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Villa Mercedes: atacó a pedradas la casa de su abuela y, en eso que la ayudaban, la mujer agredió a una efectivo y se descompuso

El joven tiene 21 años. Pese a que los agentes habían llegado para controlar la situación su abuela tampoco se mostró nada dócil. Insultó y empujó a una mujer policía para que se apuraran en el arresto de su nieto. Terminó en una ambulancia.

Los policías trataron de calmar al joven de 21 años que se tornó más agresivo.
Actualizada: 30/10/2025 07:56
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Primero arribó un par de oficiales en una patrulla. Un joven arrojaba piedras al frente de la vivienda de su propia abuela, al este de Villa Mercedes. El problema que tenía nunca lo dijo. La situación parecía controlable para esos efectivos que llegaron en respuesta a un llamado de auxilio al 911. Sin embargo, a los pocos minutos, descubrieron que lo que sucedía ameritaba el apoyo de más camaradas. El muchacho no se quiso entregar, ni se calmó. Descargó su bronca contra los uniformados.

Ya resultaba difícil entender por qué atacaba a pedradas la casa de su abuela, pero fue todavía más complicado comprender que, al igual que su nieto, la mujer también era violenta. Era tanta la premura que tenía para que los efectivos arrestaran y se llevaran cuanto antes al joven, que empezó a lanzarles insultos a los oficiales que trataban de auxiliarla y, en medio de ese alboroto, empujó a una mujer policía. Se detuvo, no por voluntad propia sino porque, luego de tanto mal trago, se descompuso y cayó al suelo.

A los pocos minutos, una ambulancia del Sempro llegó al lugar y asistió a la mujer de 60 años. A ese médico y a ese enfermero que la estabilizaron no les hizo frente.

Esa escena sin sentido ocurrió la tarde del viernes, en Mundet al 1700, entre calles Madre Cabrini y Jujuy. Los policías fueron informados, a través de un llamado al Centro de Operaciones, sobre “un disturbio” en esa zona de la ciudad, señalaron los voceros de Relaciones Policiales.

Cuando algunos agentes de la Comisaría 36° llegaron hablaron con una mujer, que les contó que su nieto “estaba alterado” y no paraba de arrojar piedras al frente de su vivienda.

Los policías trataron de calmarlo, pero el joven de 21 años solo se tornó más agresivo. De todas formas, lograron “demorarlo y resguardar la integridad” de las personas que se habían acercado, comunicó la Policía.

Lo habían reducido, le ponían las esposas cuando, de un momento a otro, los roles se invirtieron: la abuela era ahora quien los atacaba. Parecía que el ritmo del personal policial no la satisfacía, quería que apresuraran el paso en el arresto y comenzó a insultarlos para que se llevaran, de una vez por todas, a su nieto.

No se quedó en las palabras y empujó a una efectivo. Entre el desconcierto y el ataque de rabia de la mujer, los oficiales pidieron más apoyo de otros patrulleros. Fueron los de la División de Respuesta Inmediata Motorizada (DRIM) y del Comando Radioeléctrico. Cuando la cuadra se iluminó por completo con el azul de las balizas y el ambiente del sonido de las sirenas, la abuela del detenido se descompensó. Y ahí murieron sus ganas de agredir a los uniformados.

Como si el drama ya no fuera suficiente, al ratito se sumó la sirena de la ambulancia para terminar de quitarle el sueño a los vecinos que intentaban dormir la siesta. La mujer quedó en manos del personal médico y su nieto fue trasladado a la Comisaría 36°.

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