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Advierten que planean demoler un edificio de 1910

En la peatonal Rivadavia se está ejecutando una obra que implicará el derrumbe parcial “de la propiedad de Moisés Sananes”. Aseguran que fue el primer edificio de dos pisos.

Frente del edificio en el año 1925 y su actual intervención.
Actualizada: 24/05/2017 01:19
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La Fundación Puntanos Ilustres al plantear su rechazo, opinó que “es una forma de hacer desaparecer una parte de la historia”.

El  presidente de la fundación, Rubén Ávila, dialogó con periodistas para exponer su postura respecto a los trabajos que se están concretando en el lugar.

Explicó que San Luis cuenta con una legislación que estipula la conservación de esta clase de íconos, pero no está reglamentada.

Desde la fundación aseguran que este detalle descuida los espacios que conforman “la historia puntana”.

El edificio generó admiración por su arquitectura de dos plantas. (José La Vía)

La emblemática estructura de dos plantas, que fue propiedad de Moisés Sanannes, comenzó a construirse en 1910 y ultimó detalles 15 años más tarde.

En el momento de su inauguración generó asombro y placer visual porque era una novedad arquitectónica.

“En San Luis no había edificios de dos pisos”, explicó Ávila.

Durante los tiempos de esplendor, se utilizó la planta baja para negocios y la planta alta como vivienda.

En la época impactaba por lo impetuoso. Fundamentalmente “los arcos de medio punto” llamaban la atención.

Dicha característica arquitectónica  simulaba con minucioso detalle las “ocho puertas monumentales de Babilonia”, prototipo de edificaciones griegas, posteriormente internalizadas por los romanos.

Actualmente se realizan obras que estiman una demolición parcial. (facebook Fundación Puntanos Ilustres)

Pero esas réplicas se anclaron en un sitio que las convirtió en un símbolo de la cultura puntana. Grandes debates se originaban en torno a las molduras de piedra que servían de sostén de los balcones. ¿Por qué estaban hechas de ese material? ¿Cuál era el fin de sus diseños?

Para responder estos interrogantes, recurrían a conversaciones con la familia o la lectura. “Hoy con mucho dolor estamos asistiendo a su destrucción”, aseguró Ávila.

La estructura artística se convirtió con el paso de los años en una preponderante zona comercial que fue motivo de paseos y admiración.

Al respecto, Ávila expresó: “La destrucción va a llevarse la memoria y el corazón”.

Actualmente el sitio es de propiedad privada, por lo que no se puede evitar el derrumbe. Si la legislación estuviese reglamentada, “con el trabajo de los legisladores y concejales, se podría evitar la demolición”, finalizó el presidente de la fundación.

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