz de una casa que ella quería comprar hasta que llegó a su vivienda en el Eva Perón, se escuchó este martes en una nueva audiencia del juicio por asociación ilícita contra ella, Marcelo Acevedo y María Vázquez. El dato lo declaró un ex policía que ahora está preso por una causa de droga. También se sentó frente al Tribunal un vecino de la peluquera.

El hombre que formó parte de la fuerza provincial fue citado porque intervino en las averiguaciones por el paradero de Ortiz. Según contó, se le encomendó establecer, a través de testimonios, una “línea de tiempo” sobre la última noche que vieron a Ortiz con vida.

Recordó que Espinosa, en su declaración, dijo que ella pasó a buscar a “Pochi” por La Ribera y fueron hasta el barrio Jardín del Sur para ver una propiedad que estaba en venta. A las 23 salieron de ahí, y antes de regresar a su casa, ella dejó a Ortiz en la esquina de donde vivía un amigo.

Lo que se advirtió es una hora y media “de bache” (entre las 23 y la hora en la que finalmente llegó al Eva Perón) que Espinosa no pudo fundamentar. La duda está planteada porque el trayecto que ella describió (que supuestamente hizo en auto) debió hacerlo entre 15 y 17 minutos. Sin embargo tardó una hora y media. Tuvieron en cuenta que Vázquez y otra mujer llegaron después de la medianoche a lo de Espinosa (la esperaban para comer pizzas), y la dueña todavía no estaba. Consideró que en ese lapso dudoso “se dio la desaparición de Abel Ortiz”.

Por otra parte, recordó que en la comisaría escuchó un audio que grabó un efectivo. En el registro hablaban dos mujeres que aseguraban que a Abel lo había “levantado” un prestamista del barrio. Reveló que la persona que les hizo escuchar el audio fue Acevedo cuando se pasaron las actuaciones a la brigada. El prestamista fue citado a declaraciones, se le tomó testimonial y quienes lo entrevistaron descartaron que fuera de importancia para la causa.

Además, destacó que el policía acusado, en aquel momento dijo que a Espinosa la conocía, que tenía el teléfono, y que si era investigada se iban a encontrar conversaciones con él porque tenían un vínculo, “una especie de histeriqueo”, y ella lo llamaba “Osito”. Y declaró que no se requirió una declaración de Acevedo, quien se desempeñaba como jefe, porque el instructor de la causa así lo decidió.

Respecto a las filmaciones de las cámaras de seguridad que estaban instaladas en la calle, refirió que no se pudo acceder a los registros porque cuando la causa ingresó a la Brigada de Investigación ya no existían los archivos, debido a la poca capacidad de guardado que tenían los dispositivos.

Durante la audiencia también declaró la ex pareja de la vecina de la peluquera: la mujer a la que le quemaron la casa. Repasó la noche que se ocasionaron los disturbios y el incendio. Reconoció que los problemas comenzaron cuando su hijastro se llevó un pendrive de Espinosa.

Entre botellas con nafta, piedrazos que volaban en la oscuridad y humo que se generaba por el fuego que salía de la vivienda, destacó que pudo ver que los atacantes portaban armas. Y aseguró que la “pueblada” no duró más de 20 minutos. Además, señaló que tuvo que llegar una segunda dotación de policías para ayudarlos a escapar porque estaban “acorralados” y los pocos efectivos que llegaron primero al lugar “no hacían nada”.

Si bien por el tumulto él no reconoció a Vázquez entre los presentes, manifestó que algunas personas que estuvieron en el lugar sí la vieron.

Por otra parte, sostuvo que él “no tenía nada que ver”, y contó que existía una relación entre la peluquera y el hijo de su ex pareja, que “cambió de un día para otro y pasaron a tenerse odio”.

El hombre, que entonces se desempeñaba como prestamista, afirmó que los vecinos le tenían miedo a la peluquera porque andaba armada.

También contó que lo conocía a Abel de vista, de las veces que lo vio en la casa de Espinosa, pero que nunca tuvo problemas con él. Dijo que la última vez que lo vio, “estaba en el techo de la casa de Espinosa tirando piedras, la noche de los disturbios”.

A la Fiscalía le restan dos declaraciones para finalizar con las testimoniales, y luego será el turno de la defensa.

El juicio oral retomará en los próximos días, cuando los jueces, fiscales y defensores puedan acordar sus agendas.

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