Villa de la Quebrada y Renca celebran sus fiestas patronales
Las festividades religiosas que rinden culto al Santo Cristo de la Quebrada y al Divino Cristo de Renca, consumarán sus principales ceremonias. Serán oficiadas por el obispo y se espera la presencia de las principales autoridades.
El 3 de mayo es el día en que Villa de la Quebrada y Renca viven el día más trascedente. Se espera que autoridades provinciales, representantes de instituciones, de la curia y feligreses compartan el encuentro.
La provincia ha arraigado de tal manera la manifestación religiosa, que este martes se decretó asueto a toda la administración pública para facilitar la concurrencia.
Luego de las novenas al Cristo, que comenzaron el 24 de abril, este miércoles serán las misas solemnes.
En el caso de la Villa de la Quebrada, la fiesta patronal tendrá misas por la mañana en los horarios de 7, 9 y 11. Por la tarde serán a las 19 y a las 21, informaron desde la página oficial del obispado.
Al término de las mismas, se efectuarán los respectivos Vía Crusis. La misa solemne será a las 15 y estará presidida por Monseñor Pedro Martínez Perea.
Aquellos que visiten Renca podrán participar de las misas a las 8, 10:30, 18:30 y 20:30. La oración central está programada a las 10:30 y será pronunciada por el obispo, en concelebración de los sacerdotes de la diócesis. Al término será la procesión y el saludo folclórico al Divino Cristo de Renca.
El masivo encuentro tiene previsto el refuerzo de operativos de seguridad y salud. Además rige el servicio especial de transporte para asistir a los viajeros que visitan las localidades.
Las fiestas generan una devoción que conlleva a masivas procesiones, donde la fe mantiene vivo el corazón de los fieles y el misterio trasluce los milagros que se le atribuyen a Cristo, forjando no sólo un aspecto espiritual en sí mismo sino también un folclore social en aquellos que asisten más allá de la fe.
Puestos de comida, venta de ropa y una serie de rubros comerciales conforman la otra cara de la festividad. Hay una extraordinaria actividad comercial.
Devotos de todo el país esperan con ansias las celebraciones solemnes, ya sea para presenciar la trascendencia de Cristo, o para experimentar el fenómeno fuera del plano espiritual.