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Tiene “huesos de cristal”, se fracturó en un viaje de estudios y debe operarse de urgencia

Agostina Pereyra se lesionó el tobillo en un viaje escolar y ahora necesita una prótesis. Los costos elevados de la intervención y “la falta de respuestas del colegio Don Bosco”, generaron la angustia de sus familiares.

La adolescente "debe ser intervenida quirúrgicamente esta semana".
Actualizada: 09/07/2017 16:45
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Asiste todos los sábados a un grupo eucarístico dependiente del colegio Don Bosco. Forma parte del movimiento “mallinista”, que promueve el desarrollo de actividades religiosas orientadas a los jóvenes.

Dicha corriente, que está a cargo del padre Claudio, organizó un viaje a la ciudad de Mendoza en donde compartirían un encuentro con adolescentes de distintas partes del país. Pero lejos de disfrutar las jornadas, vivió una situación desafortunada.

Según indicó Lourdes Molina, tía de la menor, “Agostina se fracturó el tobillo mientras practicaba una coreografía”.

La joven de 17 años, que forma parte del cuadro de abanderados de la institución San Luis Gonzaga, sufre una enfermedad llamada osteogénesis imperfecta, más conocida como “huesos de cristal”.

Dicho trastorno genera una fragilidad extrema en los huesos, causando que cualquier golpe, por menor que parezca, pueda provocar lesiones considerables.

Tras el golpe fue acompañada al Hospital Central de la ciudad de Mendoza, por una mujer de 23 años de apellido Santamaría, quien estaba a cargo del grupo de 11 chicos que viajaron representando a los mallinistas.

“Pensaron que era una luxación, pero en las placas que le tomaron, constataron que se trataba de una fractura de tibia y peroné”, detalló Molina.

El accidente ocurrió el viernes en horas de la noche, sin embargo la familia tomó conocimiento del hecho en la madrugada del sábado, gracias a un llamado de la adolescente, que “lloraba asustada porque estaba sola”.

“Nadie de la institución me llamó, ni para notificarme, ni para solidarizarse”, manifestó la tía.

Luego de unas horas, se comunicó la responsable del viaje y en medio de lágrimas le envió a Molina un contacto del colegio para que la informaran al respecto. “Yo necesitaba hablar con alguien, estaba desorbitada, no me decían nada”, agregó.

Con el correr del tiempo, tuvo la oportunidad de hablar con el médico que atendió a su sobrina. “Lo mejor es que la lleven a San Luis”, indicó el especialista.

En medio de la desesperación y “la falta de respuestas”, decidió ejecutar ella misma el traslado, por lo que emprendió un viaje hacia la provincia vecina. Posteriormente, habló con el médico de cabecera de la chica. Éste le aseguró: “Necesita una cirugía urgente, debe concretarse esta semana”.

“Ella no puede permanecer mucho tiempo con yeso”, explicó Molina mientras su voz deslumbró un temblor que evidenció incertidumbre y dolor. “Nadie se comunicó conmigo”, resaltó en una reiterativa manifestación de impotencia.

Tras el panorama, la familia incrementó su angustia ya que la intervención quirúrgica demandará una inversión importante. La prótesis, los clavos y los gastos lógicos, no pueden ser solventados a la brevedad por los parientes.

Es así que la tía de Pereyra intentó comunicarse con la institución educativa, para que la ayudaran a encontrar una solución.

El contacto que le había facilitado Santamaría, le informó que “no sabía si el seguro se haría cargo, ya que la enfermedad es preexistente”. “De ser así, no la hubiesen llevado, allí conocen la enfermedad de Agostina”, resaltó.

La adolescente tiene la mutual Profe dado que la osteogénesis imperfecta es considerada una discapacidad, pero su tía expresó que “la obra social no funciona bien” y teme “una dilación en los pedidos de informe”.

“Agostina no puede esperar, debe ser operada esta semana y no tenemos el dinero para afrontarlo”, detalló con notable amargura.

“Al ser una institución privada podrían ayudarme a solventar los gastos, tal vez como una cuestión de caridad y que el seguro les reintegre el dinero”, agregó.

Con el único apoyo existente, “el familiar, el íntimo”; Molina está a la espera de una respuesta por parte del colegio y la joven sigue aguardando que su lesión pueda subsanarse a la brevedad para evitar mayores consecuencias.

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